Día 1
5 de los 16 miembros que formamos este entrañable e inolvidable grupo, en dos vuelos diferentes nos dirigimos a Ginebra, para desde aquí desplazarnos a Les Houches en un ”Alpi-Bus” contratado desde Madrid. Llegamos de noche, por lo que apenas pudimos ver donde estábamos.
Día 2
Pudimos disfrutar en un día donde la lluvia se dejó sentir, de los encantos de Chamonix (9 kms. Al sur). Hicimos alguna compra, y regresamos a Les Houches donde habíamos quedado con el resto de compañeros que llegaban en vehículos particulares. Desde el aparcamiento, podemos decir que iniciábamos el Tour. Subimos, muy cargados, pues las mochilas rebosaban latas, galletas, sobres de embutidos…Menos mal que el trayecto era corto, y, aunque la lluvia nos permitió mostrar el equipo de agua, llegamos en un par de horas al Col de Voza para alojarnos en Les Fioux ¡Qué flores tan bonitas recuerdo en sus balcones!
Día 3
Se puede decir que empieza formalmente el Tour. Este primer día, no tuvimos el tiempo deseado, la niebla parece que quería venir con los “Pegasos”. Así que tuvimos que imaginar todo el recorrido a pesar de que nos aseguraron que esta etapa era de las más espectaculares, pues se podía ver la Aiguille de Bionnassay, detrás, a lo lejos, la de Midi. Eso sí, nos hicimos nuestros 24 kms. Con puente tibetano y todo. Fotos y más fotos! Con más de 1.500 mts. De subida y un poquito más de bajada. No está mal para ser casi el primer día! Y al final…La lluvia. De pleno. No nos importó mucho mojarnos, pues ya se veía nuestro próximo alojamiento, sobre el refugio que lleva su mismo nombre Tré la Tête
Día 4
Fuerte madrugón. A las 7.30 horas bastones en mano, mochilas a la espalda y toda la ilusión que quepa en un grupo que a pesar de su variedad, le une un mismo objetivo: REALIZAR EL TOUR .Todavía siento el peso!. Un día espléndido ante nosotros. Sol. Ni una nube. Así que, como siempre, ascendemos. Esta vez, para dirigirnos al mítico Col du Bonhomnme, pasando por el Plan des Dames. En el Col de la Croix de Bonhomme tomamos una variante que nos llevó a la Ville des Glaciers para desde allí nos dirigirnos a un enorme refugio, o al menos así me pareció. Quizás por la cantidad de gente que allí había. Eso sí, el comedor muy muy ambientado. Estábamos cansados. Y bailar, creo que era lo último que se nos podía pasar por la imaginación, pero, cuando oímos el acordeón, y alguna que otra pareja iniciando el baile, tras una muy buena cena, a mí al menos, los pies ya se me movían bajo la mesa. Recuerdo gratamente aquel salón, aunque no así el “establo” que con algún huésped no montañero, nos sirvió de alojamiento. El cansancio, y el grupo tan amigable que formábamos pueden con todo!
Día 5
En esta etapa cambiaremos el “Bon Jour”, por el “Bon Giorno”! Pasamos a Italia. Esta etapa me pareció distinta a las anteriores. Por su alternancia, variedad: Rutas montañeras, senderos para “domingueros”, villas, con espectaculares chalets, pistas forestales…que te permiten “charlar” relajadamente. Etapa muy larga, por lo que parte del grupo decidimos visitar el lago Combal para después coger un autobús que nos llevaría a Courmayeur. Otros, alejados de la idea de introducir algún medio de transporte que no llevasen encima, optaron por pasar la arista de Mont Faure. Todos, al final, a Courmayeur. Qué encanto de pueblo! . Tras un merecido descanso. A preparase para la fuerte y calurosa subida (800 mts) al refugio Bertone!. A pesar de la longitud de esta etapa, pudimos contemplar anocheciendo el Mont Blanc. Estaba allí mismo. Tan cerca.
Día 6
Y otra vez subiendo! ¿Algún día saldremos para bajar? A la Testa Bernarda . ¿Quién sería esta señora? Tendría algo que ver con Le chamin Bernard? (empinado camino que tuvimos también que “sufrir”) A pesar de que prometía una etapa relajada, no fue así, pues no sé si sólo nos ocurre a nosotros, pero siempre vamos buscando “un poquito más”, así que lo que aparentemente es sencillo, no dudamos en transformarlo rápidamente. Mereció la pena.
Hacia la mitad de la etapa en Malatrá (2.056 mts.) paramos en el Refugio Bonati. Donde pudimos admirar las Grandes Jorasses. Bajamos a La Vachey (confortable zona de picnic, con terrazas, parque recreativo y apuestos turistas, que ajenos a las mochilas disfrutaban sus aperitivos con Martinis). Tras refrescar los pies en un río próximo. ¡Qué alivio! y, siguiendo las respectivas indicaciones, nos dirigimos a Col Ferret, para en una hora más o menos llegar al Refugio Elena. Qué bien! Tenemos tiempo, buen lavadero y un tendedero donde gracias al viento que hacía pudimos secar la ropa!
Día 7
Subida al Grand Col Ferret. Atrás dejamos las Pirámides Calcaires. Más lejos el Col de la Seigne. A la izquierda el Mont Dolet. Cambia el paisaje. Siguiendo una larga bajada, la bucólica imagen de chocolates Milka nos recuerda que entramos en Suiza. Se suceden prados con sus vaquitas villas y pueblos encantadores como la Fouly con su supermercado (obligado establecimiento de gran interés montañero) donde pudimos abastecernos de chocolates, galletas, cervezas. Champex con su lago, sus barquitas. ¿!Qué bonito! Y, al final Relais d’ Arpette. Lástima que el pronóstico del tiempo no es bueno para mañana. Esto nos preocupa. Nos impide quizás disfrutar del Refugio que tenemos delante. De la foundie que vamos a cenar, ¡Todo Glamour! Planeamos la próxima jornada. Hay que salir pronto. Es muy larga y el tiempo no promete ser bueno.
Día 8
Parece que no llueve. Está aguantando. Salimos pronto. Eso sí las capas bien preparadas. Dura subida hasta la Fenêtre (2.665 m.). Otra imagen que llevaré siempre conmigo! Nos deja ver. A la izquierda el Glaciar de Trient. Una larga bajada y aún sin lluvia. Tras repostar en un acogedor establecimiento. Unos decidimos continuar. ¡Qué valientes! Otros prefieren tomar un autobús.
Los que continuamos, nos encontramos con la lluvia. ¡Fuerte lluvia! Que no nos abandonó hasta casi Le Tour. En el Col de Balme, pudimos descansar en el “siniestro” refugio que lleva el mismo nombre. ¡Cuántas películas de terror pudieran grabarse en ese establecimiento!. El aspecto de este lugar con la lluvia, la niebla, la guardesa...Es difícil de olvidar.
Llegando a Le Tour, nos abandonó la lluvia. Ante nosotros, sólo dos, pues el resto del grupo andaba por no sabemos dónde, el refugio de la Federación Francesa de Montañismo. (Igualito que la Escuela de Montaña de Benasque).
Día 9
Etapa sencilla? Corta?.
Otra vez la realidad no se corresponde con la previsión. Ocho horas nos costó esta etapa. Y no por estar “sesteando”. Lugar privilegiado para contemplar el macizo del Montblanc y sus glaciares.
La subida al lac Blanc por una especie de vía ferrata parecía interminable.
No sé quien adelantó lluvia, y sin entretenernos en exceso bajamos y bajamos hacia la Flégêre. ¡Qué cervecita tan rica en una terraza desde la que podíamos contemplar todo el valle de Chamonix!
Día 10
Dirección a Les Houches nos dirigimos al col du Brévent para visualizar un magnífico panorama de toda la cadena del Mont Blanc y del valle de Chamonix. Y de nuevo la lluvia nos sorprende en nuestra bajada. A pesar de sentir cerca el destino. Este se torna más y más alejado. Vamos llegando poco a poco al albergue. Después de acomodarnos y despojarnos de parte del equipo nos dirigimos al centro de la villa para reponer fuerzas, planificar el siguiente día y lamentarnos de esta u otra dolencia.
Día 11
Día libre. Hay para todos los gustos. Los que rematan una subida a no sé donde, quien se aventura a lo que quizás el próximo año sea la ascensión al Mont Blanc y los que optamos por compras, turismo y subir al Aiguille du Midi y al Mer de Glace. Todo un espectáculo que desde aquí recomiendo!
Autor: Natividad García