Semana de Esquí Grandvalira

3 al 9 de Enero del 2016

Para empezar bien el año un grupo de esquiadores, lo mejor de cada casa y de lo más intrépido de Pegaso, decidimos aventurarnos a hacer esquí alpino en Grandvalira.

Durante las semanas y días anteriores a la actividad, nuestros ojos y dedos iban y venían de las páginas “el tiempo.es”, “infonieve.es”, “grandvalira.com”…

Me consta que alguna que otra mano se juntó a la vez que miraba al cielo pidiendo: “Que nieve, que nieve”. Y nuestros deseos, antes de Reyes, fueron cumplidos. Pero volvamos al día 3 de Enero… 

 

 

 

A pesar de que todos los coches salían, más o menos a la vez, fueron llegando poco a poco. Y comenzaron las carreras, corre vete a la tienda de alquiler de material, corre vete a recepción a coger las llaves, corre ves bajando las maletas…y así, cada uno de nosotros nos fuimos alojando. Algunos con material, y otros sin él. Las idas y venidas de un apartamento a otro fueron constantes hasta que “organización, organización” terminaron en el “apartamento fiesta”. Quedamos en vernos el día 4 a las 9 de la mañana en la escuela de esquí. 

 

Del 4 al 7 de Enero la actividad fue más o menos la misma. Esquiar… 

Esquiar... 

Y esquiar. 

 

Para llegar a tal objetivo, hubo que acoplarse poco a poco, el primer día costó adaptarse al horario de las clases,  tiempos de espera al grupo... y según iban avanzando las horas, se iban organizando grupos por nivel y por simpatía. Las horas pasaron rápidamente y sin darnos cuenta, ya eran las 7 de la tarde, y estábamos en el punto de quedada, el bar. 

Y así fueron pasando los días. A las 9:00 primera quedada. A las 9:30 la segunda. Parada a comer algo antes de las clases. Clases de 2 a 5. Y a las 5 bajar corriendo que cierran los remontes. ¡Más de uno creyó que esa noche dormía en las pista! Por último, para cerrar bien el día, quedada en el punto de encuentro a comentar las aventuras del día. 

 

Como buen viaje hubo anécdotas en todos los aspectos, tuvimos lesionados y casi lesionados, virus y casi virus, caídas, caídas pasadas por agua y muchos  ¡Uy, casi me caigo! Y lo que más hubo fue ganas de esquiar y pasarlo bien, risas, bromas, cervezas, bailes a solas,  bailes con barra…y hasta ahí se puede contar…

Por si todo esto fuera poco regalo, el día 5 de Enero pasaron por la estación unos reyes muy esquiadores, que nos regalaron una Cabalgata diferente. 

Y llegó el día 9, dónde 5 de nuestros compas se volvieron. Su semana de esquí había terminado. A los demás, les quedaba sólo un día más, que aprovecharon cada uno, lo mejor que supo. 

Como todo en esta vida, y parecido a lo que decía Serrat “Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo pistas, pistas sobre las que esquiar”. El calendario marcó el día 10 de Enero y los 15 esquiadores que quedaban de este estupendo grupo, tuvo que recoger sus bártulos y comenzar su vuelta.

Semana de esquí inolvidable no por las pistas, ni la nieve, sino por la gente especial que la ha compuesto. Ha sido un auténtico regalazo.

Organizadora: Araceli R.