BTT. Veteranos y Noveles
A.D. Grupo de Montaña Pegaso
En una mañana de domingo cualquiera, 16 ciclistas ponen el despertador inusualmente pronto. Se desperezan y se preparan para acudir a su cita. El sol sale con fuerza y espanta las nubes que aún pudieran quedar de las lluvias del día anterior.
Un espectacular día de BTT da comienzo cuando un grupo de intrépidos ciclistas sale de Rascafría rumbo a El Puente del Perdón (9:45 de la mañana). Donde no podría faltar la foto de salida con el Monasterio al fondo.
16 asistentes de los cuales 5 mujeres y 11 hombres.
La ruta continúa con la subida más fuerte del día. Unos cuantos kilómetros por pista camino del puerto de la Morcuera. El sol anuncia que el verano ya está aquí. Los ciclistas se cobijan bajo la sombra de los árboles. Entre charlas y risas llegan al primer descanso. Punto perfecto para reagrupar.
Resulta ser también el primer punto de ajuste de sillines. Bea no va cómoda desde que cambió el sillín por uno nuevo. Primero prueba a reajustarlo: la altura, la posición... El grupo arranca de nuevo, dispuesto a afrontar la segunda parte de la subida a Morcuera.
Pajarito va haciendo el reconocimiento del terreno el primero de todos. En algún momento, el grupo lo pierde por delante y no comparten la siguiente parada en el Refugio de la Morcuera (Mientras Pajarito espera pacientemente a que alguien aparezca en el desvío de Canencia). Primera meta conseguida, ya casi todo lo que había que subir está subido.
La montaña se ha vestido de gala y no pueden faltar las fotos en esta última parada.
Después de comer un tentempié y realizar algún ajuste más drástico sobre el sillín (intercambiarlo por el de Toni), el grupo sale de nuevo. Recupera el explorador perdido y toma el desvío hacia el puerto de Canencia. Les queda una última subida para tenerlo todo ganado.
A partir de ahí, la ruta deja de ser ascendente para convertirse en una divertida bajada. En la que cada uno baja a la velocidad que le resulta conveniente. Los primeros, esperan en el cruce con la carretera.
El calor empieza a hacer estragos y los ojos buscan fuentes en todos los recovecos. Pero la montaña está cargada de agua y no tardan en aparecer un par de fuentes frescas.
El grupo se acerca a por su foto de puerto conquistado y se prepara para la diversión, bajando todo lo que ya ha subido.
El siguiente tramo hace las delicias de unos cuantos, que llegan los primeros al desvío hacia el pueblo de Canencia.
Para otros es un reto difícil, que requiere toda su atención y tardan en llegar lo suficiente como para crear preocupación en el resto del grupo. Gracias a la comunicación por las emisoras, recuperan un bote de herramientas extraviado. Al rato llegan todos y el grupo vuelve a estar completo.
El paso por el pueblo de Canencia es breve, nadie necesita avituallarse y se evitan más paradas. Sonrisas por aquí, risas por allá... los ciclistas avanzan y casi sin darse cuenta llegan a El Puente Congosto. Donde se hacen las merecidas fotos.
Unas cuantas vacas evalúan las bicicletas de cerca, intentando decidirse por alguna.
Tras este episodio de tensión vacuna, comienza el rodeo al embalse de la Pinilla. Con ello, el enlace con el recorrido de lo que hubiera sido la ruta de Noveles (que no tuvo lugar por falta de participantes).
El embalse de la Pinilla retiene las miradas de los ciclistas. La sombra y el frescor de la cercanía al agua dominan todos sus sentidos.
Salvo el del estómago. Un pequeño grupo en cabeza acelera con la esperanza de llegar a Rascafría antes de que cierren las cocinas y darse algún homenaje. El resto continuará a su ritmo. Algunos de los que han perdido de vista al de delante, en lugar de esperar a algún compañero con GPS, se inventan el camino. Estando en civilización, los perdidos se encuentran rápidamente.
La cita oficial llega a su fin ese mismo domingo a las 16:00.
La cita extraoficial, se alarga un poco más en una terracita de Rascafría, donde la cocina aún funciona.
Coordinadora: Yolanda