Paso a narrar brevemente las incidencias del primer día. La empresa de taxis que contratamos no tenía capacidad para movernos a los 24 de una tacada, así que acordamos con ellos hacerlo en 2 turnos. En el primer turno, que saldría de la Hoya a las 7:30h, se encuadrarían 19 personas, y en el segundo, con salida a las 8:30h del mismo punto, los 5 restantes.
La noche anterior a la primera etapa quedó cerrado quiénes quedaban asignados al segundo turno. Aprovecho estas líneas para expresar mi agradecimiento a las personas que se prestaron voluntarias para ello. Hasta aquí lo acordado.
A la mañana siguiente, ya en la Hoya, comprobamos con perplejidad que el taxista había modificado unilateralmente las condiciones del servicio, en su propio beneficio: En lugar de poner los medios para hacer 2 turnos de 19 y 5, dispuso vehículos para hacer 2 turnos, sí, pero de 12 miembros ambos. Él se ahorró desplazar 1 de los 3 vehículos comprometidos a la Hoya, y nosotros, ya sin ningún margen de maniobra, nos vimos forzados a reasignar 7 personas al segundo turno, con el criterio menos malo que pudimos improvisar.
Aquí también querría reiterar las disculpas a estos 7 compañeros que quedaron condicionados por este cambio imprevisto. Al final, el primer turno comenzó a andar sobre las 8:10h, y el segundo, hacía las 9:20h. Refiriéndonos ya estrictamente a la ruta, hay unos pocos apuntes que hacer:
- Salvo 3 o 4 personas que optaron por bajar a Poqueira desde el Collado de la Mosca, el resto decidió atacar el Mulhacén desde ese punto.
- Afortunadamente no hizo un calor excesivo, y aunque hubo quién acusó molestias musculares o digestivas, no hubo percances graves.
- No fue necesario utilizar los crampones ni el piolet en ningún momento. La mayoría de nosotros los portábamos porque la web oficial de Sierra Nevada, y el propio guarda de Poqueira, lo habían recomendado.
- Hacía las 20:15h ya estaba todo el mundo recogido en Poqueira, salvo un compañero que llegó a las 22:00h, con las últimas luces. Sobreestimando sus fuerzas, optó por subir al Mulhacén, y se demoró unas 2h más de lo razonable en completar el último tramo de la ruta.
En Poqueira, nada reseñable, la cena fue correcta, y el desayuno notable. Coincidió con el recuerdo que tenía de visitas anteriores. Nos asignaron 2 habitaciones completas para nosotros, una de 8 y otra de 16. Hubo quién descansó, y quién pasó la noche como pudo, un clásico de la dinámica “refugieril”.
La ruta del segundo día la planificamos más liviana. En parte para no queríamos maltratar más las piernas del personal, en parte porque también había que volver a Madrid esa misma jornada. Nos pusimos en marcha hacía las 7:30h.
El comedor abrió a las 6:30h, y cada cual desayuno cuando prefirió, dentro de la disponibilidad de huecos que hubo. El día salió más fresco que el anterior, pero sin lluvia. La totalidad del grupo optó por hacer la alternativa que incluía la subida al Veleta. Eso sí, algunos decidieron subir por la pista, y otros atajaron tomando el “Paso de los Guías” que se encontraba en buenas condiciones.
También hubo otro grupo que hizo como extra el Cerro de los Machos. La bajada desde el Veleta la hicimos todos por el camino evidente, el sendero que va atrochando las zetas de la pista. Yo llegué de los últimos, hacía las 13:00h. Para entonces algunos coches habían partido ya hacía Madrid.
No querría concluir esta memoria sin mencionar la gran contribución que hizo Manuel Pozuelo a esta actividad. Además de ayudarme mucho en la preparación de todo el material, realizó una labor encomiable de supervisión de todos los detalles de la actividad, que fue decisiva para que todo saliese bien.
Para mí fue una alegría, y un alivio, que todo el mundo acabara esta ruta tan exigente sin incidencias, y satisfechos. También quiero agradecer a todos los participantes su ejemplar comportamiento durante toda la ruta; y también reiterar mi gratitud a los miembros del “segundo turno”.
¡Nos vemos en la próxima aventura! Firmado: Alfonso