En la cena nos ponen una sopa y un plato combinado de patatas, mini ensalada y pechuga de pollo y nada más. Hablo con la señora y le digo que lo normal en España es tomar postre y tras ofrecerle mi mejor sonrisa me dice que espere y tras unos minutos nos deleita con un maravilloso helado con nata y algo de fruta.
Al estar todos reunidos aprovechamos para proponer un cambio de ruta para el primer día de travesía. Del participante que perdió el vuelo no tenemos noticias, pero contactamos con el compañero que está en Eslovaquia. Quedamos en encontrarnos en Zdiar el próximo 26.
Descubrimos que Pepe habla perfecto eslovaco al igual que perfecto francés (como nos demostró el año pasado en Córcega). El perfecto eslovaco, además de un español a voz en grito, requiere de una exageración tal de los gestos con las manos que podría llegar a ser lesiva. Personalmente prefiero hacerme con un diccionario.
25 de Agosto. Strbske Pleso (1.346m.) – Furkotsky Stit (2.403m.) – Strbske Pleso. (Ascenso: 1.100m. Descenso: 1.100m. Distancia: 17 km. Precio alojamiento media pensión Litvor (los dos días): 55 euros). Tras un copioso y delicioso desayuno tipo buffet, comenzamos la andadura con una mochila bastante ligera, preparada para solo un día.
Nuestra ruta de hoy es muy popular y el día es bueno, así que la encontramos concurrida, sobre todo en la zona de recreo cercana al lago que da nombre a la localidad. Vemos las rampas de saltos de esquí y todos los indicios que nos dicen que los deportes de invierno son los que de verdad dan dinero en la zona.
Desde el primer momento nos sorprende lo que luego veremos que será la tónica general en todos los caminos que seguiremos en los Tatras: el camino está empedrado prácticamente en su totalidad y perfectamente señalizado.
Comenzamos siguiendo marcas rojas para en unos 15 minutos tomar el desvío hacia la izquierda y seguir las marcas amarillas que progresivamente nos hacen ganar altura.
Primero nos rodea el bosque, pero poco después llegamos a una terraza donde se abre el valle y nos permite mirar a nuestro alrededor. Aproximadamente a 1.800m. transitamos junto a una cascada que se escapa del lago Skokom que está unos metros más arriba. Alguno de los pasos está equipado con cadenas. Totalmente innecesarias incluso en caso de lluvia, en mi opinión.
Una placa cerca del lago conmemora un accidente de helicóptero ocurrido en el año 79 donde murieron 5 personas. Después encontramos el lago Nizne Kozie, y finalmente, a 2.075m., con las vistas del lago Caple a nuestros pies, el Furkotsky a la izquierda y el Strbsky a la derecha, hacemos un alto.
Solo quedan aproximadamente 300m. por ascender y es pronto, así que dejo caer la idea de, una vez coronado el pico, bajar rápidamente para llegar al tren de las 14:15 y visitar las cuevas de Belianska, en una población cercana.
A todos los participantes les apetece.
Llegando al pico el camino de marcas amarillas se desvía hacia la izquierda a un collado para pasar al valle Furkotska, pero para subir el pico nosotros tomamos el camino de la derecha. Los últimos metros son por una canal con la roca algo descompuesta, pero enseguida llegamos al pico Furkotsky (2.403m.). La cresta continúa (y apetece) hacia el siguiente pico, el Hruby Vrch(2.428m.), pero si queremos llegar a la visita de las cuevas tenemos que renunciar a él.
Iniciamos el descenso a toda velocidad sin dejar de apreciar el paisaje frente a nosotros, los pinos rastreros (pinos Muga) que tupen el camino a los lados, y la explotación maderera que encontramos al final de la ruta. Algunos se van quedando atrás y finalmente sólo seis llegamos a tiempo de coger el tren.
Con las prisas dos participantes se olvidan los bastones en la estación.
Tras una serie de aventuras entre transporte público y privado, llegamos al parking de las cuevas justo a tiempo. El compañero más rápido se adelanta y conseguimos colarnos en el último pase por los pelos.
Las cuevas son preciosas y merecen las fotos por las que la guía que sólo habla eslovaco nos intenta hacer pagar.
Recorremos las cuevas y al terminar esperamos al autobús y luego al tren que nos llevara hasta Strbske Pleso en aproximadamente una hora y media por aproximadamente dos euros, y donde nos espera nuestra cena a las 20 00 horas.
En ésta ocasión no tenemos que pedirles el postre. Ha mejorado con respecto a ayer.
26 de Agosto. Strbske Pleso (1.346m.) – Zdiar (850m.) – Zelene Pleso (1.515m.). (Ascenso: 1.060m. Descenso: 400m. Distancia: 9 km. Precio alojamiento media pensión Zelene: 31 euros). Contratamos un minibús que nos transporte a nuestra conveniencia hasta Zdiar, para no perder mucho tiempo. A la siete y media desayuno buffet como el de ayer. A las ocho y media nos espera el taxi-minibús que nos lleva Zdiar donde nos encontraremos con el último participante que falta por incorporarse al grupo.
A las 9:30 aproximadamente salimos todos ya debidamente saludados y reunidos desde el desvío de la carretera general hacia el hotel Magura. El cartel indica que tenemos 4:45 horas por delante hasta el refugio. Los primeros metros son de asfalto pero en escasos 500m. tomamos una pista hacia la izquierda, antes de llegar al hotel. Seguimos marcas rojas y verdes que nos adentran en un bosque en el que de vez en cuando se abre un claro y nos muestra las rocas blancas que dan nombre a esta parte de los Tatras Blancos.
La pista tendida del principio se va estrechando y empinando y hace maldecir a más de uno. Cuando finalmente salimos del bosque la subida es menos intensa y nos da una tregua para observar el paisaje que no podemos aprovechar pues la niebla se nos ha echado encima. En un lugar llamado Siroke Sedlo (1.825m.) hay unas mesas aprovechables para comer. Es un collado desde el que, en caso de no haber niebla, muy probablemente disfrutaríamos de unas vistas espectaculares.
Comemos algo rápidamente, ya que hace aire y nos enría el sudor que nos empapa desde la intensa subida, y nos marchamos.
Son las 12:30 aproximadamente. Ya hemos subido prácticamente 1000m. y nos quedan 120 para llegar a la máxima altura de hoy. Justo antes de llegar al collado nos encontramos con un magnifico ejemplar de rebeco con sus cuernos característicos. Llegamos al punto más alto que pisaremos hoy (1.933m.). Las nubes nos hacen el favor de retirarse a ratos y nos permiten ver las montanas impresionantes que nos rodean. Iniciamos la bajada. El camino como siempre clarísimo, señalizado, empedrado.
Pasamos junto al lago Velke Biele (1.614m.), donde tenemos una encrucijada de caminos. Tomamos un refrigerio que pensamos nos hará falta para subir a un pico cercano al refugio para completar el día, y continuamos nuestra andadura siguiendo las marcas rojas.
Bajando otros cien metros encontraremos el lago Zelenom (1.545m.), que da nombre a nuestro refugio y lo embellece indescriptiblemente.
Es casi evidente el lugar donde está ubicado el refugio y se anticipa espectacular. En la ladera opuesta se ve claramente el camino que seguiremos mañana.
Efectivamente, al llegar el lugar no se puede calificar de menos que de idílico, con el lago y las montañas que lo encajonan al otro lado del ventanal. Hemos llegado aproximadamente a las 15:00 horas y, aunque hasta ahora el tiempo nos ha respetado, por momentos parece empeorar. Dejamos las cosas en nuestras habitaciones y bajamos a tomar una cerveza para decidir si continuaremos hasta el pico cercano como habíamos planeado. Van pasando los minutos y el tiempo se ve cada vez peor, así que todos optamos por la ducha tranquila y la cerveza disfrutando de las vistas a través del cristal, bien secos y calentitos. Aprovechamos para pedir consejo a un montañero vasco que lleva toda la semana por la zona.
A las 19:00 comemos una cena abundante y bien cocinada. El pan se debe pagar aparte, pero es barato.
27 de Agosto. Zelene Pleso (1.515m.) – Zbojnicka Chata (1.960m.). (Ascenso: 1.200m. – Por Terhyo: 1.500m. Descenso: 500m. – Por Terhyo: 1.100m. Distancia: 11 km. – Por Terhyo: 13 km. Precio alojamiento media pensión Zbojnicka: 22 euros). La jornada empieza a las 7:30 con un suculentísimo desayuno que incluye hasta pescado. Algún valiente se atreve con él y comenta que no estaba muy bueno, aunque el detalle queda ahí.
Se ha levantado un día nuboso así que descartamos la opción difícil sin pensarlo dos veces y siguiendo las recomendaciones de uno de los muchos empleados del refugio.
Comenzamos la jornada siguiendo el camino de marcas rojas que nos permite calentar durante los primeros minutos sin forzar la máquina. Llegamos a un punto en el que hay unas cadenas puramente anecdóticas, pues son perfectamente evitables. Desde este momento comienza una intensísima subida de unos 500 metros a lo largo de interminables zetas que nos colocan en el collado Svistovkou (2.023m.) desde el que empezamos a bajar camino de la estación de esquí, a través del que se supone un feo paisaje pero que no tenemos el gusto de apreciar debido a la niebla.
Tras una larga progresión entre grandes bloques alternados con tramos de camino de tierra, de pronto entre la niebla aparecen las primeras torretas de teleférico y poco después los edificios de la estación del lago Skalnate (1.750m.), rebosantes de excursionistas que buscan un lugar donde resguardarse de la amenaza de la lluvia. El grupo se ha dispersado y los primeros tenemos suerte y no nos mojamos, pero los últimos, que llegan sobre las once, terminan un poco empapados. Como está lloviendo nos da un poco de pereza continuar, y como vamos muy bien de tiempo decidimos esperar. En la estación resulta haber un establecimiento de hostelería y wifi libre y comprobamos que desde ese momento el tiempo mejorará, así que nos ponemos una hora límite para salir llueva o no mientras nos dedicamos a charlar e “hidratarnos”. Sobre las 12:30 deja de llover, así que recogemos nuestros bártulos y continuamos la marcha, a excepción de tres participantes que se quedan a comer en la estación para salir algo mas tarde.
Continuamos por detrás del edificio del teleférico por el sencillísimo camino que nos lleva hasta el Zamkovskeho Chata (1.475m.), donde encontramos una bifurcación donde dos participantes decidimos hacer una variante un poco más larga y con un poco más de desnivel siguiendo las marcas verdes que pasan por el refugio Terhyo. El resto siguen marcas rojas que les llevan a recorrer el valle Velka Studena entre nieblas y claros.
Los que recorremos la variante del refugio Terhyo vamos adelantando y cruzándonos con domingueros. Mucha gente joven poco o mal equipada para la montaña pero con ganas de disfrutar de ella. Como no hace sol que nos agobie subimos en un suspiro, aunque de vez en cuando algún rayo se escapa entre las nubes animándonos un poco más. A lo lejos el valle goza de un espléndido sol. Vamos ascendiendo por el valle Mala Studena y frente a nosotros el rio Maly se desliza por las verticales paredes precipitándose a lo largo del valle. A derecha la cuerda del Lomnicky y a izquierda la cuerda del Prostredny nos flanquean. Nos cruzamos con un hombre que nos informa de que hace mucho viento y frio en las zonas altas y que nuestros planes no son muy acertados. Ponderamos la información pero decidimos continuar. Al llegar a la terraza donde se encuentra el refugio el viento nos viene a saludar, aunque no es tan terrible como esperábamos. Hacemos un pequeño alto en el Terhyo (2.015m.), una barrita y un trago de agua y salimos rápido para llegar a nuestro destino a tiempo para cenar. Bordeamos el lago Spisske (2.012m.) y comenzamos a girar hacia la izquierda. Nos quedan trescientos metros de desnivel y por lo inclinado del camino parece que los vamos a subir todos de golpe, aunque un poco más adelante se tiende. El viento ha parado y la sensación térmica es buena. Los últimos 50 m. de subida antes del collado de Priecne (2.352m.) nos encontramos con una serie de pasos equipados con cadenas y grapas. Son tramos delicados sin lluvia y mucho más con ella, así que nos concentramos y enseguida llegamos al collado, donde tampoco hay viento y desde el que observamos que no somos los únicos en realizar este camino hoy. Son las cuatro menos cuarto y, una vez pasado el tramo difícil nos permitimos una parada corta para llenar el agujero en la tripa que empieza a molestar. Apenas quince minutos más tarde avistamos el refugio Zbojnicka. Parece estar muy cerca, pero nos cuesta una hora completar el recorrido que faldea sin perder altura por todas las montanas de alrededor. Al llegar, nuestros compañeros llevan ya una hora en el refugio y se han instalado en nuestras habitaciones. Intercambiamos impresiones acerca de nuestros respectivos recorridos y todos coincidimos en nuestra impresión sobre los porteadores de los Tatras con los que ambos grupos nos hemos encontrado: admirable la fuerza de estos hombres.
La cena es a las 18:00 así que nos aseamos brevemente (es el único refugio en el que no disponen de duchas), estiramos y esperamos. Hoy todos resultamos ser todos vegetarianos, pues parece que no hay pollo para todos. Nos sirven un plato de patatas, verduras y queso empanado y frito típico de la zona (algo grasiento para mi gusto), acompañado de una manzanilla, y con esto finiquitan la cena. Cuando me acerco a pedir postre me miran como si estuviese loca, así que algunos optamos por compramos un pedazo de tarta de postre, barata, aunque muy simple. Unas partidas de cartas y a la cama.
28 de Agosto. Zbojnicka Chata (1.960m.) – Popradske Pleso (1.494m.). (Ascenso: 1.100m. Descenso: 1.500m. Distancia: 17 km. Precio alojamiento media pensión Poprad: 23.6 euros). Desayuno escaso a las siete. Algo de embutido, mantequilla y queso y la misma infusión de la cena. Si quieres café o chocolate lo pagas aparte.
A pesar del desayuno comenzamos el día optimistas. El sol es esplendido y nos empuja hacia arriba, cuando aun no es agobiante. Ascendemos por el valle primero suavemente y después con más esfuerzo. Las marcas azules que perseguimos se pierden un poco cuando más vertical se pone el camino, pero simplemente hay que fijar la vista en el collado al que queremos subir y tirar para arriba, para de esa forma, alternar tramos de camino con pequeñas trepadas. De pronto nos encontramos en el collado Prielom (2.290m.) que oculta el valle Litvorova. Ahí mismo, para comenzar la bajada, tenemos cadenas y grapas que requieren nuestra máxima atención, así que dejamos lo de admirar el paisaje para después. Con mucho cuidado debido al peso de la mochila, progresamos sin percances. Al llegar a la parte fácil, aún algo eufóricos por nuestro reciente triunfo y la descarga de adrenalina, nos permitimos de nuevo unas ojeadas al azul lago Zamrznute y a nuestro siguiente objetivo, el pico Vychodna que queda a la izquierda y nos hace sombra. Una intersección nos indica que a partir de ahora seguiremos las marcas verdes.
Desde el collado a 2.199m. abandonamos las marcas y comenzamos la subida al pico con las mochilas a cuestas. Viendo que no hay mucha gente decidimos abandonarlas un poco más adelante para alcanzar la cima sin peso aunque la subida no tiene ninguna complicación, salvo algún paso algo más atlético equipado, por supuesto, con cadenas.
Llegados al Vychodna (2.428m.) hacemos las fotos testimoniales con la bandera del club y al bajar nos encontramos con un montón de gente que no habíamos visto y que suben desde la otra vertiente. Algunos observan nuestras mochilas sorprendidos. Parece que no hay costumbre de dejar las mochilas tiradas por estos lugares. Hemos tardado una media hora entre la ida y la vuelta collado-pico-collado.
Recogemos nuestras mochilas intactas y nos disponemos a bajar siguiendo de nuevo las marcas verdes hacia el refugio gigantesco que hemos visto mientras subíamos a la cumbre. Bajando por el valle, casi llegados al refugio, encontramos vías de escalada deportiva (a primera vista complicadas), y un momento después caminamos junto a una cascada que desagua en el lago Velicke. Al llegar al refugio Sliezski (1.670m.), que sirve de base para realizar el ascenso al pico más alto de los Tatras, el Gerlachovsky (2.654m.), algunos compañeros aprovechan las instalaciones hosteleras para comer, aunque son solo las 12:30. Dos de nosotros tomamos algo rápido y nos marchamos para llegar a nuestro siguiente hogar con tiempo suficiente para lavar la ropa y que se seque para el día siguiente.
Los siguientes kilómetros comienzan eligiendo las marcas rojas, con vistas espectaculares y subiendo de forma continuada aunque no intensa. Después de una hora de ver lo mismo bajo el sol, el camino se convierte en algo monótono. Al llegar al lago Batozvske (1.884m.) nos dan ganas de darnos un chapuzón, pero nos advierten de que esta demasiado fría y de todas formas las ganas de llegar a nuestro destino pueden más.
Cuando creo que si subo un metro más por este camino aburridísimo voy a decidir volverme a Madrid, de pronto un palo en medio de esta autopista (empedrada por el ejército y mantenida por los propios montañeros para nuestra sorpresa) nos anuncia el fin de la subida. Unos cientos de metros más manteniendo el nivel nos llevan al collado Ostrvou (1.948m.) que esconde el valle Zlomiskova. Mas carteles indicativos y el nuestro que nos anuncia los últimos 45 minutos de la marcha de hoy. Desde el collado pelado de vegetación el camino gira a la derecha y comenzamos a bajar y se abre el verde valle ante nuestros ojos con el lago Popradske y el refugio a nuestros pies, compensando en dos segundos las últimas pesadísimas tres horas. Desde allí se aprecia perfectamente el camino por el que ascenderemos mañana.
Las últimas zetas nos cuestan algo más pero llegamos al refugio y nos dan habitaciones con 6 camas y un ticket para las cenas. La cena es en un autoservicio y nos dejan elegir entre tres sopas y tres segundos, ninguno muy apetecible. Pan, bebidas y postres hay que pagarlos aparte, aunque, quizá para evitarse problemas, hacen un poco la vista gorda con cosas pequeñas.
Comentarios sobre lo concurrido de la ruta de hoy que empieza a ser agobiante, unas partidas al mentiroso, y planes para alargar la etapa de mañana que se puede quedar corta, y todos a la cama a las 22 como buenos niños.
29 de Agosto. Popradske Pleso (1.494m.) – Morskie Oko (1.395m.). (Ascenso: 1.000m. – Con pico Velka: 1.200m. Descenso: 1.500m. – Con pico Velka: 1.700m. Distancia: 9 km. – Con pico Velka: 10 km. Precio alojamiento media pensión Morskie: 86 zlotys = 21.25 euros). De nuevo desayuno en el autoservicio, malentendidos varios… algunos miembros de la expedición tienen quejas sobre el trato de los camareros, aunque otros no tienen mayor problema.
Comenzamos la marcha por la carretera, pero en cinco minutos encontramos el desvío hacia el pico Rysy, indicado con marcas azules para empezar y luego con marcas rojas. Tenemos 3:45 horas hasta la cumbre. El camino nos adentra en un bosque precioso y aunque subimos, aun no es muy intensa la subida. Poco a poco vamos abandonando la zona arbolada y la subida se intensifica. Si echamos la vista atrás vemos el bosque, pero de pronto, tras un fuerte repecho llegamos a una terraza donde se abre ante nosotros el circo rocoso que guarda el lago Zabie, con una curiosa roca situada en su mismo centro. Aquí llaneamos durante unos minutos con las zetas que tendremos que subir a continuación a plena vista. En este tramo coincidimos de nuevo con uno de los porteadores de los Tatras que sube mercancías al refugio Rysy, trescientos metros más arriba.
Comenzamos a ascender por las zetas que estudiamos previamente junto a muchas otras personas que se animan a subir el pico más alto de Polonia. Un paso con cadenas esquivables forma el primer tapón. Todo el mundo se empeña en agarrarse a las ellas, aunque en realidad la roca lavada debido al paso continuo de domingueros las hacen más peligrosas que los tramos algo verticales de al lado. Llegamos enseguida al refugio Rysy (2.250m.) y se nos antoja trepar a un pico puntiagudo y precioso que está muy cerca. Cuatro compañeros nos animamos a escalarlo mientras los compañeros que no suben nos guardan las mochilas en el refugio.
Perdemos algo de altura siguiendo únicamente hitos, por primera vez desde que estamos en los Tatras, y me hace sentir como en casa. Tras unas breves trepadas no demasiado complicadas llegamos a la cima del Velka (2.354m.) y un amago de lluvia nos hace salir pitando hacia abajo para evitar que, al mojarse las piedras, resbalemos.
En una hora hemos ido y hemos vuelto. Son las 11:10 y de pronto todos los domingueros del mundo se han reunido en el refugio. Salimos huyendo de allí camino del siguiente objetivo al igual que otros cientos de excursionistas con sus mochilas prácticamente vacías. Al llegar a los dos picos Rysy (2.498 y 2.503m.) apenas cabemos en la cumbre. Nos hacemos un par de fotos como podemos y algunos comen algo.
La sensación de agobio se intensifica y quiero huir de ella, así que me lanzo hacia abajo. Desde la misma cima una serie de cadenas facilitan los pasos, parece que todos considerados difíciles (aunque insisto en que es mejor casi siempre evitar las cadenas porque además las colocan en las lajas mas resbaladizas). Me voy cruzando con gente de lo mas variopinta, con personas que incluso dudo que puedan bajar por su propio pie. Parece que el Rysy como pico más alto de Polonia tiene mucho tirón, y el hecho de que todos los caminos estén empedrados, escalonados y equipados con cadenas, lo hace tremendamente accesible al público en general, lo que tiene sus cosas positivas y negativas.
Desde arriba se disfruta de un paisaje como pocos con los lagos impresionantes a nuestros pies y nuestro refugio al fondo. Entre comentarios y saludos con canadienses, hongkongienses y todo tipo de fauna, consigo llegar, tras una bajada bastante intensa de casi 900 metros, al lago Czarny Staw (1.583m.).
Compruebo en mis pies que el agua no está tan fría como habían dicho y el descanso le viene bien a mis plantas doloridas. Aquí me alcanza otro miembro del grupo y bajamos juntos hasta el refugio los últimos doscientos metros adelantando turistas que abarrotan el camino con las cámaras en las manos y con zapatillas deportivas (y en algunos casos tacones) en los pies.
Cuanto más nos acercamos al lago Morskie (1.395m.), mayores son las hordas de visitantes. Se convierte en una odisea llegar hasta el refugio, y conseguir que me atiendan en recepción me lleva prácticamente una hora.
Por fin nos asignan alojamiento en el edificio anexo al refugio “oficial” y concertamos cena y desayuno a las siete.
Nos sentamos en el borde de la escalera que baja al lago para que no se pierda ninguno de los participantes entre la multitud, y van llegando a cuenta gotas entre las 15:30 y las 16:30. Tras charlar un rato con cada grupo aprovecho para darme una vuelta por el camino que rodea todo el lago, ya con menos gente, lo que me lleva aproximadamente 40 minutos. Sin la marabunta encuentro el lago absolutamente estático mucho más pacificante.
La cena es apetitosa y abundante, y se ve complementada por los comentarios y consejos de un chico polaco que nos habíamos encontrado en el camino. Nos quiere invitar a una bebida polaca pero no triunfa la oferta. La jornada será larga mañana y nos apresuramos a ir a la cama.
Una luna gigante apaga las estrellas, pero se observan claramente Casiopea, las osas, el triangulo estival... y unos ciervos enormes que se acercan a comer al lado de la escalera que baja al lago. Están tan acostumbrados a los flashes de las cámaras que ni se molestan.
La luna se refleja en el lago y la observamos embelesados, pero enseguida nos vamos a dormir.
30 de Agosto. Morskie Oko (1.395m.) – Przedni Staw Polski (1.668m.) (Ascenso: m. – Por cresta: 1.300m. Descenso: m. – Por cresta: 1.250m. Distancia: 6 km. – Por cresta: 10 km. Precio alojamiento media pensión Przedni: 90 zloty = 22.5 euros). A la siete en punto se abre la puerta de la cocina y aparecen nuestras viandas además de un sándwich y unas cuantas manzanas que nos regalan las chicas amabilísimas. El día se presenta bastante largo así que queremos salir pronto. Hoy nos dividiremos en dos grupos:
Grupo 1: realizará el recorrido por el collado Szpiqlasowa Przelez sin hacer la cresta del Kozi Wierch, “Tras la gran dosis de cadenas del día anterior un grupo formado por 9 participantes decidimos realizar la ruta prevista entre los refugios de Morskie Oko y Przedni, más relajada que la de nuestros compañeros que optaron por la versión “cañera”.
Aunque la jornada era de tránsito y corta, el ascenso desde el Mosrkie Oko hasta el collado de Szpiglasowa fue muy rápido, menos de 2 horas para ascender algo más de 700 metros. A partir de ese momento una jornada de completo relax; se junta el día excelente, magníficas vistas sobre los lagos, una ascensión muy sencilla al pico Hruby Still (2.172 m.) y un descenso con alguna cadena para cubrir el expediente. Muchas fotos, descansos, picnic y demás actividades de un día de transición.
En la circunvalación del los lagos Czarny, Vielki y Przedni camino del refugio ya empieza a verse más gente, aunque nada comparado con la muchedumbre que vimos el día anterior. Tomar posesión de nuestras habitaciones y comida en el refugio Przedni con la consabida cerveza.
Por la tarde ascensión en procesión al concurrido collado Swistowa por el que habían llegado nuestros aguerridos compañeros por la mañana. Contemplación del paisaje, relajación y toma de energía para la ruta larga y más compleja que nos espera para el día siguiente.”
Grupo 2: seguirá el camino fácil hasta el refugio Przedni para dejar las cosas de más y completar la cresta del Kozi Wierch, en lo posible, sin peso. El camino entre Morskie Oko y Przedni se limita a ascender progresivamente, y como todos los caminos por aquí, está perfectamente embaldosado. El camino gira hacia la izquierda aproximadamente a 1.700m. de altura y da la impresión de que comienza por fin la bajada, pero engaña. Se bajan unos metros y de nuevo encontramos un repecho bastante intenso que nos lleva a la altura máxima en este tramo, 1.763m. Desde aquí el camino vuelve a girar hacia la izquierda ya con los lagos Przedni y Wilki y el cresterío que planeamos completar hoy a la vista. Desde aquí, en media hora llegamos al refugio. Son las 9:30, y tras arreglar el papeleo tenemos que esperar para que nos dejen entrar en las habitaciones. Sobre las 10:40 finalmente salimos del refugio habiendo aligerado ostensiblemente nuestras mochilas, aunque uno de los participantes tiene una ligera lesión y prefiere quedarse descansando.
Los siete participantes que decidimos subir siguiendo las marcas azules camino del collado de Zawrat (2.158m.). En una hora y media sin forzar mucho la máquina nos encontramos en el collado, que desde lejos vemos abarrotado de gente.
Una placa en el mismo collado advierte de que este tramo hasta el Kozi Wierch es de única dirección, suponemos que por una cuestión práctica: evitar colapsos de tráfico en las zonas delicadas. Toda la cresta está equipada con cadenas y grapas en los pasos más comprometidos, lo que la hace muy asequible prácticamente a todo el mundo, aunque quizá algunos de los que se atreven deberían pensárselo dos veces.
Comenzamos a seguir las marcas rojas y llegamos al primer pico Maly Kozi Wierch (2.226m.) enseguida, pero en cuanto llegamos a la primera parte difícil encontramos las colas. Entre el collado Zmarzla (2.126m.) y el Kozi Wierch (2.291m.), es donde perdemos más tiempo debido a la cantidad de gente que hay, imposible de adelantar en las zonas más aéreas.
Son las dos de la tarde, aproximadamente cuando paramos a comer en el pico atestado de gente y ponderamos los tiempos que nos quedan. Vamos un poco justos para llegar a cenar según los tiempos del mapa, así dos de los participantes abandonan por la vía de escape señalizada con marcas negras que va desde el pico directamente al refugio.
Los cinco participantes restantes continuamos. A partir de aquí hay mucha menos gente y se puede avanzar con mayor rapidez. Los primeros metros los comparten líneas negras y rojas, pero después ambos caminos se dividen y continuamos por las rojas. Una bajada de unos cien metros a la izquierda de la cresta nos hace pensar que nos hemos equivocado, pero enseguida, una sencilla canal equipada nos vuelve a colocar casi en la cresta. Después de varias horas de cresta acusamos el cansancio, así que extremamos las precauciones, sin perder la oportunidad de parar de vez en cuanto a admirar las vistas espectaculares.
Cuando estamos bastante hartos de cresta descubrimos con alivio que en el siguiente collado comienza el camino de marcas amarillas de bajada que nos trasladará al refugio en una hora y media. Hemos ido rápido y hemos ganado tiempo. Son las 16:45, así que incluso nos dará tiempo a ducharnos y tomar unas cervezas con los compañeros. Cenamos sopa de tomate, un plato combinado de pescado con puré de patata y pastel de manzana (mejor que el de ayer).
Se nos acerca una chica polaca que habla español con la que nos cruzamos en la cresta para pedirnos sitio en el suelo de nuestra habitación. El refugio está repleto, mucho más lleno de lo que su capacidad permite, así que mucha gente dormirá en el suelo por donde encuentre sitio, en el comedor, en los pasillos… A nosotros afortunadamente nos espera un colchón y cierta intimidad.
31 de Agosto. Przedni Staw Polski (1.668m.) – Kalatowki Hotel (1.100m.) (Ascenso: 820m. – Con pico Kondracka: 1.000m. Descenso: 1.400m. – Con pico Kondracka: 1.600m. Distancia: 13 km. – Con pico Kondracka: 14 km. Precio alojamiento media pensión Kalatowki: 110 zlotys = 27.5 euros). Nos dan de desayunar a las ocho otro de estos desayunos polacos, con embutido y pepino, y un poco de mermelada.
Repetimos parte del camino que hicimos ayer siguiendo las marcas azules. Llegamos cumpliendo los tiempos de los carteles, así que nos damos un pequeño respiro en el collado y nos dedicamos a espantar a los excursionistas que aparecen por allí a base de cantar-berrear canciones españolas trasnochadas. Dos de los participantes bajan directamente continuando el camino de marcas azules que llevamos y evitando los pasos difíciles con los que nos encontraremos el resto que seguiremos las marcas rojas. A partir de éste collado y hasta el Krajna Kopa (2.091m.) encontraremos pasos equipados con cadenas no muy seguidos en los que, al ser bidireccionales, se forman pequeños atascos. Es un tramo precioso, y al durar poco menos de dos horas, todo el grupo lo disfruta.
Pasamos por el pico Swinica (2.300m.), y el Prostredná (2.127m.), y desde allí tenemos una perspectiva clara de lo que nos queda. Son las doce, y pasada la parte difícil progresamos con más seguridad y más rápidamente por la autopista que recorre la cresta y nos permite disfrutar de vistas panorámicas a ambos lados.
Echamos la vista atrás y viendo de dónde venimos y no podemos evitar el orgullo. Llegamos a la estación del teleférico y tres de los participantes deciden no parar a tomar nada y comer más adelante, en previsión de que se haga demasiado tarde. Los demás nos quedamos allí comiendo y haciendo uso del establecimiento de hostelería de la estación hasta aproximadamente las tres. Amenazados por la lluvia decidimos bajar al valle directamente sin terminar el recorrido previsto, pero cuando echamos a andar una parte del grupo se equivoca y termina haciendo lo planeado primeramente.
Solo tres participantes bajan al valle siguiendo las marcas verdes según lo decidido en la estación.
El resto avanzamos por la cuerda encantados porque además las nubes han desaparecido y estamos disfrutando del sencillísimo camino y de las vistas espectaculares. Llegados al collado (1890m.) entre los picos Suchy Wierz y Kondracka Kopa, tenemos una escapatoria. Todos menos yo deciden seguir otras marcas verdes que pasan por el refugio Kondratowa y luego por nuestro alojamiento. Yo continúo hasta el último dos mil de la cuerda, el Kondracka Kopa (2.005m.) y, bajo hasta el collado Kondracka (1.725m.), desde el que tomo el camino de marcas azules que se junta a la altura del refugio Kondratowa (1.350m.) con el sendero de marcas verdes que siguen mis compañeros.
Comienzo la bajada adelantando paseantes (encuentro este camino bastante transitado) y llegado un punto un paisano me hace callar mientras dispara fotos. Al fijarme veo que lo que esta fotografiando es un magnifico ejemplar de oso. Nerviosita perdida saco el móvil del fondo de la mochila para hacer alguna foto del memorable encuentro.
Los últimos metros del camino me introducen en el bosque de piceas, y le dan aún más magia a mis últimos pasos por los Tatras. No puedo quitarme la sonrisa de la cara y cuando coincido en el Kondratowa con mis compañeros les enseño enseguida el borrón de fotos que he hecho del momento culminante de mi aventura en los Tatras. Les dejo tomando algo y me voy volando al Kalatowki Hotel (1.100m.), donde nos alejaremos hoy, con el fin de solucionar los papeleos.
Tomamos unas cervezas frente al ventanal que muestra el tranquilo paisaje mientras intercambiamos experiencias y esperamos a la cena, que servirán a las 19:15. Otros tres compañeros tuvieron la fortuna de ver osos. Al ir al comedor para cenar nos encontramos una mesa primorosamente preparada y unos platos riquísimos, aunque de nuevo repetimos pastel de manzana. Al terminar de cenar descubrimos que televisan el partido Chelsea-Atlético de Madrid. Uno de nuestros compañeros es seguidor del Atleti, y no deja de gritar, un gol tras otro, ante las risas de todos nosotros y otros huéspedes y empleados del hotel. El Atleti gana. Un día perfecto.
1 de Septiembre. Kalatowki Hotel (1.100m.) – Zakopane (800m.). (Ascenso: 0 m. Descenso: 300m. Distancia: 5 km. Precio alojamiento y desayuno en Atlantis (los dos días): 76 zloty = 19 euros). Amanece en el hotel entre las montanas. Desde las ventanas vemos las piceas que albergan a los osos del parque y la niebla que sube por las laderas ofreciendo un paisaje místico.
Desayunamos salado, quizá demasiado abundantemente para la actividad que vamos a realizar hoy.
Hacemos la maleta con tranquilidad y enfilamos hacia Zakopane, unos andando y otros en autobús (es posible tomarlo en Kuznice).
Tardamos una hora y media en llegar caminando a la estación de tren y paseamos un rato por las calles de Zakopane. Algunos visitan la iglesia de madera de la localidad, muy pintoresca.
A las 13:00 tenemos concertada la recogida con el autobús que nos trasladará a Cracovia. Se retrasa, pero finalmente nos lleva a nuestro hostal, Atlantis, y dedicamos la tarde a visitar el centro de Cracovia.
2 de Septiembre. Turismo. Hoy visitamos las Minas de Sal de Wielizcka por la mañana y Auschwitz por la tarde.
Esther Pérez