Con un día espléndido disfrutamos de la subida, pero también sentimos la dureza de la misma que salva unos 700 -800 m. de desnivel en unos 6 km de ascenso, ya que realizamos la ascensión por el GR-10. Un buen entrenamiento para el grupo de montaraces, que acabaron, contentos con la salida y con las espléndidas vistas que nos ofrece la sierra madrileña por estos parajes.
En total son unos 6 kilómetros de subida con un desnivel aproximado de 800 metros; por tanto, con una dificultad media. Los primeros kilómetros fueron por asfalto ya que comenzamos la subida desde el parking del Euroforum, pero una vez llegados a la presa dejamos atrás el asfalto, para ya no tocarlo más, y nos adentramos en una pista amplia por la que transcurrió todo el entrenamiento. Una pista en buen estado, salvo algunos metros con más piedras, y sin grandes paredes, pero sí con una pendiente constante hasta llegar a la cima del Monte Abantos; donde realizamos una parada más larga para tomar aliento y donde aprovechamos también para sacar unas fotos de ese magnifico día. 
Una vez en la cima, la ruta sufrió una variación, por el gran entusiasmo del grupo decidimos hacer un poco más larga la ruta, continuando por el GR-10, nos dirigimos hacia la Cruz de los Caídos, donde realizamos una segunda parada y donde pudimos ver la inmensidad de la Cruz de los Caídos por la parte de atrás, unas vistas que recomiendo vivirlas en persona, aunque si no tenéis la posibilidad os dejo unas fotos para que os hagáis una idea.
El camino de vuelta al parking del Eurofum transcurrió por el mismo GR-10; pero en sentido contrario, por lo que nos tocó subir todo lo bajado hasta La Cruz de los Caídos, una subida corta pero con un gran desnivel que hizo estragos en el grupo que tuvo que tomarse un gran respiro al coronar por segunda vez el Monte Abantos, donde aprovechamos para tomar una barritas y algún gel.
Una vez reagrupado el grupo en el monte Abantos comenzamos la gran bajada por la cara sur que nos llevó directamente hasta el parking del Euroforum. Una bajada donde yo personalmente disfrute como un enano, ya que el terreno te incitaba a correr, sin ningún peligro de caída por el buen estado del terreno. Durante la bajada se hizo una parada técnica donde aproveché para dar unos consejos para poder disfrutar al máximo de las bajadas y no verlas como un enemigo sino como un aliado.
La gran bajada terminó en el punto de partida donde se tomaron impresiones de la ruta mientras realizábamos unos estiramientos.
Al final nos salió un pedazo entrenamiento de 18 km con unos 1000 m. de desnivel positivo, un día esplendido de otoño-invierno y una comunión grande entre el gran grupo.
Coordinador: Fernando y David.
