A pesar del anunciado frío, que luego no lo fue tanto; pues las condiciones meteorológicas mejoraron considerablemente en las últimas horas, junto a la ausencia de lluvia y de nubes, permitieron que, además de no mojarnos, tener unas bonitas vistas desde las cumbres.
Nos disponemos a realizar esta marcha 55 socios del Club. Solamente hay tres personas sin licencia federativa, que han de usar la cobertura del seguro del Club. 
Nos calzamos las botas, se distribuyen emisoras y comenzamos a caminar todos juntos a las 9:40 horas de la mañana, por el camino paralelo a la carretera hasta cruzar el arroyo de La Jarosa. Algunos continúan la subida por su margen izquierda para cruzarlo más arriba. Son los primeros metros de la ruta y desde las últimas posiciones, ya no alcanzamos a ver la cabeza del grupo.
Vamos ganando altura por tramos de pista y senda que discurren por el pinar, hasta unos metros antes de alcanzar el collado de La Gasca donde la senda se difumina teniendo que intuir los mejores pasos entre la maleza. No alcanzamos a reconocer a varios compañeros que suben bastante alejados de nosotros muy a nuestra derecha… Nos están esperando en el collado y algunos de ellos harán la larga.
Tras el calentón de esta primera subida que hace que nos quitemos terceras e incluso segundas capas, continuamos por el GR-10 subiendo hasta alcanzar la cima de Cabeza Lijar los tres últimos (Cesar, Javier y yo), que venimos cerrando la marcha.
Cielo totalmente despejado, claridad absoluta, vistas sobre Madrid y sus altas torres, todas las grandes cumbres de Guadarrama destacando sobre todo Peñalara blanca, incluso las nevadas Cumbres de Gredos.
Una foto, una fruta, un descanso, una llamada de Asun que están en la Salamanca. Y, nos vamos y nos vemos en el collado del Hornillo con nuestros antecesores, para subir juntos hasta Cueva Valiente con algunos de ellos. Poco antes de terminar la subida, sobre la cota 1820 m, alcanzamos la pista antigua donde se separan las rutas definidas como larga y corta, nuestro grupo seguimos directos a la Cumbre de Cueva Valiente, bueno nuestro grupo y el de Raúl y Juan Carlos, como confesarían después… 
Aunque ellos dieron continuidad a su programa y desde Cueva Valiente se fueron a Prado Toril a juguetear con los bastones a modo de fusil en los restos de los fortines que allí dejó para la historia nuestra desafortunada Guerra Civil.
Desde los fortines de prado Toril, nueva subida, en principio muy tendida, de fácil caminar hasta el collado de la Gargantilla. Es aquí donde comienza otra de las subidas con considerable pendiente, aunque no es excesivamente larga, es suficiente para olvidarnos del frío. No dejamos de ganar altura hasta la misma entrada de la cueva natural de Cueva Valiente.
Como algunos comprobaron, no es fácil conseguir llegar a la primera a esta cueva fiándonos solamente de los hitos de piedra, pues al haber hitos de varias sendas es fácil confundirse o pasar de largo. Otros, optaron por subir a la cumbre de Cueva Valiente mucho antes de encontrar la senda de la cueva, con lo que tampoco la visitaron.
Los que sí fueron a verla, pudieron disfrutar de las vistas que nosotros solo pudimos contemplar en las imágenes que nos cedieron. (Espectaculares fotos de Goñi y Asun con esas enormes estalactitas de hielo sobre la entrada de la cueva. Gracias chicos).
Continúa cada cual por su opción para reagruparnos en la cima un numeroso grupo de socios, los que vienen de hacer el recorrido largo y los que venimos de la ruta corta. Es la hora de comer y nos ponemos a ello.
Comienza a cambiar el día, se nota más fresquito y las nubes avanzan sobre nuestras cabezas, en vista de lo cual, mientras unos terminan sus bocadillos, otros iniciamos el largo descenso de considerable pendiente, poniendo rumbo en principio al cerro de Cabeza del Buey.
Pronto vemos el deterioro que ha sufrido el camino provocado por las recientes lluvias en la zona, dejando suelta toda la pedrería lo que facilita los resbalones y hace que prestemos mayor atención para no sufrirlos.
Nos van alcanzando los amigos que dejamos en la cumbre con su bocadillo, primero Pedro y Juanbe, poco después Juan Carlos, Raúl y un sinfín de participantes a los que dejamos paso sin rechistar, intuimos que tienen más prisa que nosotros o más sed.
Seguimos bajando junto al curso del arroyo Secal, para después de cruzarlo enlazar con el GR-88, por el que llegamos a San Rafael, donde espera el bus para traernos de regreso a Madrid.
Nos cambiamos las botas y nos vamos en busca del resto (sabemos dónde están). Un par de refrescos y como estamos todos, salimos para Madrid unos minutos antes de lo anunciado.
Una jornada que dentro de las alternativas propuestas, algunos socios ampliaron, comunicándoselo previamente al coordinador, lo cual agradezco desde estas líneas.
Cabe destacar que no se ha producido ninguna incidencia significativa que merezca la pena comentar.
Gracias a todos los asistentes a esta primera salida de cordales 2016 de A.D. Grupo de Montaña Pegaso.
Coordinador:Antonio Zazo.
