Por otro lado, el realizar esta técnica entraña sus propios riesgos por lo que requiere conocimiento en su realización y experiencia, de lo contrario lo único que conseguiremos al decidir bajar ese tramo peligroso mediante un rápel es cambiar el peligro de sitio y estar expuestos igualmente a sufrir un accidente.
Para ello, se han realizado estas prácticas en un ambiente cómodo y seguro en el que poder tener claras las ideas de realización de nudos, utilización del distinto material existente y adquirir experiencia en la técnica del rápel y conocer sus riesgos.
También hay que tener en cuenta que estas prácticas no sustituyen a los cursos de la FMM ni similares ya que no se consideran cursos de formación.
Presa de Los Arroyos (El Escorial)
El Lugar:
El lugar elegido para la realización de estas prácticas fue la presa de la Urb. Los arroyos en El Escorial. En la pared de la misma teníamos la posibilidad de montar tres cuerdas paralelas para realizar rápeles de 15 metros, con un primer tramo vertical y otro con algo de apoyo.
También teníamos una pasarela que salía de la parte superior de la presa apoyándose en su otro extremo en un pilar, dando lugar a un volado en el que pudimos montar un rápel sin posibilidad de apoyo.
Las prácticas:
Nos juntamos 15 participantes y 6 coordinadores. Se formaron tres grupos, cada uno con una cuerda y el material necesario para asegurarla a la barandilla de la presa y dos coordinadores para garantizar la seguridad.
La teoría:
Para empezar, en cada grupo se dio una charla teórico-práctica en la que se presentó el material necesario (tipos de descensores, mosquetones, cuerdas, cordinos…) y se explicó su uso y limitaciones. Practicamos los nudos más utilizados en esta técnica, los que siempre se deben tener claros en montaña. Nudos para asegurarnos, hacer lazos con cordinos, autoblocantes para montar autoseguros, para bloquear el descensor…
La pared:
Montamos las tres líneas en la pared de la presa. Se realizaron varias prácticas, qué postura llevar, cómo montar diferentes tipos de descensores, cómo bloquear el descensor en medio de un rápel, cómo montar un autoseguro para no caer si perdemos el control…
Y en cada práctica un coordinador arriba supervisando que se montaba todo bien y otro abajo asegurando.
El volado:
Para terminar y con las maniobras ya claras: rápel desde el volado de más de 15 metros. Los participantes que quisieron realizarlo montaban un autoseguro con un autoblocante, soltándose de manos a mitad del descenso para comprobar que el dispositivo bloqueaba automáticamente el descensor en caso de que perdiésemos el control y desbloqueándolo después para continuar el descenso con normalidad. El volado lo realizaron prácticamente el total de los participantes, lo que demuestra la confianza transmitida por los coordinadores a los participantes.
Agradecer el interés y la disposición de los coordinadores, sin los que estas prácticas no habrían sido posibles por evidentes motivos de seguridad.
Y también a los participantes por la disciplina con que realizaron las prácticas, haciendo que pasásemos un día de aprendizaje y disfrute sin ningún altercado.
F. Serrano
