Hemos participado un total de 33 personas, 27 federadas, entre ellas 1 menor, y 6 no federadas, a las que se realizó el correspondiente seguro con Flama. Una persona se ausentó por enfermedad, a la que también se le había contratado el seguro. El alojamiento se ha localizado en la Ermita de Carrasquedo, un edificio antiguo, restaurado, convertido en albergue, amplio y cómodo, donde las encargadas del mismo han intentado hacernos la estancia lo más agradable posible.

El 1º día nos dirigimos a Valdezcaray como estaba previsto, las 30 personas presentes. Al llegar a la estación  pudimos comprobar que había poca nieve y blanda, por lo que descartamos el uso del material técnico previsto. Se repartieron las emisoras del club, además de la que llevaba otra persona, y empezamos a andar en dirección al collado de Ormazal. El día estaba nublado, y conforme subíamos fue empeorando, primero con llovizna, y a partir de la cota 1.800 m. con fuerte ventisca, por lo que descartamos subir al Cabeza Parda y decidimos avanzar por el borde de la pista de esquí que lo flanquea por la cara norte. Según nos aproximábamos al collado que separa dicho pico del San Lorenzo, el viento era tan fuerte que hacía imposible el avance, por lo que decidimos darnos la vuelta por el mismo sitio.

Llegados a Ormazal, parte del grupo descendió hacia el aparcamiento, otra parte intentamos el ascenso al Cuña que está al otro lado del collado, 13 personas logramos hacer cumbre con cierta dificultad, y nos bajamos con rapidez azotados por la ventisca. A las 13,30 h estábamos todos en el aparcamiento, muy concurrido a estas horas a pesar del mal tiempo. El San Lorenzo es un pico bonito por su lado norte, con algún corredor bastante interesante por donde vimos subir por la mañana a 3 personas, pero degradado por las infraestructuras que lo hacen aparecer  como un parque temático. La mayoría nos fuimos hacia el albergue, otros se quedaron a tomar algo. Por la tarde, llegaron al albergue las 3 personas que faltaban por incorporarse, y otra decidió irse. El resto de la tarde la empleamos en hacer turismo por Santo Domingo de la Calzada, cuyo casco histórico da muestras, como tantos otros, de un gran deterioro a pesar del impulso turístico del Camino de Santiago.

El 2º día emprendimos camino 31 participantes en dirección a San Millán de la Cogolla, 1 persona se quedó haciendo turismo en Ezcaray. El tiempo era similar al del día anterior. Iniciamos la marcha un poco más arriba del punto de partida previsto, los Corrales de Urrue, remontando la carretera hasta el límite del asfalto. Subimos por la pista, que en principio íbamos a seguir para el descenso, con la intención de ganar el collado de Nestaza lo antes posible, y así tener opción de ascenso al San Lorenzo y/o al Pancrudo. Como el día anterior, la fuerte ventisca nos puso difícil el avance. Al salir del bosque, seguimos avanzando por la pista, ya en terreno nevado, con el viento de cara, y alguien en cabeza cogió una huella que se enfilaba hacia el cordal entre el Pancrudo y Nestaza, por allí subimos con gran dificultad, pegándonos a la ladera de la montaña cuando soplaba la racha con fuerza, 12 personas. Bajamos en dirección a Nestaza, con intención de regresar por la pista, pero al llegar al collado el viento había amainado, por lo que decidimos continuar por la pista, GR 93.1, que bordea el San Lorenzo por su lado sur, para intentar subir si el viento nos lo permitía. Llegó una de las personas del resto del grupo en solitario, y dijo que se bajaba, uno de nosotros se bajó con él. El resto del grupo se había dado la vuelta al poco de empezar el fuerte viento por dicha pista. Los 11 que seguimos llegamos al pie del collado que separa el San Lorenzo y el Cabeza Parda, esta vez por el lado sur, subimos ya con fuerte viento, y llegamos a la pista de esquí donde habíamos estado el día anterior, la ventisca nos obligó a retirarnos por el mismo sitio, bajando por la pista, esta vez con algún que otro atajo, hasta el punto de partida. La mayoría del grupo ya se había marchado en dirección al Monasterio de Yuso, donde completaron la jornada con una visita al mismo. El resto regresamos al albergue.

El 3º día, la mayoría decidieron no hacer actividad hartos del mal tiempo. Tras despedirnos, 17 nos dirigimos a Santa Cruz del Valle Urbión, allí hubo nueva despedida, 3 se volvieron para Madrid, 4 al albergue a recoger unas botas olvidadas y nos quedamos 10 en total, 6 decidieron dirigirse a las cascadas de Altuzarra para dar un paseo y regresar pronto, los 4 restantes decidimos intentar el San Millán por la ruta prevista, remontando el valle del río Urbión. El comienzo fue fácil, y el día iba mejorando poco a poco, llegamos a un arroyo, que a Ismael y a mi, se nos hizo difícil de cruzar por lo que lo bordeamos cruzando por arriba, volvimos a bajar en busca del camino, pero ya no coincidimos con Juan y Julio que siguieron avanzando, al llegar a otro vadeo, en este caso del río Urbión, decidimos no cruzar porque era imposible, y remontamos por la otra orilla. Llegamos a un nuevo arroyo que perpendicular al valle Urbión, nos cerraba de nuevo el paso, se trataba del arroyo de Armaule que da nombre al mismo valle. Como estaba más despejado y había traza, decidimos remontarlo hacia arriba. Tras una hora y media de ascenso, el último tramo por palas de nieve de poca inclinación por lo que el piolet que portábamos no se hizo necesario, llegamos al Cordal de Sierra Llana, un poco más arriba de Collado Flecho. Enfilamos en dirección al San Millán, al que llegamos a las 14,30 h. Desde las 10 nos costó 4,30 h de subida, comimos, nos asomamos a ver si les veíamos, y al cabo de un rato, aparecieron, habían subido por el valle previsto, desde un collado por terreno de fuerte inclinación, 45º, evitando las cornisas y donde el uso de crampones y piolet se hacía necesario, aunque la nieve estaba blanda. Ellos habían saltado el arroyo de Armaule y continuado a trocha hasta el circo del San Millán, pues tampoco se atrevieron a cruzar el río Urbión. Nos impresionó este pico por lo alpino, mucho más de lo que aparecía en las fotos y reseñas de Internet. Esta ascensión por la ruta del Valle Urbión no es aconsejable en invierno para aquellos que no estén familiarizados con la subida por corredores, pues no hay ninguna vía fácil. En cambio por el valle de Armaule es factible para cualquiera acostumbrado a largas caminatas de 8 o 9 h y más de 1000 m de desnivel. Por Pineda de la Sierra es una opción incluso más fácil, pero también larga y menos bonita. Decidimos bajar por la ruta de las cascadas o de Altuzarra, a cuyo inicio llegamos sin dificultad, a pesar de que tuvimos algo de niebla al abandonar el cordal, en 2,30 h. Había 2 opciones, o bajar por un sendero amplio y bien trazado al refugio de Zarcia donde habíamos dejado el coche, o hacerlo por la  ruta de las cascadas. Desgraciadamente elegimos esta opción, tardando tanto tiempo como el que habíamos empleado en llegar desde el pico, en lo que son apenas 3 km. Totalmente desaconsejado en invierno o primavera, la cantidad de agua hace esta ruta impracticable, tuvimos que cruzar el arroyo de Altuzarra 8 o 10 veces con el agua hasta la rodilla en algunos tramos, incluso a partir de la última cascada nos perdimos, al estar completamente perdida la traza y las estacas que la señalizan. Tuvimos que acabar la última media hora de noche, con la frontal, afortunadamente ya recuperado el sendero. Un pico muy interesante, muy alpino, que no desmerece de los de Pirineos, pero al tratarse de montañas menos visitadas, con caminos peor trazados, y en este caso inundados en algunos pasos clave, se hace muy complicado en esta época del año.