Continuamos hasta Saint Lary, donde nos instalamos en los apartamentos después de un pequeño contratiempo con el tamaño y capacidad de los mismos por un malentendido de la agencia que finalmente pudimos solucionar gracias a nuestro tesón y la buena disposición del personal de la oficina de Lagrange.
Esa primera tarde-noche la dedicamos a instalarnos, hacer algunas compras para el avituallamiento de los apartamentos y pasear por el encantador pueblecito de Saint Lary Soulan.
Al día siguiente Domingo decidimos hacer una ruta turística por los pueblos medievales del Alto Garona, pero debido a algunos problemillas de última hora con los forfaits que tuvimos que solucionar, salimos más tarde de lo previsto por lo que decidimos acortar la ruta y sólo pudimos ver los pueblos de Saint Lizier, un encantador pueblo medieval, clasificado en el patrimonio de la humanidad de la UNESCO, posee (caso excepcional) dos catedrales, pudimos visitar una de ellas y su claustro románico, se distingue por sus magníficos frescos del siglo XI, que recuerdan a las pinturas bizantinas. Saint Lizier forma parte de “los pueblos más bellos de Francia”, donde las casas de entramados de madera contribuyen a mantener la atmósfera «intemporal» de Saint-Lizier, y en el que pudimos disfrutar de unas vistas espectaculares de los Pirineos, y Saint Bertrand de Comminges, un poco decepcionante la visita a éste último pues llegamos tarde para visitar la Catedral de Sta. María, nos habían comentado que su interior es espectacular, una imponente construcción que conserva partes románicas de la iglesia fundada en el siglo XII mezcladas con otras de estilo gótico, y decepcionante también porque Saint Bertrand parecía un pueblo fantasma donde los únicos entes éramos el grupo Pegaso.
Regresamos a Saint Lary sin perdernos, todo un reto por las carreteras francesas, y al día siguiente, Lunes, comenzó propiamente nuestra semana de esquí…..bueno, para unos más que para otros… pues a la pobre infeliz de la organizadora sufrió una tonta caída que la mantuvo apartada de las pistas durante el resto de la semana…menos mal que quedó ahí, en un susto.
Y salvo algún que otro revolcón por la nieve de alguno de los asistentes con resultado de algún arañazo o contusión podemos decir que por lo demás fue todo un éxito en el que pudimos disfrutar de una buena camaradería entre los inquilinos de los apartamentos resultando finalmente una experiencia inolvidable…
La estación, aunque no estaba al 100% y no había mucha nieve, sí la suficiente y cierto es que era de calidad y se pudo disfrutar todos lo días de las pistas gracias a que el tiempo…por una vez tratándose de Pegaso….acompañó con fantásticas temperaturas y sol radiante.
También dedicamos un día algunos de los socios al descanso y relax disfrutando de Balnèa, un Centro Termal que reune Spa Temático y restaurante, en el Valle de Louron, junto al Lago de Gènos-Loudenville. Un bucólico lugar que nos permitió también poder dar un agradable paseo y disfrutar del paisaje espectacular…Todo un lujo.
El Viernes por la noche nos despedimos celebrando una cena especial en un acogedor restaurante junto a una chimenea y el sábado día 15, dejamos los apartamentos por la mañana y tras hacer unas compras de deliciosos quesos en el mercado ambulante de cada Sabado en Saint Lary nos volvimos para Madrid… y “cada mochuelo a su olivo”…
Creo que la experiencia ha merecido la pena, y espero que penséis lo mismo, para repetirla el próximo año… yo al menos lo espero con ansia, ya que sólo pude esquiar una hora y media el primer día, aunque espero resarcirme antes de que acabe la temporada. Montaña Macías
