Fecha | 23 de octubre de 2010 |
Itinerario | Casillas (1454m) – Puerto de Casillas (1477m) – Cerro de Casillas (1774m) - Canto del Berrueco (1817m) - Cerro de la Escusa (1959m) - Muñogrande (1795m) – Puerto de Navaluenga (1769m) - Lanchamala (1996m) – Portacho de las Serradillas (1855m) – Piedralaves (717m). |
Desnivel y Distancia | +732m / -1469 m - 26 km |
Horario | 7-8h. aprox. |
Mapa | Hoja 579. Escala 1:50.000 del Servicio Geográfico del Ejército |
Tracks | enviar por e-mail a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. |
Con fecha 23 de octubre, 53 socios del Grupo de Montaña Pegaso (46 federados y 6 no federados, a los que el Club les hizo el correspondiente seguro de accidentes) iniciamos la novena actividad del club del II trofeo Cordal Pegaso-2010.
Llegamos al pueblo de Casillas sobre las nueve y cuarto y hacia la nueve y media iniciamos la marcha. Nos acompaña un día espectacular, soleado y sin nubes, rompiendo la previsión meteorológica.
Tomamos la ruta en la calle Era, ya que de ella parte la pista forestal que nos conducirá en escasos 6 kilómetros al Puerto de Casillas; durante un ratito contemplamos la cantidad de castañas que “siembran” el camino y nos paramos a recoger algunas, disfrutando del sabor de este fruto otoñal.
Alcanzamos la explanada de las eras, donde un cartel nos indica que nos encontramos en el “Camino de las Eras del Prado”; seguimos subiendo entre fincas de castaños y vemos a poco cómo los pinos sustituyen al castañar. El resto de la ascensión hasta el Puerto de Casillas lo realizamos por un marcado camino, sin posibilidad de confusión, y siempre en moderado desnivel. Unos metros antes de alcanzar el puerto nos encontramos una fuente y un pilón a la derecha, lugar adecuado para hacer acopio de agua. En pocos minutos alcanzamos el Puerto de Casillas (1.477m), estupendo mirador desde el que se contempla el contiguo Valle de Iruelas y un poco más allá el pantano del Burguillo.
Frente a nosotros, en la otra vertiente, se ve una pista forestal cerrada con una cadena que termina en la vertiente norte del Canto del Berrueco. Nosotros no iremos por ahí, sino que giraremos a la izquierda (O) en un fuerte ascenso por el cordal orográfico por el que progresa una trocha de ganado, que a duras penas se abre paso entre la vegetación. En pocos minutos estaremos en la cima del Cerro de Casillas (1.774m), lugar desde el que obtendremos una espléndida panorámica del Valle de Iruelas. Este destacado espacio natural pertenece a los términos municipales de El Barraco y Navaluenga.
Nuestra senda por estos parajes presenta un perfil tendido, lo que posibilita la contemplación del entorno. El camino avanza por el cordal hasta alcanzar la Portilla de Majalazarza (1.737m), donde veremos la naciente garganta de Santa Maria, cuyas aguas fecundan estas vegas serranas.
En esta portilla continuamos una laboriosa ascensión por la senda ganadera que venimos siguiendo, teniendo como referencia unos descomunales hitos de piedras menudas, que nos conducirán hasta la cumbre de La Pizarra (1.820m). Continúa nuestra marcha en la misma dirección por unos descompuestos relieves rocosos hasta llegar a un barranco que bordearemos por su derecha (algunos de los socios más osados deciden coronar este risco), para retomar luego otra vez la línea de cumbres hasta la amplia depresión que crea el Collado Canto del Berrueco (1.728m). Como se puede observar, el granito es el material fundamental de la Sierra de Gredos y de toda la Cordillera Central.
Desde aquí iniciamos una jadeante, fuerte y empinada subida entre cantos sueltos de todo tamaño, que a veces harán peligrar nuestra verticalidad. De esta precaria forma ascenderemos hasta alcanzar el vértice geodésico del Cerro Escusa (1.959m), reconocible por su torreón de mampostería y por la existencia de un repetidor de televisión. Este cerro era conocido anteriormente como “Cerro Birlo” que significa torreta de piedras en castellano antiguo.
El recorrido lo hacemos con tranquilidad, esperándonos unos a otros y paramos varias veces para comer y coger fuerzas para continuar esta larga marcha.
Desde el punto en que nos encontramos, proseguimos en dirección oeste por la divisoria de aguas hasta coronar la cumbre del Mirlo (1.925m). Aquí emprendemos un descenso por una amplia meseta hasta situarnos en una suave depresión (1.917m), donde ascendemos de nuevo por una senda ganadera marcada por hitos que nos permitirá acceder a la cima de Peña Parda (1.925m), alto desde el cual se intuye el susurro de las cantarinas aguas de la garganta del Charco de la Hoya. Después una insignificante cuesta abajo nos acerca a una amplia depresión (1.798m); la senda sigue la cuerda dejando atrás un panzudo resalte (1.859m) que antecede al conglomerado granítico de la esbelta figura de Muñogrande (1.795m), que se salva sin contratiempos, aunque sus abundantes resaltes nos hagan trabajar más de lo habitual. Aquí empezamos una suave subida entre grandes arbustos para llegar a Cabeza de la Cierva (1.791m), donde iniciamos una reconfortante bajada, cordal abajo, trazando un par de sinuosas curvas. Al final de la bajada, nuestra senda ganadera alcanza el Puerto de Navaluenga (1.769m). En este punto es donde algunos participantes deciden tomar la ruta alternativa por la pista.
Nuestro itinerario continúa sin dificultades, aunque a partir de este momento la senda tiene una corta parte con acentuado desnivel. Nuestro ya cansino caminar nos aproxima a las abundantes crestas que conforman la cima que da nombre a este conjunto montañoso: Lanchamala (1.996m). Abismos y paredes sobrecogedores configuran el paisaje. A unos metros hacia al oeste vemos una piramidal cima, La Rubiera (2.009m), primera cumbre de más de 2.000m del sector oriental de la Sierra de Gredos. A partir de aquí, una larga loma cubierta de vegetación rastrera que mantiene la dirección que traíamos, nos aproxima lentamente a la profunda depresión que forma el Portacho de las Serradillas (1.869m). El paisaje del collado es sencillamente delicioso, prados de un verde intenso en su escueto arroyo y el acentuado gris de sus abundantes cantos.
Desde el Portacho iniciamos la bajada que nos llevará en primera instancia en un claro descenso a la pradera de la Serradilla donde podremos admirar de una cascada a nuestra izquierda. El camino aprovechando carriles de saca y algún trozo discontinuo de senda, se desliza en pronunciado desnivel que nos acerca cada vez más a las proximidades de masas arbóreas que comienzan en cotas altas.
Desde la cota 1.200, entrando en bosque de pinares, con suave pendiente descendente entre pequeños campos vallados y por una pista forestal en dirección suroeste caminamos hasta alcanzar la parte alta del pueblo de Piedralaves donde se da por finalizada esta larga y espléndida marcha.Hacia las siete de la tarde cogemos nuestro autobús con dirección a Madrid contemplando una maravillosa luna llena.