ARAGÜELS, SAYÓ Y CORDIER
5 y 6 de septiembre de 2020
El viernes por la tarde iniciamos el viaje con destino a Benasque, llegando los catorce participantes sin novedad al Hotel El Pilar en diferentes momentos, en función de la hora de salida, pero con tiempo suficiente para cenar y dar un paseo por el pueblo. El último en llegar fue Pedro P. que había tomado un vuelo de Canarias a Barcelona, donde alquiló un coche para llegar a Benasque pasadas las 12 de la noche.
Sábado, 5 de septiembre
El sábado 5 amaneció soleado y totalmente despejado. Después del abundante desayuno que nos ofreció el hotel a las 7 h15 de la mañana, a las 8h tomamos los coches para ir al Valle de Cregüeña. En vez de dejar los coches en el punto de destino (Balneario de Benasque) como habíamos previsto inicialmente, optamos por dejarlos en el inicio, el Puente de Pescadores, que se encuentra en una cota inferior, para regresar a los coches bajando en vez de subiendo. Aquí empezó el primero de los problemas, todos menos yo, Yolanda, la coordinadora, eligieron llegar al puente de Pescadores tomando la pista desde el Norte, en el desvío al Balneario, mientras que yo la coordinadora entré a la pista desde el Sur. El primer grupo, al abandonar la carretera del Balneario enseguida se dio cuenta que la pista no estaba en condiciones para coches normales, por lo que no les quedó otra opción que retroceder hasta la carretera del Balneario y dejar allí los coches. Desde ese punto bajaron andando en unos 20 minutos hasta el Puente de Pescadores, donde nos encontramos todos, comentándoles que el tramo de pista que había tomado tampoco estaba en buenas condiciones y que lo había conseguido superar sin problemas gracias a que su coche era más alto de lo normal. Una vez reagrupados en los prados del Puente de Pescadores (1.470 m) dimos inicio a la marcha ascendiendo por un sendero muy marcado que transcurre dejando a nuestra derecha el arroyo que desagua desde el Ibón. El camino se inicia con unas potentes rampas hasta aproximadamente los 2.000 m donde se alcanza la Pleta de Cregüeña, una zona de prados que nos permitió un merecido descanso después de la subida inicial.
Desde allí queda otra fuerte subida de unos 600 m hasta alcanzar el desagüe del ibón (2.650 m).
En este punto el camino gira abruptamente a la izquierda para subir por una ladera incomoda con grandes bloques que nos ralentizaron mucho los 400 metros que nos restaban para alcanzar el collado del Alba.
Gracias a las emisoras pudimos contactar con varios participantes que continuaban por el borde del ibón sin haberse percatado del giro del camino.
Desde allí el sendero asciende de nuevo por una zona de bloques muy incomodos hasta un primer collado, para luego continuar por la ladera hasta atravesar la cuerda que da al valle contiguo que desciende al Balneario.
Gracias a las emisoras, los primeros nos avisaron que la canal de bajada al Balneario era delicada, por lo que consultamos el mapa para buscar un camino alternativo. En el OpenTopoMaps figuraba un sendero marcado que descendía cómodamente, primero en dirección al Pico Padierna para luego girar a la izquierda en dirección a los llanos del Hospital. Hasta el collado de Padierna el sendero está marcado con abundantes hitos ya que es el camino de ascenso normal al Collado del Alba desde el Refugio de la Renclusa, sin embargo, al desviarnos en la dirección opuesta el camino desapareció repentinamente, apareciendo únicamente algún hito esporádico. Todos agrupados seguimos la dirección que nos indicaba el mapa del móvil, y poco a poco fuimos descendiendo sin problemas evitando los barrancos, hasta llegar a unos prados (2.400 m) muy cercanos a la Tuqueta Blanca. En este punto recibimos una llamada por la emisora por parte de las dos personas que se habían quedado comiendo en el Pico Cordier, habían perdido el sendero y, aunque llevaban GPS, se encontraban completamente desorientados. Eran las 8h30 y estaba a punto de oscurecer, por lo que dos personas se quedaron esperando, mientras que el 
resto continuaría bajando hasta el Hospital de Benasque. Tuvimos la suerte de poder contactar por teléfono con el primer grupo y comunicarles que estábamos bien, que no íbamos a bajar al Balneario y que alguna persona se quedase esperándonos en los Llanos con un coche para subir a los conductores hasta el Balneario para recoger los coches. También mediante las emisoras conseguimos orientar a las dos personas perdidas y aproximadamente a las 9h30, cuando ya era noche cerrada, gracias a la luz de las linternas pudimos por fin reagruparnos para iniciar el descenso las cuatro personas juntas. La última parte del descenso a los Llanos no era tan fácil como habíamos supuesto, el camino inicialmente muy marcado pronto desapareció y nos encontramos inmersos en un bosque tupido, con una espesa maleza y un fuerte pendiente que a veces terminaba en pequeños barrancos. En ausencia de sendero definido, seguimos la dirección que nos indicaba el mapa, aunque el sendero era inexistente, orientándonos con algunos hitos ocasionales y también con algunas cintas reflectoras colgadas en los árboles y unas estacas de nieve bicolores. Finalmente retomamos de nuevo un sendero bien marcado que nos llevó a las proximidades del Hospital de Benasque, donde coincidimos con el grupo que se había adelantado, eran las 22h30.
En la pista se encontraba nuestro compañero Javier, uno de los primeros, que hacía dos horas que había descendido y que después de cenar, había cogido su furgoneta para esperarnos y llevarnos al Balneario donde se encontraban nuestros coches. Todo un detalle del que le estamos completamente agradecidos.
A las 23h estábamos finalmente en el Hotel El Pilar, donde tuvieron el detalle de darnos de cenar a pesar de la hora intempestiva a la que llegamos, detalle que no vamos a olvidar en mucho tiempo.
Domingo, 6 de septiembre
Debido al cansancio de la actividad del sábado, el domingo desayunamos una hora más tarde. Por otra parte, las dos actividades propuestas, el Sacroux y el Salvaguardia no entrañaban ninguna dificultad. Después de desayunar, y una vez recogido todo el equipaje, de nuevo nos dividimos, unos se dirigieron a recoger el coche que se había quedado aparcado en el Puente de Pescadores, mientras que el resto nos pusimos en marcha al aparcamiento de la Besurta, donde se iniciaba la marcha. El camino transcurre inicialmente por el centro del valle, atravesando varias veces el arroyo, hasta alcanzar y superar el Hospital de Benasque. En ese punto el camino empieza a ascender hasta llegar a un primer collado desde donde se puede disfrutar de una vista panorámica de la vertiente norte del macizo del Aneto, en especial del glaciar.
El camino continúa ascendiendo hasta llegar al segundo collado desde donde a la derecha se desvía el camino “GR” que va al Puerto de Benasque. Nosotros, sin embargo, giramos a la izquierda para superar los últimos 200 metros hasta la cima. A partir de dicho punto el sendero transcurre junto a un pronunciado precipicio, pero sin ninguna dificultad. En un punto de piedras lisas se ha colocado un cable de acero, destinado sobre todo para los días de lluvia. Desde ese punto no quedan más de 15 minutos hasta la cima. Durante todo el recorrido nos vimos acompañados por innumerables grupos de personas que subían y bajaban al pico, a diferencia del día anterior donde solo habíamos encontrado a dos personas
Una vez arriba, descansamos un poco disfrutando del paisaje y tomando un refrigerio. Pronto iniciamos el descenso ya que teníamos una nube acechándonos y la niebla ya casi encima. Sin más problemas bajamos hasta llegar al aparcamiento. Un buen fin de semana, con más incidentes de los habituales, pero que se solucionaron de una manera bastante aceptable y que nos han permitido ganar experiencia para el futuro. Estas incidencias no impidieron a los participantes disfrutar de un entorno espectacular acompañado de un tiempo perfecto.
Coordinadora: Yolanda Rueda
