y convertir la progresión en terrenos calizos en una cuestión delicada, aunque por experiencia de dos participantes durante el día de hoy, no consideramos necesario el uso de equipo invernal.
Día 7. Desayuno a las 7:00 para coger los coches en dirección al puerto de Belagua a las 7:30.
Grupo I
Distancia: 28 km.
Subida y bajada aprox.: 1600 m
Relato de Francisco Javier S.
Sobre las 9:00 h iniciamos la ruta en el aparcamiento situado junto al refugio abandonado de Belagua (1.425 m). Comenzamos a caminar siguiendo la señalización del GR dirección E, por una zona de pradera.
Desde el principio un grupo de cuatro personas, con el objetivo claro de hacer la opción más larga (es decir subir al Anie) comenzó a caminar a un ritmo bastante fuerte por lo que se adelantaron al resto del grupo.
Yo comencé a un ritmo un poco más suave, que poco a poco fui aumentando por que también tenía ilusión por el Anie. Pronto salimos de la zona de pradera para adentrarnos, siempre siguiendo el GR, en el bonito bosque de hayas y abetos.
La ruta comenzaba a ascender cada vez de forma más pronunciada hacía un collado (1.610 m.) situado junto a la Punta de la Cruz, en este tramo me adelanté al resto del grupo y contacté con uno de los componentes del grupo de cabeza que se había retrasado un poco con respecto a los otros tres. Continuamos juntos, primero descendiendo un poco y luego por una zona relativamente llana (aunque con terreno muy irregular) donde se encuentra la majada de Añiberkandía (1.565 m).
Después la ruta ascendía e iba cambiando el paisaje, el bosque se hacía menos espeso y empezaba a predominar el pino negro, también había cada vez más nieve por lo que podíamos seguir la huella de las tres personas que iban delante.
Sobre las 11:00 h. llegamos a la zona a 1.850 m. donde el track del gps se desviaba dirección NE del GR para ascender bruscamente por una zona rocosa despejada de árboles cubierta parcialmente de nieve. Esta ruta hacia el Anie estaba marcada por algunos hitos, aunque no muchos, de cualquier forma aquí podíamos ver unos 200 m delante a nuestros tres compañeros así que fuimos siguiendo sus pasos en la ascensión.
Una vez alcanzada la cota de 2.150 m la pendiente se suavizaba bastante y comenzaba una cuerda en dirección ascendente, en esta zona ya habíamos vuelto a perder de vista a nuestros tres compañeros y como no había hitos nos limitamos a seguir el gps.
Poco a poco la cuerda se va haciendo más empinada, al mismo tiempo que se convierte en una cresta no demasiado estrecha por la que se puede caminar sin necesidad de trepada. El único problema es el viento, que a pesar de ser del sur es bastante frío y muy fuerte, por lo que en ocasiones nos desequilibra. No obstante seguimos ascendiendo hasta alcanzar un montón de piedras que nos marcan la cima del pico Añelarra (2.357 m.). Las vistas son espectaculares, tanto del Anie como de la Mesa de los tres Reyes, que en ese momento empieza a cubrirse de nubes. También podemos ver a nuestros tres compañeros que están detenidos en un collado un poco más abajo.
Descendemos hasta ese collado (2.297 m.) y valoramos los 5 juntos si intentábamos la subida al Anie o nos dábamos la vuelta. Como al viento frío y fuerte se iba sumando cada vez más la presencia de nubes que podían dejarnos sin visibilidad en la ascensión, decidimos volver, así que regresamos de nuevo hacia el Añelarra.
Una vez arriba en la cuerda buscamos algún hito o sendero que nos marcase la bajada directa hacia el collado de Insole que marcaba el gps, pero no vimos ninguno, lo que si se veían eran muchas curvas de nivel en el mapa y un terreno en apariencia complicado cubierto parcialmente de nieve, además el viento nos azotaba de cara en ese lado de la montaña. Esto hizo que tomásemos la decisión de descender hacia el Gr por el mismo camino de subida, opción que alargaba considerablemente la ruta.
Durante el descenso nos encontramos con otro grupo de Pegaso que iba ascendiendo y les informamos de la situación, ellos continuaron ascendiendo, excepto una persona que se unió a nosotros en la bajada.
Llegamos de nuevo los 6 a la intersección con el Gr sobre las 14:30 h. Paramos a comer algo y decidir si continuábamos la ruta circular prevista o regresábamos al refugio por el mismo camino de ida. Uno de nosotros se encontraba con dolores en la espalda así que decidió volver por el camino corto acompañado por otro componente del grupo. Los otros 4 decidimos hacer la ruta circular completa. Teniendo en cuenta la distancia aproximada que nos quedaba, que en principio contábamos con ir por el Gr y que estaban las huellas muy marcadas del resto del grupo que ya había pasado por allí, calculamos que podríamos estar en los coches sobre las 18:00 h.
De esta forma llegamos sobre las 15:30 sin problemas al collado de Insole (2.049 m). A partir de allí continuaba un descenso suave, con alguna pequeña subida, pero por un terreno kárstico cada vez más incómodo. Además el track del gps se apartaba del Gr y surgían en algunos puntos hitos que podían despistar al no corresponder al sendero que nosotros intentábamos seguir. Las huellas de nuestros compañeros en los sitios donde todavía quedaba nieve tampoco eran muy fiables ya que no iban todas por el mismo sitio y además en algunos casos eran de ida y vuelta. Todo esto nos hizo retrasar el ritmo de la marcha ya que nos obligaba a continuas paradas para consultar el gps o el mapa.
De esta forma pasamos por la Majada de Ukerdi (1.650 m) siguiendo (más o menos) el track hasta que llegamos al inicio de la subida al Alto de Lapazarra. En este punto decidimos desviarnos del track para buscar el Gr que discurría en paralelo por la zona más baja, así pensábamos que ganaríamos algo de tiempo.
Sobre las 18:00 ya nos encontrábamos en un collado a 1.550 m. donde el track se volvía a incorporar al Gr que llevábamos nosotros y desde el que podíamos ya divisar el aparcamiento. No obstante era casi de noche y nos esperaba un descenso brusco por un bosque cerrado con el suelo cubierto de hojas que tapaban las muchas irregularidades del terreno. A nuestro favor teníamos que el sendero estaba muy marcado con múltiples señales pintadas en los árboles y que los 4 llevábamos frontal y gps, además la temperatura era buena y no amenazaba lluvia. Decidimos por tanto ir despacio para evitar lesiones que nos pudiese ocasionar el terreno irregular, aunque eso supusiese llegar un poco más tarde a los coches.
Aunque en algún momento debido a la oscuridad tuvimos algún pequeño despiste y perdimos el Gr al final lo volvimos a encontrar rápidamente gracias al gps y de esta forma sobre las 19:00 h llegamos a los coches donde encontramos una nota de nuestros compañeros, a los que llamamos inmediatamente para comunicarles nuestra llegada.
Al final la distancia aproximada recorrida fue de 28 Km y el desnivel acumulado (no muy fiable por los continuos sube y baja) de unos 1600 m.
Grupo II
Distancia: 23,5 km.
Desnivel acumulado: 1388 m.
Relato de Antonio M.
Ruta potente, larga, con fuerte desnivel y, como siempre, con múltiples grupos y subgrupos la que hicimos el primer día de la actividad denominada "Selva de Irati".
Si los 23,5 Km. de distancia recorridos, con un desnivel acumulado de 1.388 m. ya hacen por sí misma una ruta dura, la existencia de nieve a partir de los 1.650 metros agravaron la dificultad.
Salimos del refugio de Belagua a 1.318 m. de altura con un tiempo bastante bueno, claros y nubes alternándose, una temperatura agradable y disfrutando del bosque de hayas en todo su esplendor de otoño.
Al bosque le suceden los karst donde ya empieza a abundar la nieve, terreno complejo que dificultad el ascenso, algún que otro despiste y múltiples huellas que a veces orientan y otras confunden.
En los 1.850 m nos encontramos con un grupo de 10 o 12 compañeros capitaneados por Fernando, se han pasado el desvío del Anie y retroceden para intentar ascenderlo. ¡Vano intento!
Llegamos a la máxima cota del día, los 2.044 m del collado de Insole o d'Anaye donde está el desvío para Lescún, nosotros giramos a la derecha para completar la circular que nos llevará al punto de partida. Vamos bien de tiempo, hemos completa la mayor parte de la ascensión y la mitad de la ruta.
Pero aquí empiezan las dificultades: el terrenos es cada vez más irregular, hay mucha nieve, el descenso no es tal, sino que hay también fuertes ascensiones, el camino está mucho peor marcado y hay que tirar frecuentemente de GPS.
Aún nos queda la última dificultad y los que más nos va a retrasar, la larga cresta que corona el Alto de Lapazarra, sencilla pero por la existencia de nieve hay que tomárselo con mucha tranquilidad. Sólo nos queda la bajada por un mágico bosque de hayas ya con las últimas luces. El ascenso al parking del refugio de Belagua siendo ya noche cerrada, donde nos espera nuestra coordinadora Esther como una madre amantísima recogiendo a sus cachorros.
Grupo III
Distancia: km.
Subida: 300 m // Bajada: 300 m.
Relato de Esther P.
Tras un pequeño incidente por el olvido de las botas de una participante, aproximadamente a las 8:45 los 39 participantes, además de 4 personas no inscritas oficialmente, nos ponemos en marcha.
Hay bastante barro, pero se avanza con relativa rapidez.
Al llegar a los 1600m. de altitud, encontramos nieve. Transitamos por terreno calizo y debemos poner más cuidado para no colarnos por algún agujero. No obstante, la nieve no es del todo mala, y siendo el terreno relativamente llano no dificulta demasiado la progresión.
El grupo de cola, compuesto por cinco participantes, entre los que me encuentro, avanza con lentitud. Cometemos un error siguiendo las huellas equivocadas, y al tratar de llegar de nuevo al track, perdemos demasiado tiempo.
El cúmulo de contratiempos: una persona que no lleva botas, otra que no lleva gafas, otra que lleva un ritmo algo lento, y el tiempo perdido al equivocarnos, nos hacen llegar en consenso a la conclusión de que por nuestra propia seguridad, y siendo realistas, es más aconsejable volver por donde hemos venido, pues es imposible dado nuestro ritmo completar el recorrido sin que se nos haga de noche.
Informamos por la emisora a los compañeros, que nos comunican que se han hecho tres grupos, dos de ellos que han iniciado el ascenso al Anie, y otro que ha continuado haciendo la circular.
Durante el camino de regreso, vamos notando el incremento de la fuerza del viento, y observamos las nubes sobre el Anie volar a toda velocidad. Ante esta visión, la primera decepción por no completar la ruta se convierte en alivio cuando además, en contacto con los compañeros, comprobamos que precisamente debido a la fuerza del viento el objetivo del Anie no ha sido cumplido.
Uno de los grupos que iba a subir al Anie decide también desandar sus pasos. Otro grupo de cuatro participantes continúa la ruta circular planeada tras su intento frustrado de ascensión al pico.
Nuestro grupo llega a las tres de la tarde aproximadamente al parking y nos acercamos hasta el bonito pueblo de Isaba para tomar un café mientras hacemos tiempo hasta las cinco, momento en el que calculamos que comenzarán a llegar nuestros compañeros al parking.
Efectivamente, al llegar al parking, nos cruzamos con el grupo más veloz que había intentado subir el pico y que había bajado por el camino de ida, aunque quedan por llegar otros seis participantes realizando esa misma ruta.
Los participantes que han hecho la circular poco a poco van llegando y acoplándose en coches, quedando únicamente por llegar, ya entrada la noche, el grupo de cuatro participantes que había intentado pico y continuado por la circular prevista.
Aproximadamente a las 19:10, ya entrada la noche, llegan a los coches sanos y salvos.
Ya en el camping, nos aseamos y cenamos animadamente comentando incidencias sobre la ruta.
Día 8
Distancia: 27 km. (Monte Okabe incluido)
Subida y bajada: 850 m.
Aunque la ruta de hoy se prevé larga, es mucho más sencilla que la del día anterior, al transcurrir en su mayoría por pistas.
Retrasamos por tanto el desayuno hasta las 7:30, y saliendo con los coches hacia el parking de las Casas de Irati a las 8:00.
De nuevo comenzamos a caminar sobre las 8:45, por una pista alfombrada de hojas rojas y amarillas de las hayas que predominan en la zona. En estas zonas bajas, donde el viento ha arrastrado menos hojas, el bosque está en su máximo esplendor otoñal.
Disfrutamos del recorrido relajadamente continuando por la pista, siguiendo marcas de GR. En cierto punto, debemos abandonar la pista para, aprovechando una loma, dirigirnos hacia el Monte Okabe.
Sendero estrecho, empinado y algo resbaladizo, pero bastante sencillo, que va a parar de nuevo a una pista a 1250m. de altura donde faldeamos para llegar al collado de Oraate, desde donde avistamos el monte que algunos participantes coronarán, y otros no.
Los que no, llegan a los coches a tiempo para ir a comer y a visitar alguno de los pueblos de la zona.
Los que sí decidimos coronar el Okabe, seguimos otra pista con marcas de GR que nos lleva, rodeando el monte, hacia una concentración de varios cromlech encadenados, monumentos funerarios realizados por los antiguos moradores de la zona.
Desde este punto el ascenso al monte es muy gradual por una gran llanura que nos permite, en giro de 360º, admirar el bonito paisaje a nuestro alrededor.
De nuevo en el collado de Oraate, continuamos marcas de GR utilizando un estrecho sendero por laderas bastante pendientes hasta finalizar la cresta de Urirula, donde el GR gira a nuestra izquierda en un camino de descenso hacia la zona del pantano, que podemos divisar a lo lejos.
Nos sentamos a comer brevemente, y un conato de lluvia nos hace levantarnos para continuar caminando.
Bajamos hacia el valle admirando los árboles que alfombran los montes ante nuestra vista y llegamos a la carretera que hace de línea divisoria entre Francia y España.
Llegados al Puente de la Cuestión, no lo cruzamos, y continuamos caminando por la pista de la izquierda, hasta, un par de horas después, llegar al coche, donde nos aguarda una nota del guarda del parking para que abonemos la tasa de parking correspondiente.
Nos cambiamos las botas, estiramos un poco, pagamos, y nos vamos al pueblo de Otxagavía, donde encontramos a los compañeros en uno de los bares, socializando hasta la hora de la cena.
Día 9
Desayuno a las 7:30. Nos han indicado que no podemos dejar nada en el camping porque en el momento que nos vayamos, comenzarán las obras.
Se organizan varios grupos. Algunos se van de turisteo. Otros dos grupos hacemos la ascensión al Orhi. Un grupo según la programación, y otro desde el Puerto de Larrau, acortando sustancialmente la misma para salir hacia Madrid lo antes posible.
Grupo I
Distancia: 7 km.
Subida: 500 m // Bajada: 500 m
Relato de Esther P.
Al pasar por Abodi saludamos desde nuestros coches a los compañeros que van a realizar la opción larga y continuamos ascendiendo en coche. Hay algo de hielo en la carretera, así que conducimos con cuidado.
Llegamos al puerto sin percances y nos pertrechamos para realizar la ascensión al pico que se divisa claramente. El tiempo, salvo algo de frío, es excelente. Los disparos de los cazadores y los puestos de acecho que vemos en la zona nos hacen sospechar que un pájaro blanco que hemos visto volar de forma algo alocada puede tratarse de una perdiz nival.
Comenzamos a caminar a las 9:30 aproximadamente.
El camino sencillo se encuentra algo embarrado, pero no presenta dificultades. Cuando la nieve hace su aparición, tampoco supone un problema.
Rápidamente vamos ascendiendo, paso a paso. Los primeros en llegar a la base del pico deciden abordar la ascensión directamente por la cara Sur. La ladera está empinada, y la escasa nieve sobre la hierba hace que resulte algo crítico el ascenso.
Dos personas nos dirigimos hacia el collado, para afrontar el ascenso por el camino más cómodo, en la cara Oeste. Otros dos participantes que habían iniciado el ascenso por la Sur cambian de opinión y suben por la Oeste.
Nos encontramos todos arriba y tras brevemente echar un vistazo a las vistas y hacer unas rápidas fotos debido al incómodo viento, iniciamos casi todos la bajada por la cara Oeste.
Durante la bajada nos cruzamos con varios montañeros algo menos madrugadores.
Llegamos rápidamente a nuestros coches, aproximadamente a las 11:45
Grupo II
Distancia: 15 km.
Subida y bajada: 1000 m.
Relato de Jose Antonio H.
La salida fue aproximadamente a las 9:00, recorriendo la pista que descendía desde la estación de Abodi hasta el margen del rio Pikatua.
Un descenso suave de 200 metros inmersos en el bosque de hayas y abetos hasta alcanzar un desvío a la derecha que marcaba el inicio de la ascensión. Los primeros 2 kilómetros seguimos caminando mientras disfrutamos del abrazo del bosque.
El sol se filtra aquí y allá entre las hojas que parecen un caleidoscopio de colores. Cruzamos una malla ganadera y aparecemos en una majada donde parte del grupo hizo un breve descanso. A partir de aquí se asciende una loma herbosa muy empinada.
Desde aquí, ya se aprecia la arista Suroeste hasta la cumbre. Se vislumbra gente en el alto. A medida que ascendemos la nieve y el hielo hacen acto de presencia aunque no dificultan el avance. Recorremos el último espolón hasta un buzón colocado en el vértice de la masa rocosa y desde allí es un mero trámite llegar al punto geodésico (11:45 h).
El viento arriba es intenso. Hacemos la foto de rigor y bajamos por la falda sur por el camino natural de ascenso y que está bien cubierto de nieve. Al llegar al collado descendemos por un camino embarrado hasta casi tocar con el puerto de Larrau cuando viramos a la derecha siguiendo el Cordal.
Vemos en toda su longitud el recorrido que hemos seguido y disfrutamos de un día excepcional.
A las 13:15 h llegamos a la estación de Abodi. En total 4:15 horas de marcha.
Una jornada 10.