Al llegar al albergue lo primero que hacemos es cenar. Una cena un poco escasa, aunque bien cocinada y con productos con una calidad aceptablemente buena. Nada más cenar nos distribuimos en las habitaciones y a dormir.
Sábado 28 de Mayo.
Las previsiones meteorológicas nos son adecuadas para pasar un día de montaña, pero no obstante se planifica, la excursión según lo previsto: desayuno a las 7:00 y salida del autobús a las 7:30.
Llegamos al Puerto de San Glorio (1.600m), se notan las ganas de caminar y aprovechar la claridad que de la que todavía disfrutamos. El día parecía medianamente que se iba a mantener.
No obstante, nada más dejar a la derecha unas peñas llamadas los Campanarios, el cielo se empieza a encapotar y el panorama que nos amenazar es el de unas nubes negras que se acercan rápidamente.
En el collado de Las Yeguas (2.057m) un grupo de 15 personas, deciden acometer el camino de bajada hacia el pueblo de Llanaves de la Reina dado que ya ha empezado a caer un chirimiri.
Al llegar a la cresta de los Altares hay una cornisa de nieve, donde el grupo de cabeza talla unos escalones para que ‘el escalón de Hilari’ pueda ser superado sin dificultad por el resto del grupo.
La lluvia poco a poco irá incrementando su intensidad, hasta convertirse en granizo de diminutas partículas; pequeños alfileres que el viento lanzaba sobre los ojos y piel de esos inermes montañeros.
Seguimos avanzando hasta llegar al Pico de Tres Provincias (2.500m), aquí existe la opción de llegar a Peña Prieta (2.530 m) y volver al Tres Provincias o seguir para intentar bajar de altura y llegar a Cardaño de Arriba (1.420m). La opción de realizar la ruta más larga por toda la cresta se va descartando según avanza el día y con él, el mal tiempo.
Aproximadamente la mitad del grupo decide continuar la ruta sin pasar por Peña Prieta, al collado de las Bobias (2.294m), cruzando el arroyo de las Lomas y llegando a Cardaño de Arriba. La única anécdota a referir de lo acaecido a este grupo, es que uno de sus componentes resbaló por un nevero de la nieve blanda, parando sin mayor consecuencia que un bastón partido.
La otra mitad del grupo (unas 17-18 personas) se acerca escalonadamente hasta la cumbre de Peña Prieta (2.530m) a pesar de que la falta de vistas.
Entre los que suben al Peña Prieta se forman pequeños subgrupos de excursionistas que con mayor o menor dificultad llegan a las Lagunas y de ahí al pueblo tanto Cardaño de Arriba como al de Abajo.
Uno de estas camarillas, con el fin de retomar el track del que se habían separado ligeramente tiene que bajar por una de las Agujas de Cardaño, no sin extremar las precauciones al destrepar, debido al estado de la roca: mojada, descompuesta, inestable y movediza.
Otra grupito de expedicionarios formada por 5 montañeros-as, tiene también que remontar una pequeña colina para retomar el track del que se habían separado cuando volvieron al Tres Provincias, después de alcanzar la cima del Peña Prieta (foto con 5 expedicionarios en la cumbre).
Finalmente la totalidad de los componentes que realizan la marcha desestima la opción A (opción muy larga y extremadamente exigente físicamente) del programa oficial, por las condiciones meteorológicas y la poca visibilidad.
Los diferentes grupos van llegando a Cardaño de Arriba y ahí se resguardan de la lluvia en un chamizo hasta la llegada del autobús sobre las 5 de la tarde, dado que en el pueblo no hay bar y tampoco hay cobertura, para avisar al conductor de que se pasara a recoger al grupo un poco antes de lo previsto.
En lugar de quedarse esperando y con toda seguridad quedarse frío debido a la ropa empapada un grupo de 4 ó 5 personas deciden bajar desde Cardaño de Arriba, por la carretera al bar del cruce de Cardaño de Abajo, para al menos estar a resguardo de la lluvia.
Pozo de la oración, después de bajar del collado de las Bobias.
Llegamos al albergue y después de la cena un grupo de aficionados al fútbol pudo disfrutar o sufrir la final de la Copa de Europa que se celebraba en Milán entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid.
Domingo 29 de Mayo.
El día amanece nublado, con lo cual desde el principio se descarta la opción prevista en el programa de subida al Espigüete. Aunque, previamente ya se tiene pensado, otras rutas alternativas más sencillas que eran la de subida al pico Murcia y otra ruta más suave.
Desayunamos a las 7.00, aunque algún futbolero se retrasa, debido a las emociones que conllevó el ‘histórico’ partido del día anterior. El grupo sale con todo el equipaje cargado en el autobús, para no tener que parar en el albergue, aunque se pase por él de vuelta de la excursión. La hora de salida es sobre 8 u 8.15 de la mañana.
Un grupo de 10 personas decide quedarse en Velilla del río Carrión y hacer turismo o alguna marcha más liviana y cercana al pueblo, con el fin evitar volverse a mojar, porque, aunque no está del todo cubierto el día, las previsiones no son nada halagüeñas y hay alta probabilidad de que al final el día nos regale con un aguacero.
El resto del grupo, es decir 36 personas, volvemos en autobús a la zona de Cardaño, donde acabamos la marcha del día anterior.
Una vez en el bar del cruce de Cardaño de Abajo, se bajan del autobús 15 personas, para realizar una ruta propuesta por José Antonio. Esta ruta, a su vez, fue recomendada el día anterior por el dueño del bar del cruce. Es una ruta que sube a la Peña del Tejo (1.997m), desde donde se tienen excelentes vistas del ansiado e inalcanzable (al menos en este fin de semana) Espigüete. Esta ruta es menos exigente que la de la subida al Pico Murcia (2.346m); aunque oficialmente existía también la posibilidad de realizar una ruta circular por Cardaño de Abajo, finalmente el grupo de los ‘suaves’ hizo piña y triunfó la ruta del Tejo.
El otro grupo, formado por 21 componentes, abordaron la subida al Pico Murcia con sol y buen tiempo al inicio y en la cima con niebla y viento. Posteriormente en la bajada se volvió a despejar y el tiempo respetó y ambos grupos pudieron hacer la excursión sin mojarse.
La subida al Pico Murcia fué exigente pero los paisajes y sensaciones merecieron la pena. En el último trecho hasta la cima tuvimos que atravesar un pequeño nevero, donde el piolet era necesario y ponerse o no crampones era decisión de cada uno.
Atravesando el nevero para llegar a la cima del Pico Murcia (2.346m)
Cima del Castillo al fondo Pico Murcia (2.346m)
En el descenso el grupo se entretuvo adivinando las cimas colindantes, imaginando la cuerda que el día anterior no pudo realizar y planeando nuevas rutas y alternativas para desarrollar en otra ocasión.
En la última bajada fuerte con la vista del pueblo abajo, comprobamos la fuerza de la naturaleza al atravesar un bosque con los árboles arrancados de raíz, como consecuencia de un alud del invierno anterior. La avalancha debido de ser de tal magnitud que incluso llegó a destruir un refugio que existía en el pueblo, al pie del camino.
El grupo llega a Cardaño de Arriba donde esperaba el autobús y tras cambiarse de calzado y ropa y algunos tomar un merecido almuerzo, bajamos en el autobús a recoger al grupo de la Peña del Tejo al bar donde ellos ya habían almorzado. Media hora de parada en dicho bar, para comer y reponer fuerzas y partimos a recoger al grupo que se quedó en Velilla.
El grupo que realizó la ascensión a la Peña del Tejo realizaron 11,8kms de recorrido con 889m de desnivel.
El grupo que subió al Pico Murcia realizó unos 11kms con 927m de desnivel. En la cima no se pudo disfrutar de vistas debido a que es ese momento el cielo estaba cubierto y una intensa niebla cubría todo el panorama con una grisácea sábana.
En la foto parte de los 22 componentes que subieron al Murcia.
A las 15.30 iniciamos la marcha los 46 componentes del grupo de montaña hacia Madrid. Esta vez secos y contentos de haber realizado actividad, aunque el tiempo no permitió que se pudiera cumplir todo el programa previsto.
Un agradecimiento especial a los colaboradores de seguridad que desinteresadamente se brindaron a formar parte del equipo encargado de controlar la evolución de los distintos grupos que naturalmente se forman; así como a la junta directiva, presente en la excursión, que me dio soporte en las dudas y consultas que se me presentaron previo a la realización de la excursión, así como durante la misma. Especial mención para Arturo, que a última hora improvisó rutas alternativas y opciones menos expuestas y más cortas.
Coordinadora de la actividad: Dolores Ruano