Travesía del Macizo de Ubiña 9 y 10 de Junio de 2012
El día 9 de junio de 2012 se realizó la travesía de las Ubiñas comenzando en Torrebarrio, pernoctando ese mismo día en el refugio del Meicin para terminar al día siguiente otra vez en Torrebarrio.
El sábado por la mañana después de desayunar la mayoría del grupo en La Casona de Babia y el resto en el hostal Valle de San Emiliano, cogemos los coches para desplazarnos desde San Emiliano hasta Torrebarrio .
Se nos une a la travesía Pedro L. y Elizabeth que habían salido de Madrid a las cuatro de la mañana para poder comenzar con nosotros la excursión.
También se unen a nosotros Pedro R. junto con dos amigos suyos.
Nos ponemos a andar sobre las nueve de la mañana y en las afueras del pueblo, cerca de una ermita, cogemos una pista ancha que nos conduce hacia Cueto Redondo y Peña del Águila.
Al cabo de media hora aproximadamente un pequeño grupo en el que estaban Pedro Cristóbal, Benito, Rogelio y otras tres chicas más decide tomar la alternativa más directa que lleva al refugio del Meicin pasando por el collado del Ronzón.
El resto del grupo nos dirigimos por la pista hacia la muesca de Colines. En un determinado punto y antes de lo previsto nos salimos de la pista ,ya sin camino y por una pedrera algo molesta vamos llegando al collado. Allí hacemos una parada para esperar ya que el grupo viene muy separado.
En este lugar donde sopla algo de viento y empieza a chispear, Javier e Ignacio deciden no continuar la travesía y volverse a Torrebarrio para visitar pueblos y poder ver la Eurocopa de fútbol. Unos minutos mas tarde también se les une Noelia.
En este collado un grupo encabezado por Antonio Moreno y en el que también está Maribel, Ángel C., Maite, Nati..... etc., baja directamente hacia el Canalón Cimero de Peña Redonda evitando así el viento que soplaba por arriba.
Otro grupo nos dirigimos cresteando hacia el pico Colines (2.205m), donde apenas paramos, y continuamos la cresta en dirección nordeste para luego ir a bajar girando 90º a la derecha por un cuello de botella también al Canalón Cimero de Peña Redonda. Bajando del pico y por la cresta José Javier sufre un corte en una mano y tiene que parar a curárselo. Esto hace que tanto él como Pilar y Raquel se retrasen y pierdan el hilo de la gente que llevan por delante.
Mientras tanto Ángel N., Esther y yo paramos al comprobar que faltan personas y no sabemos que les ha pasado o si se han despistado de la ruta. Subimos otra vez hacia la cresta para intentar dar con ellos y al cabo de unos diez minutos cuando ya estamos de bajada les veo aparecer entre la espesa niebla y les esperamos para reanudar juntos la marcha. Como le sigue saliendo sangre a José Javier, nuestra enfermera particular le vuelve a curar y le pone cinta americana para mantener la herida mas apretada (la cinta americana como he aprendido de Arturo sirve para todo).
En el Corral de los Pastores, cerca de la fuente de La Salud nos reunimos todos y ya con mejor tiempo hacemos una parada amplia para comer, beber y descansar. Con más energía en el cuerpo nos disponemos a subir otros 500m de desnivel hacia la Forqueta del Portillín.
Llegados a esta portilla la mayoría se decide por bajar hacia el refugio del Meicin por una senda con pendiente pero fácil y que en unos 40 minutos les deja bajo techo.
Otro grupo en vista de que todavía era pronto y a pesar de que estaba nublado decidimos intentar subir a los picos del Fontán.
Atravesando neveros y siguiendo la traza de alguna senda logramos dar con el Canalón del Buey, corredor con una pendiente de 35º y que da acceso a los Fontán. Intentamos vislumbrar entre la niebla si se puede subir sin pisar nieve ya que no llevábamos piolet ni crampones. Más o menos por el centro del corredor empezamos a subir por una pedrera fina, suelta de las que cuesta elevarse y cansa muchísimo. Llegados a un punto a unos 2.300m, la lengua de tierra se acaba y salvo Pedro L. que hace una trepada en roca por la izquierda del corredor en misión de reconocimiento, los demás ascendemos por la nieve unos 50m de largo con bastante cautela y procurando dejar buena huella a los que vienen detrás.
Finalizado el paso por la nieve salimos por fin a una de portillas del corredor. Aquí ya solo quedaba girar a nuestra derecha y seguir los hitos entre la asquerosa niebla para llegar a los Fontán (2.408-2.414m).
En realidad subimos a un Fontán que no era el principal, como supe después en el refugio, ya que este tiene una cruz y un buzón.
Hicimos cumbre Ángel N., Pepa, Pedro, Elizabeth, Esther, Daniella ( Dani ),Olga y yo. El regreso, no sin ciertas complicaciones para encontrar la portilla del corredor lo hicimos casi por el mismo camino, eso sí destrepando por roca la parte de nieve que hicimos anteriormente en la subida evitando así posibles deslizamientos.
Ya en la pedrera y bajando cada uno fue a su ritmo, destacando sobre todo Ángel N. que haciendo honor a su nombre bajaba raudo y veloz corriendo, saltando, cayendo a veces y soltando metralla “ piedras “ una de las cuales fue a albergarse en mi mochila y que todavía conservo. Pedro parecía una balsa de aceite comparado con su nuevo competidor y es que la aceleración del motor de Ángel es indudablemente mayor.
En algo más de tres cuartos de hora volvíamos a estar en la Forqueta del Portillín y un poco mas tarde llegamos al refugio del Meicin (1564m).
Esta opción mas larga subiendo al Fontán nos llevó unas 10 horas y 20 minutos y tenía un desnivel de 1.800m de subida y 1.450m de bajada.
Cabe destacar la simpatía y amabilidad del encargado del refugio Joaquín al comentarle que no éramos 33 ni 32 ni 30 sino 27 las personas que al final íbamos a pernoctar allí aquella noche.
Después de cenar y charlando con él nos contó historias de lobos y osos que el mismo había visto por los alrededores. También nos dijo que en alguna cueva cercana a la cumbre en la que habíamos estado, los espeleólogos encontraron el cráneo de un tigre dientes de sable y muchos restos de animales prehistóricos.
Recientemente se ha encontrado el cráneo de un lince boreal y algún biólogo cree haberlo visto vivo, por lo que queda la duda de si esta especie centroeuropea sigue viviendo por allí.
El domingo 10 de junio se levanta el día nuboso y chispeando y salimos con la idea de si mejoraba algo poder subir a Peña Ubiña.
Después de una caminata de 350m de desnivel por praderías llenas de ganado nos agrupamos todos en el Alto Terreros.
Allí tras atravesar una alambrada giramos en dirección suroeste para sin perder altura llegar a La Carba, cerca del collado del Ronzón.
Gran parte del grupo en vista de que sigue nublado por arriba, aunque ya no llueve decide bajar directamente a Torrebarrio.
Otro grupo deseosos por hacer ejercicio y coronar Peña Ubiña acometemos la ascensión por una senda bien marcada con hitos. El camino solo presenta la dificultad del barro que se pega a nuestras botas y la roca que está algo resbaladiza, por lo demás siguiendo las marcas llegamos a la cumbre en apenas una hora y cuarto.
Tras la foto de cumbre de rigor en la que estamos Pedro, Cesar, Dani, Olga, Esther y yo regresamos por el mismo camino. La vuelta se hizo con más precaución si cabe pero aun así el barro y la roca mojada hicieron que más de uno besara el suelo, aunque sin resultar dañados (solamente en su autoestima).
Reponemos fuerzas en el collado del Ronzón durante media hora y el grupo anterior al que se une Ángel y José Javier nos encaminamos hacia Peña Ubiña Pequeña.
Con mejor tiempo llegamos a la hermana menor de las Ubiñas después de un par de trepadas sin dificultad y una cresta muy entretenida y panorámica.
A ratos se deja ver toda la comarca de la Babia y los pueblos cercanos, en esos momentos mágicos que tiene la montaña cuando desaparece la niebla.
Tras la foto solo queda deshacer lo andado hasta el collado y regresar a Torrebarrio para dar por finalizada la travesía. En esta actividad participamos 30 personas: 27 hicimos la travesía o excursión completa y 3 abandonaron el primer día en el collado de Colines. Se sumaron a la actividad en San Emiliano 5 personas.