Sábado 28 de junio: Hostal Poncebos - Refugio Vega de Ario

Tras el desayuno dejamos los coches en el aparcamiento del funicular de Bulnes. Treinta y cinco participantes nos ponemos en camino por la ruta del Cares.

Primer contratiempo: Tomamos el camino del río en vez de la pista que recorre todo el Cares. Debemos subir una fuerte pendiente para tomar la pista superior. Nada importante.

Después del "paseo playero" que es la ruta del Cares llegamos al puente de Bolín.  Un cartel nos indica el camino a  la “Canal Trea”. 1.600 m. de subida en apenas 4 Km. ¡Como una bofetada! Pero la ruta es preciosa, cómoda y no llueve.

No llueve hasta mitad de la canal. Como era de esperar,  lluvia y niebla hasta el refugio Vega de Ario. Vamos llegamos por grupos al refugio como un ejército derrotado, para colmo no hay baños (están estropeados)  ni ducha (nunca la ha tenido).

A pesar de todo, una cerveza, una buena cena y una partida de Pumba logran remendar el ánimo de los participantes.

Domingo 29 de junio: Vega de Ario - Refugio Vegarredonda

En medio de una espesa niebla nos despedimos de los compañeros que sólo han venido para el fin de semana.  Se produce la primera y única baja de la travesía. Naty,  se vuelve con ellos.

Nos dividimos en dos grupos. Seis compañeros van a hacer la ruta directa cruzando  por el pico Conjurtau (1.925m) y el resto iremos por los lagos de Enol, con algo menos de desnivel pero más distancia.

Antes de partir subimos al Jultayu (1.940m) un privilegiado mirador sobre el Cares con una caída casi vertical de 1.500 m. Los claros que se abren en la niebla nos dejan ver: Cain, la Torre de la Palanca, Torrecerredo, etc.

La estampa de los lagos de Enol siempre sorprende. ¡Son preciosos! Si… Ya sé que llegan los coches, que hay un restaurante, mucha gente... Pero es igual.  Son una maravilla. Además, hace muy buen día, la travesía ha sido larga y es un lujo comer en un "chiringito" con una cerveza.

Después de reponer fuerzas,  reanudamos la marcha. Todavía nos quedan un par de horas hasta llegar a Vegarredonda donde nos esperan nuestros seis compañeros.

Cervezas, ducha, cena y el preciado  y habitual obsequio de Jesús: crema de orujo y de hierbas. ¡Lleva acarreando durante toda la travesía tres litros de licor! Como buenos compañeros procuramos descargarle de tanto peso brindando con su licor.

Lunes 30 de junio: Refugio Vegarredonda - Refugio Vegabaño

Probablemente es la etapa reina de toda travesía: larga, con mucho desnivel y por un terreno dificultoso.

Tres partes tiene esta etapa bien diferenciadas:

La subida hasta Cuesta Cebolleda.

Después, pasando por la inmediaciones de los grandes picos del macizo occidental, un continuo sube y baja por sucesivos "jou". Cruzando neveros, terrenos caóticos,  con una orientación que a veces presenta dificultades, pero… siempre con un paisaje espléndido.

Por último, la fuerte e interminable bajada  que nos va a permitir admirar las enormes y verticales paredes de Peña Santa de Castilla, adentrarnos en la verdes praderas de Vega Huerta e internarnos en un espeso bosque de hayas hasta llegar al refugio de Vegabaño.

Como es habitual en este refugio la cena es de leyenda. Merece la pena acercarse sólo para comer. Tanto las viandas  de los vegetarianos como las de los "carnívoros" es para recordar. Después, iniciada la digestión, nada más saludable que un brindis  con los “espirituosos”  de nuestro “pajarito de los Tatras”.

Martes 1 de julio: Refugio Vegabaño - Refugio Collado Jermoso

Ya de mañana se presentaba una etapa muy dura, con dos partes bien diferenciadas: por la mañana una subida de 300 m. al puerto de Dobres y bajada al pueblo de Posada de Valdeon, y por la tarde la interminable subida por la canal de Asotín al refugio de Collado Jermoso. Además con pronóstico de lluvia. Alguien da más?

La previsión se cumple plenamente. Los tres próximos días van a trastocar todas las previsiones.

Con algún ligero despiste al principio, iniciamos la subida al puerto de Dobres. Tiempo razonablemente bueno y larga bajada a Posada de Valdeón.  Allí habíamos quedado con Pepe (Z….”el de la corbata”) que se incorporaba ese día a la travesía.

Todos los participantes nos damos prisa ante la amenaza de lluvia. Por carretera hasta Cordiñanes y desde allí iniciamos la espectacular subida de 1.200m por un camino escarpado que nos lleva la refugio “Diego Mella”, nombre oficial del refugio que hay en Collado Jermoso.

A pesar de todas nuestras prisas la lluvia nos sorprende en sucesivos chaparrones del que no se salva nadie. Cuatro participantes decimos volvernos a Posada de Valdeón y refugiarnos en Casa Begoña: ducha, cena y cama con sábanas. ¡Mañana será otro día!.

Los 15 restantes continúan con más o menos fortuna hasta el refugio. Un último chaparrón en la parte más comprometida de la canal, ya cerca de refugio, causa algún que otro problema al último grupillo en llegar.

Miércoles 2 de julio: Refugio Collado Jermoso

En este miércoles esta previsto hacer algún pico en las inmediaciones del Jermoso: Llambrión, Torre de la Palanca o incluso el Torrecerredo, pero nada de esto es posible.

El día amanece con una intensa niebla y lloviendo. Toca esperar.

Cuando escampa ligeramente a las doce de la mañana los cuatro participantes que están en  Posada de Valdeón iniciamos la subida por la Canal de Asotín. Una espesa niebla lo cubre todo. Ambiente fantasmal,  pero no llueve. En tres horas llegamos al Collado Jermoso, de nuevo los 19 participantes juntos.

Un día de cartas, siestas, conversaciones y planes. Otra cosa no se puede hacer. Vamos a conocer como nuestra casa hasta la último rincón de este pequeño refugio. Ponemos a prueba la infinita paciencia de los guardas, viendo  como 19 montañeros  se mueven continuamente por el refugio como “sardinas en lata”.

¡Y surgen más problemas!

En días previos hemos hablado con el refugio Urriellu preguntando por la nieve en sus accesos. Nos informan que "hay neveros", pero que la gente "pasa sin crampones ni piolet", tanto para ir de Collado Jermoso, a Urriellu por los Horcado Rojos, subir al día siguiente a Collada Bonita e ir al refugio de Áliva.

Ahora todo se trastoca. El cable está enterrado en los Horcados Rojos, hay mucha nieve y es peligroso bajar  y más todavía  sin el equipo adecuado que no llevamos.

Contando con la inestimable colaboración de los guardas del refugio que hablarán por la emisora con el Urriellu, Áliva y Cabaña Verónica cambiamos los planes.

Cinco compañeros van a intentar ir de todas forma ir al Urriellu.  El resto optamos por el camino más seguro hacia el refugio de Áliva. Se anulan las reservas en el Urriellu y se reservan en Áliva.

Jueves 3 de julio: Refugio Collado Jermoso - Hotel Refugio de Áliva

El jueves amanece como ya es habitual, con una espera niebla, pero al menos no llueve. 

Los 19 participantes debemos recorrer el primer trecho del camino hasta las Colladinas. Todos juntos. Después nos separaremos para dirigirnos respectivamente a Áliva y al Urriellu.

A los cinco compañeros que van al Urriellu les costará encontrar el camino de bajada correcto. Surgen dudas sobre el mejor recorrido de bajada ante  la nieve acumulada y la peligrosidad del terreno. El guarda del refugio Cabaña Verónica les será de inestimable ayuda llevándoles al lugar idóneo para iniciar el descenso. ¡Nuestro agradecimiento por su colaboración y reconocimiento a su profesionalidad!

Para los 14 restantes el día se aclara, luce el sol y sin ningún problema llegamos al refugio hotel de Áliva con tiempo suficiente para degustar una suculenta comida, una ducha confortable y una cómoda habitación que nos alivie de pasadas penalidades. Eureka!!! “Empieza a salir el sol para esta travesía!”. Así nos lo adelanta el pronóstico del tiempo. Vamos a disfrutar  los días siguientes de un tiempo exquisito.

La llegada de los cinco compañeros que han ido al Urriellu no va a ser tan placentera. Si por algo se distingue este refugio se por el empeño de los “refugieros” por hacer lo más desagradable posible la estancia de los montañeros. No es la primera vez que nos ocurre y no somos el único grupo de montaña que soporta la inquina de los responsables.

Su falta de educación y urbanidad es notoria. La persecución que realizan de los miembros del club durante la cena, las amenazas de expulsión, de  vetar al club en "su" refugio así como  el intento de cobrarles cantidades fuera de las normas de la federación, han sido objeto de la correspondiente denuncia, por lo que no merece la pena insistir. 

Viernes 4 de julio: Hotel Refugio de Áliva - Peña Vieja - Refugio de Áliva

Día espléndido, tanto para los que vienen del “Urriellu” como para los que vamos a subir a Peña Vieja desde Áliva.

Después  de un suculento desayuno en el refugio de Áliva iniciamos el ascenso por la compleja canal del Vidrio, con unos cuantos pasos delicados en la parte más abrupta de la canal. Pasada esta primera parte, el resto del ascenso hasta Peña Vieja va a ser mucho más relajado. Sin olvidar que hay que superar los más de 1.100 m de desnivel acumulado que hay entre Áliva y Peña Vieja.

Para la bajada optamos por dos alternativas: un grupo bajará por la Canalona (que a pesar de la información alarmista que habíamos recibido estaba libre de neveros) y otro por la canal de Vidrio. Ambos sin ningún problema.

Antes de bajar por la canal del Vidrio ascendimos hasta coger el sendero que nos conduce hasta collada Bonita y la canal de la Celada. Recorrimos un trecho pero desistimos de adentrarnos más ante lo avanzado de la hora.

Los compañeros que venían del “Urriellu” tuvieron que cruzar algún que otro nevero lo que no les impidió subir a todos los picos que encontraron a tiro: Peña Vieja y picos de Santa Ana.

Sábado 5 de julio: Hotel Refugio de Áliva - Morra de Lechugales - Sotres

Ya nos estamos acostumbrando a tener buen tiempo. Excesivo buen tiempo! Mucho calor subiendo a trocha el interminable canalón del Jierru hasta la collada del mismo nombre.

Después un terreno muy abrupto con continuas trepadas y destrepadas sencillas. Aunque algunas de ellas muy, muy respetables. Llegamos en sucesivos grupos a la base de la Morra de los Lechugales, hemos ascendido 1.200 m. y nos queda la última trepada.

Contactamos por la emisora con nuestros compañeros de fin de semana que suben a buen ritmo desde Sotres. Como hay una cuerda podemos subir sin problema a la Morra sin esperarles. Se sube una vez, dos y algunos hasta tres. Con cuerda y sin cuerda, por la derecha y por la izquierda. ¡Es un pico divertido este de la Morra de Lechugales!

Iniciamos el descenso por la cresta donde vamos parándonos y saludando a los compañeros de fin de semana.

Pasado el casetón de Andara, en una pista carretera, ya terminando la ruta vamos a tener el único incidente de toda la travesía, nuestra compañera Yolanda en un tropezón cae al suelo con un esguince serio. Esperamos que se recupere lo antes posible. Nuevos picos nos esperan.

Para terminar todos los participantes en la travesía y en el fin de semana vamos cenar “an Ca Cipriano”.

Domingo 6 de Julio: Sotres - Poncebos

Llevamos toda la semana con pronóstico de lluvia y casi ningún día se ha cumplido. Hoy se cumple. Se cumple al amanecer y en el resto del día.

Hay desbandada general: unos van a realizar la preciosa travesía prevista Sotre-Bulnes-Poncebos. Eso sí: bajo la lluvia y barro. Otros a la costa, o a la ruta del Cares, o turismos.... El hostal Poncebos va a ser el lugar de encuentro dónde nos vamos despidiendo rumbo a Madrid.

Fdo. Antonio M.

Quiero agradecer la  colaboración de N. García en la logística de esta travesía, quien muy a su pesar atendió a “la loca de la casa” y tras una noche en que los “grillos” se apoderaron de la razón” optó por regresar a Madrid.