Jueves 6 de diciembre. Etapa Alcoy - Banyeres
El jueves temprano tras una azarosa e infructuosa búsqueda en la que colabora el personal del hostal. Iniciamos la ruta y recibimos la visita del ratoncito Pérez que obsequió a un miembro del grupo, integrante fichado a última hora, con el feliz hallazgo de su cartera dentro de una zapatilla y por fin sale a la luz lo que había perdido nuestro querido compañero.
Damos comienzo a la marcha atravesando la población hacia el barrio de Batoi y llegamos al Racó de San Bonaventura, donde río Polop y senda se unen y hay que utilizar una cadena.
Enseguida alcanzamos el estrechamiento de Els Canalons, donde se yerguen estos peñascos junto al discurrir de las aguas, rodeados de juncos, durillos, sauces y laurel. Fascinados seguimos la senda entre peñascos desafiantes y pasos resbaladizos.
Un poco más adelante, dejamos la masía de la Safranera a un lado y el castillo de Barx al otro.
Proseguimos nuestra marcha hasta que aparece una masía donde tropezamos con una persona que no sabe ni quiere compartir una vereda real, camino vecinal que es de uso común y no de su propiedad. Damos un rodeo y alcanzamos el Mas del Troncal, entre pinares y carrascales centenarios.
Algo más tarde ya por pistas entre la campiña se dibuja el pico de Les Arcs (1.146 m), con un pequeño esfuerzo subimos y descansamos mientras contemplamos el pueblo de Banyeres de Mariola en el horizonte.
Relajados, una parte del grupo continua el track, si bien acaba encontrandose con alguna dificultad por una finca privada y vallas a esquivar. Superado este inconveniente se vuelve a tomar rumbo al camino que conduce al albergue Ulls de Canals.
El resto de los aguerridos montañeros se dirigen hacia el pueblo de Banyeres con la intención de aprovechar la tarde, sin saber que les aguarda una aventura, en la que se unen el desafío de marchar libremente junto a nuestra capacidad de gestionar el tiempo. Pasamos el molino que extraía agua de la balsa para el riego.
Vamos en busca del reposo, aunque este tiene un precio, que es ir conociendo esta villa, una vez llegados al polideportivo municipal tomamos la senda del Barranc Fondo y alcanzamos el mesón del Castillo, que, al ser día festivo, está cerrado. Va cayendo la tarde y unos vuelven por la carretera hacia el albergue. Otros continuamos la aventura, subimos escaleras interminables y llegamos casi al castillo. Tras un merecido descanso, bajamos y seguimos por la vega cultivada que discurre hasta el área recreativa de El Molí de l'Ombría. Hemos pasado la fábrica harinera.
Llega la noche y buscando bajo las estrellas se oculta la salida de la senda. Desde este punto, decidimos volver sobre nuestros pasos. Bajamos a la ruta de los molinos. Mediante el uso de acequias, partidores, azudes, presas, norias, molinos… Banyeres ha sido capaz de “domesticar” el río para utilizarlo en su beneficio, siendo conocidos los molinos harineros desde el S. XIV, y que progresivamente irían evolucionando con las nuevas técnicas y necesidades hacia los molinos de papel, fabricación de luz, empresas textiles… Paciencia y un poco más tarde, ya por la carretera se aproxima nuestro destino Ulls de Canals.
Finalmente, nos reunimos todos juntos y celebramos con júbilo la jornada compartida.
Una vez más agradecer el trato dispensado por Juan Francisco, disfrutando su cocina, y las explicaciones culturales sobre la casa del notario de Alcoy, donde hoy estuvimos alojados.
Viernes 7 de diciembre. Bañeres – Agres
Comienza la etapa entre la escarcha del campo y con una ligera neblina.
Afrontamos la mañana con paso firme entre pistas andamos frescos. Algo más adelante, nos desviamos por una senda a la derecha que sigue por el río y junto al barranco hasta llegar a la Font de la Coveta (nacimiento del Río Vinalopó). Otros siguieron el track y por la impaciencia de algunos no pudieron visitar este paraje. Continuamos la marcha y después de unas horas alcanzamos la ermita de Santa Bárbara, allí hacemos un alto en el camino.
Proseguimos, entre pinares y pistas aparece el collado del Alt de la Cova. Desde este punto, alargamos la marcha para visitar la Cova del Bolumini, a sus pies se encuentran Alfafara y más allá Bocairent, cortados desafiantes que nos llevan a la Vall de Albaida y en la lejanía el mar.
Emprendemos nuestros quehaceres montañeros y entre las pistas vemos el camping de Mariola.
Un poco más allá, subimos y bajamos, mientras que en el horizonte ya se dibuja la parte más agreste de la sierra y llegamos al Pico Fortín (1.086 m).
Seguimos entre roquedales y progresamos por la cresta de la montaña hasta el primer pozo de nieve, la Cava de don Miquel, que nos maravilla por sus dimensiones y accesos a distintos niveles para la extracción del hielo.
Hasta el infinito y más allá. Vamos a buscar los neveros, hay que continuar camino entre los pinares. Más tarde seguimos por la crestería donde la roca se rompe y nos topamos con el lapiaz.
A través de caminos de herradura, antaño recorridos en jamelgos que transportaban bloques de hielo. Recuerdos de otros tiempos, ya lejanos, del comercio de la nieve. Ahora en este presente, ya pasado, nos detenemos unos instantes en la camuflada y cubierta de vegetación en su techumbre e impresionante Cava del Buitre.
Apenas unos metros más adelante nos deleita con su presencia la Cava Arquejada, que cuenta con un tejo milenario en su interior y una escalera de caracol que permite recorrer toda su amplitud. Descansamos y reponemos fuerzas en este marco incomparable.
De nuevo en nuestros afanes caminantes iniciamos el descenso por la pista vertiginosa que nos lleva al refugio de Molí Mato, alcanzando el convento y adentrándonos en Agrés.
Otro rato de asueto entre compañeros montañeros y bebidas reconfortantes. Solo nos resta atravesar el pueblo en pendiente prolongada, poco después nos adentramos en la campiña y nuestro destino: el albergue de la Riera de Agrés.
Nos quedamos gratamente sorprendidos por las instalaciones de la granja escuela, que ha restaurado una casa de veraneo de la burguesía alcoyana de fines del siglo XIX.
Sari y sus compañeros fueron muy amables con nosotros y pudimos disfrutar de una copiosa y rica cena, regada con un buen vino y cervezas con lo que compartimos una velada de asueto y diversión.
Sábado 8 de diciembre. Agres – Alcoy
El desayuno fue de primera y comenzó otra jornada de la travesía. Así pues animados afrontamos los ocho kilómetros y el desnivel que teníamos que recuperar para volver al cordal de la Sierra Mariola.
Por las sendas de herradura remontamos y como recompensa el paisaje y sus vistas. A la vera del camino se encontraba la Cava de la Habitació.
En la ladera de la montaña permanece sobreviviendo al tiempo la tejera de Agrés.
Muy pronto iniciamos la ascensión al Mont Cabrer (1.390 m) que nos premia con unas excelentes perspectivas del norte de la provincia de Alicante, y del sur de la Valencia. En el horizonte se reconocen las principales sierras alicantinas. Las colonias de los buitres sobrevuelan nuestras cabezas. Descanso y reposo, la gratitud de vivir estos momentos.
Descendemos, y unos cuantos hollamos la cima del Alberri (1.331 m). En esta mañana decidimos continuar por el GR-7 libremente sin ataduras por un camino bien marcado.
Seguimos camino y compartimos unos momentos cobijados entre las carracas charlando y disfrutando del descanso. Nuestros pasos alcanzan el Coll de la Sabata desde dónde iniciamos el descenso hacia el Barranc del Cint, impresionados por los paredones de caliza que ha trabajado la naturaleza durante milenios.
Nuevamente pudimos disfrutar de la compañía ya en Alcoy para esos momentos de relax y diversión que propicia el devengo de la jornada. Aunque en esta ocasión, el alojamiento en el Hotel Reconquista fue de la mejor calidad, aunque con una cena escasa y de una floja preparación.
Durante estos días hemos podido apreciar numerosos testimonios de arqueología industrial de empresas textiles y metalúrgicas de Alcoy.
Domingo 9 de diciembre. Parque Natural Carrascal de la Font Rotja
Siendo la última jornada suele suceder que se programan actividades ligeras. De este modo, disfrutamos una etapa que nos condujo al santuario de Font Rotja.
Este Parque Natural se caracteriza por un bosque mixto de encinas y robles, mostajos, arces, fresnos, rodeados por una orla espinosa cerezo de pastor, endrino y rosal silvestre.
Un paseo con miradores, como el balcón de Pilatos, a sus pies el barranco del Infierno, a su vera una carbonera. Oficio ya perdido, el de carbonero, solo queda su horno.
A sus pies la Virgen del Santuario. En el horizonte la Serrella, próxima domina Aitana, tras ella el Puig Campana.
Continuamos por la pista y una última nevera: la Cava Coloma.
Un poco más allá, aparece el depósito de agua forestal, la caseta de vigilancia del forestal.
Llegamos a la cima el Menetjador (1.390 m) que en 360 grados nos lleva desde el norte al sur de Alicante. Del Mitjorn hasta Tabarca. Del Maigmó hasta la Sierra Espuña. Al fondo el mar Menor y Cartagena. Del Despeñador hasta Almansa. De la Sierra de Onil hasta la Calderona.
Y embargados por las vistas y acariciados por la mañana soleada emprendemos la vuelta por una senda entre el bosque de carrascas.
Sólo nos queda un trago en la fuente de Mariola, una despedida y una visita al centro de interpretación de la naturaleza.
Gracias a todos por la estupenda coordinación del grupo, en especial a Arturo, por su inestimable ayuda en la preparación de las rutas planteadas.
Coordinador: José Luis