Lo positivo del día fue que el tiempo acompañó. Tras darnos crema solar en previsión de lo que más tarde nos esperaba, iniciamos el asalto al Alto de Guarramillas, más conocido en los ambientes montañeros madrileños como “Bola del Mundo”, que, con sus 2265m, y poco más de 400m de desnivel con respecto al puerto, lo logramos alcanzar en una hora. En ese punto del extremo oeste empieza propiamente el recorrido de la Cuerda Larga, uno de los principales ramales montañosos de nuestro Sistema Central, y codiciado para su realización por los aficionados a la montaña al ser requerido empezar en un punto, y acabar en otro distinto a 18km.
Dejamos atrás las grandes antenas de la estación de Tv. de la Bola, y nos encaminamos al siguiente punto, el Cerro de Valdemartín (2283m.), al cual llegamos tras pasar por el collado que lleva el nombre de Guarramillas. Aquí realizamos una parada para reponer fuerzas y tomar algo. Desde el Cerro vemos enfrente las imponentes cabezas que nos aguardan una vez hayamos bajado al collado de Valdemartín para empezar su ascensión. Es en esta subida cuando los integrantes más avanzados del segundo grupo conectaron con los que iban en cola del grupo que salió primero, por lo que a lo largo del recorrido se fueron mezclando unos con otros. La nieve que íbamos encontrando la superábamos con facilidad sin necesitar herramientas adicionales, pues las temperaturas que hemos tenido este invierno, no han sido las habituales en estos casos, y disfrutamos de un día más que primaveral.
Poco a poco, íbamos arañando metros a la intensa subida hacia las Cabezas, y llegamos a la Menor (2374m.), para, casi sin detenernos, empezar la subida al segundo punto más alto de la Sierra después de Peñalara; nos referimos a Cabeza de Hierro Mayor, que con sus 2383m. nos ofrece unas vistas espectaculares en un día claro como el que teníamos, presentándose imponente la mole de Peñalara enfrente de nosotros. Un vistazo hacia la vertiente norte y nos encontramos la zona alta del valle del Lozoya. En la otra vertiente veremos la Garganta del Manzanares y La Pedriza. Estamos en la divisoria entre dos cuencas de dos ríos importantes para el abastecimiento de agua de la capital, el Lozoya al norte, y el Manzanares al sur, los cuales desembocan en el Jarama más adelante.
Hemos realizado el tramo con más dificultad en cuanto al esfuerzo físico requerido de los participantes. Ahora nos encaminamos al siguiente punto, llamado Loma de Pandasco (2238m.), lo que realizamos fácilmente tras bajar al Collado de Peña Vaqueros. Dejamos la Loma atrás para dirigirnos hacia el Collado de las Zorras, punto anterior al siguiente objetivo.
El grupo en el que íbamos acordamos comer en Asómate de Hoyos (2242m.), punto alto de la cara posterior de la Pedriza. Bajo el sol que nos acompañó durante todo el día, comimos en el alto y descansamos para reponer fuerzas y terminar lo poco que nos quedaba por hacer.
Una vez acabadas las reservas de comida e hidratados con agua y alguna bebida salida de la “bota” generosa de algún participante, nos encaminamos hacia el Risco de Bailanderos (2133m.), pasando por el Collado de Pedro de los Lobos y andando con cuidado por la zona en la cual tenemos que sortear grandes piedras. Tras alcanzar el Risco, que corresponde a la penúltima altitud de la cuerda, nos dirigimos a la última, que corresponde a La Najarra (2108m.). Este último pico se puede sortear por un sendero que sale a la izquierda, justo antes del inicio de su subida. Llegados a éste punto, los participantes iban eligiendo una ruta u otra según las fuerzas que tenían en ese momento, por lo que unos subían y otros bajaban por el sendero para encontrarse todos en los autobuses que esperaban en el Puerto de la Morcuera, punto final de la marcha.
El tiempo transcurrido varió entre 6,30 a 7h, y logramos un desnivel acumulado de 1120m. El índice MIDE indica para esta actividad un 3-3-3-4, y el número de participantes ascendió a 92 personas, de las cuales la totalidad la pudo realizar. En cuanto a los miembros federados fueron 75, mientras que los no federados sumaron 17 personas a los cuales el club les formalizó su correspondiente seguro.
