Para terminar y con las maniobras ya claras, rápel desde el volado de más de 15 metros. Todos los participantes que quisieron realizarlo montaban un autoseguro con un autoblocante, soltándose de manos a mitad del descenso para comprobar que el dispositivo bloqueaba automáticamente el descensor en caso de que perdiésemos el control y desbloqueándolo después para continuar el descenso con normalidad..
Agradecer el interés y la disposición de los coordinadores, sin los que estas prácticas no habrían sido posibles por evidentes motivos de seguridad. Y también a los participantes por la disciplina con que realizaron las prácticas, haciendo que pasásemos un día de aprendizaje y disfrute sin ningún altercado. F. Serrano