MONTAÑISMO. SIERRA DE AYLLÓN. La Buitrera.
22 de Octubre de 2022
Salimos de Madrid a la hora prevista. Sin contar a dos personas que estaban apuntadas y no comparecieron en ninguno de los tres puntos de salida previstos, al final el número de participantes fue de 35 (quiero pensar que las malas previsiones meteorológicas fueron las que hicieron que no se llenara el bus). De los 35 que fuimos, 24 estábamos federados y 11 sin federar, a los que se les hizo el correspondiente seguro. En cuanto a la participación por sexo, abrumadora mayoría masculina: 7 mujeres frente a 28 hombres.
Como ya he comentado, las previsiones meteorológicas no eran buenas para ese sábado 22 de octubre, había varios frentes que a lo largo de esa semana iban atravesando la península dejando abundantes lluvias y viento fuerte. Está razón hizo que el jueves anterior ya se comunicase por correo a los participantes que no era posible realizar la opción más larga, ya que aún en el caso de que nos respetase la lluvia, como así fue, la bajada prevista al río Lillas y posterior subida a la Buitrera hubiese resultado muy peligrosa debido a los destrepes y trepadas por pizarra mojada.
Saliendo con el horario previsto y sin incidencias en la carretera, llegamos sobre las 10:00 h. al puerto de la quesera, donde se dejaron 10 minutos antes de salir para que la gente se pusiera ropa y calzado adecuado. El tiempo era nuboso pero sin lluvia, poco viento y con bastante visibilidad hacia los valles, por desgracia no era así hacía las cumbres a las que nos dirigíamos que se encontraban tapadas por las nubes.
Iniciamos la ruta y en seguida, como es habitual, se estiró el grupo aunque manteniéndonos a la vista, de esta forma alcanzamos la cumbre del Parrejón en poco más de una hora, aquí las nubes ya habían ganado terreno y la visibilidad era reducida, aunque el viento todavía nos respetaba. Un poco más adelante se encontraba el desvío de la opción larga que bajaba por el barranco del Paraíso, invisible por la nubosidad. De forma muy obediente y disciplinada, o bien atendiendo al sentido común, todo el mundo hizo caso de las instrucciones y nadie se aventuró a descender por él.
A partir de ese punto el sendero, bien marcado, discurría por la ladera oeste de la cresta del Cervunalillo y ascendía suavemente hacía la buitrera, con tramos de pizarra que estaba bastante seca por lo que el avance no presentaba excesiva dificultad.
A la llegada a la Buitrera, debido a que ya era zona que no presentaba ningún abrigo, se notaban las fuertes rachas de viento que dificultaban mantener el equilibrio, esto unido a la falta de visibilidad que no permitía disfrutar del paisaje, hizo que se pasase rápidamente por este punto.
Las rachas de viento continuaron de forma aún más intensa en el tramo de cuerda que se mantiene en torno a la cota de 2.000 m. durante aproximadamente 1 km. La gente fue avanzando por esta cuerda lo más rápido que pudo luchando contra el fuerte viento e intentando mantener el equilibrio. Por suerte no es una zona que presente grandes caídas verticales.
Una vez que descendíamos por la fuerte rampa hacía el collado de los Lobos el viento iba disminuyendo a la par que aumentaba de la visibilidad. Pasado este collado había unas rocas a cuyo abrigo pudimos reagrupar y comprobar que todos los integrantes del grupo habían conseguido superar el difícil trance anterior.
A partir de este punto el cielo se presentaba despejado y el viento iba amainando según íbamos descendiendo, lo cual nos permitió disfrutar de las vistas del entorno de Riaza y Riofrío de Riaza.
En cuanto a dificultades sólo quedaban dos pequeños destrepes en el tramo que desciende del vértice del Merino, que debido a que estaba la roca seca en esta zona, pudieron superarse sin problemas.
Como ya reinaba el sol, la temperatura era agradable y el viento no molestaba, la mayor parte del grupo paró comer sobre las 14:00 h en el collado de la Fuente.
Como lo que quedaba de ruta ya no entrañaba dificultad, la gente fue abandonando la zona de comida y descendiendo de forma dispersa, cruzando un tupido robledal que termina en la portilla de una cerca que delimita un pinar de repoblación, en cuyo extremo opuesto se encuentra la ermita de Hontanares que se encontraba abierta para los que quisieron visitarla.
Desde la ermita la gente fue descendiendo en pequeños grupos por un sendero que discurre entre robles primero y tierras de labor después, hasta llegar ya junto al pueblo a la carretera, en la que se encuentra el puente que cruza el río Riaza.
La mayor parte de la gente llegó al pueblo entre las 16:00 y 16:30, mucho antes de lo previsto, en parte porque no se pudo hacer la opción larga y en parte porque en la Buitrera no hubo posibilidad de recrearse con las vistas.
Como el autobús nos esperaba en el otro extremo del pueblo, junto al frontón, la mayoría del grupo decidió quedarse en las terrazas de la plaza o visitando pastelerías y otras tiendas, hasta la hora acordada para la salida: 18:00 h. Como la tarde estaba soleada y agradable, había gente dispersa y siempre es bueno revitalizar la economía de los pueblos, este coordinador decidió no adelantar la salida, por lo que pido disculpas a los que querían llegar antes a Madrid.
No queda nada más que decir, salvo agradecer a Manuel Pozuelo y José Manuel Alpiste su ayuda en el transcurso de la ruta y a Vicente Sánchez por colgar en la web sus fotos que he utilizado para esta memoria.
El coordinador: Javier Santos.