A.D. Grupo de Montaña PEGASO
Cordales
Hoyos glaciares carpetanos
Sábado, 22 de abril de 2023
Aunque en otras ocasiones este club ha recorrido el cordal de los montes Carpetanos entre los puertos de Navafría y de Malagosto, permanecían bastante desconocidos los grandes circos de impronta glaciar en la vertiente sur de dicho cordal. El plan era el reconocimiento de los tres mayores de esos circos, los llamados Hoyos Porrinoso, Cerrado y Borrascoso, adentrándonos en ellos o, al menos, asomándonos a los mismos.
La ruta larga partía de Lozoya, subía por el Hoyo Porrinoso hasta el cordal carpetano, bajaba para entrar en el Hoyo Cerrado y salía de éste subiendo de nuevo al cordal; y repetía la operación con el Hoyo Borrascoso; después seguía hasta el puerto de Malagosto, desde donde se descendía hacia Rascafría. La ruta corta partía del puerto de Navafría y recorría el cordal hasta el de Malagosto por traza que permitía observar los tres grandes circos. La larga acumulaba unos 1680 metros de subida, y la corta unos 740.
Pero, según se combinaran los tracks propuestos, y sin salirse de los mismos, eran posibles ocho recorridos distintos, presentando un abanico de diferentes niveles de esfuerzo. La diferencia de base era que si se partía de Lozoya se recorría todo el Hoyo Porrinoso (con su exigente subida) y si se partía del puerto solo se avistaba desde arriba. Pero después, tanto quienes hubiesen partido de un punto como del otro, podrían ir optando por entrar, o no, en cada uno de los otros dos circos glaciares, según la fortaleza y ánimo personal en cada momento. En cualquier caso, se recordó la regla de ir siempre en un grupo con emisora y recursos de orientación.
Aunque la solicitud de autocar, y la especificación de sus horarios, se había realizado con semanas de antelación, justo la tarde anterior al día de la actividad la compañía de autocares nos comunicaba que había que salir de vuelta de Rascafría antes de la hora máxima que habíamos indicado, las 20:00, para cumplir con las horas de disponibilidad de conducción. La solución fue poner las 19:00 como hora límite para estar en Rascafría y adelantar en 30 minutos las horas límites para permitirnos entrar en el Hoyo Cerrado y en el Borrascoso (que quedaron fijadas en las 13:30 y las 15:00, respectivamente). Según nuestro cálculo de tiempos, a un ritmo sensato, se llegaría perfectamente a esa hora a Rascafría. Pero nos habíamos querido dar un margen ante cualquier posible despiste o incidente; y para que todo el mundo pudiese tomar algo en el punto de destino. No era posible: Nadie podía despistarse ni retrasarse; y quizá alguien se quedaría sin su cerveza al final.
Tras subir al autocar en los puntos de Canillejas, plaza de Castilla y Diversia, éramos 43 los participantes. Estábamos pasando un mes de abril demasiado seco, sin las lluvias que necesitamos, pero precisamente éste sábado amanecía lluvioso, aunque nos pronosticaban que pronto se irían las nubes y quedaría más bien soleado.
Hacia las 9:15 se bajaban en Lozoya 24 participantes que iniciaban desde ahí su ruta. Como media hora más tarde el autocar llegaba al puerto de Navafría, donde se bajaban y empezaban los 19 restantes.
El grupo que salió de Lozoya hizo una larga aproximación por senderos, pistas y nuevamente senderos, casi siempre en subida, para acabar adentrándose en el Hoyo Porrinoso.
Cuando el Hoyo Porrinoso se abrió a la vista, la ruta mostraba ya claramente sus alicientes.
Como siempre, el grupo se fue fraccionando en varios subgrupos según los distintos ritmos y así fueron llegando y pasando por el collado Porrinoso, ya en la cuerda carpetana.
Quienes salieron del puerto de Navafría acometieron la exigente subida al Alto del Puerto. No llovía pero, al ir por la cuerda, este grupo hubo de soportar algunas rachas de viento frío y, aunque principalmente despejado, a veces la niebla les envolvía brevemente. En el pico del Nevero se hizo una parada de reagrupamiento y hubo que abrigarse. Después todo amainó y quedo un día despejado. Llegaron al collado Porrinoso hacia las 11:25, mucho antes que el grupo que había salido de Lozoya, que no se llegaba a avistar. Y se continuó por la cuerda hasta Peñacabra. Era el opcional punto de entrada al Hoyo Cerrado. Más o menos la mitad del grupo decidió entrar [Comentaremos sobre este grupo más adelante]. La otra mitad siguió estrictamente la ruta corta, o sea, por la cuerda.
Más tarde, en grupos fraccionados, fueron llegando a Peñacabra quienes habían partido de Lozoya. Salvo una persona, que siguió por la cuerda, todos iban decidiendo entrar en el Hoyo Cerrado. Un penúltimo grupo de cinco llegaba a este punto hacia las 13:30, la hora que habíamos puesto como límite para entrar en el Hoyo, y así lo hizo. Un último grupo de tres ya llegó más tarde, y siguió por la cuerda.
Hoyo Cerrado presenta tres cubetas glaciares escalonadas. Siguiendo la ruta propuesta, se bajaba hasta la cubeta intermedia, después se subía el escalón a la superior y se escapaba del Hoyo por una pala en dirección SO. El recorrido permitía admirar la compleja topografía del circo y los retadores canales del mismo.
La mayoría de quienes entraron en Hoyo Cerrado, también lo hicieron en el Hoyo Borrascoso, que ofrecía similares sensaciones. La ruta propuesta solo descendía a la cubeta glaciar superior de este circo; pero un par de compañeros miraron el mapa y disfrutaron también descendiendo a la cubeta intermedia, perfectamente factible, aunque el escape de subida posterior hacia la cuerda les resultaría más escarpado. [El coordinador había desechado esta atractiva variante "para no abusar" y también porque, al fin y al cabo, las rutas se plantearon solo como "una introducción" al conocimiento de la zona].
Tras deambular por el Borrascoso, se subía a la cuerda y, en ruta que ya fue común para (casi) todos los grupos, se bajaba al puerto de Malagosto, desde donde se continuaba bajando por pista, ahora bastante invadida por cambroño. Quienes aún no habían parado a comer, lo iban haciendo en distintos puntos de esta bajada. Incluso hubo quien se echó en alguna pradera a tomar el sol relajadamente. Después la ruta nos llevaba por senderos y trochas entre melojares y praderas, y cruzando algunos arroyuelos. Y así los grupos iban llegando, cada uno a su ritmo y bastante escalonados, a Rascafría.
Mención aparte el grupo de 7 personas que partió del puerto de Navafría y, con buen ánimo, entraron en el Hoyo Cerrado y después en el Borrascoso. Estando en éste decidieron que "para qué volver a subir, mejor bajar todo el curso del valle". Como se ha comentado antes, la bajada hasta la cubeta intermedia no ofrecía ningún problema, pero... [Meses atrás, el coordinador había pretendido diseñar así la ruta: No se volvería a subir a la cuerda, se recorrería en descenso todo el Hoyo Borrascoso y se continuaba bajando por el valle del Regajo Burro. Pero, tras dedicar cuatro jornadas a ese tramo, intentando abrir sendero, admitió su derrota: Imposible: la extensa superficie de matorral espinoso no daba tregua]. El coordinador advirtió por emisora que veía inviable lo que pretendían. Pero, para su sorpresa, le iban comunicando que no iban mal. Increíblemente, lo consiguieron (?!) ...aunque con algunos arañazos y pinchazos ...y con cierta demora.
Excepto ese grupo, los demás tuvieron tiempo de tomar algo en los bares de Rascafría. Por fin, con un poco retraso, hacia las 19:10 hacían su aparición los sufridos y arañados del Regajo Burro. No pudieron ni tomarse nada. A las 19:18 partíamos en el autocar de vuelta para Madrid.
El coordinador, Manuel Pozuelo
(Fotos de Uge Rebollo y Manu Crespo)