Empezamos el día muy temprano a las 7:00 a.m. como es habitual en las salidas a Gredos, en la primera parada Canillejas donde empezamos a recoger a los duros e intrépidos montañeros y montañeras que se atrevieron a darse el madrugón, después paramos en Plaza Castilla y en Monte Príncipe y, nos encaminamos por fin al lugar de partida de nuestra ambiciosa travesía por tierras de Gredos en la localidad de Casillas.
Llegamos con adelanto sobre lo estipulado, pues a las nueve ya estábamos allí y cuál fue nuestra sorpresa que estaban en fiestas y nos dieron la bienvenida los mozos del pueblo que aún estaban de fiesta ya un poquito deteriorados; algunos aprovecharon en el puesto ambulante de turno para tomar un cafecito con churros para reponer fuerzas pues ni habían desayunado.
Después de indicarle la maniobra al conductor para dar la vuelta pues el pueblo es un poquito estrecho, me dispuse a dar el pistoletazo de salida, cuál fue mi sorpresa que ya solo me quedaban tres personas "así me gusta que todos cumplan las normas de participación", je, je, je.
Comenzamos la subida hasta el Puerto de Casillas por una cómoda pista; así que en muy poquito tiempo llegamos al primer objetivo el Puerto de Casillas 1.477 m.
Desde aquí algunos optaron por por seguir la cuerda que les llevaba hasta el Canto del Berrueco y otros seguimos la ruta propuesta que seguía un poco más abajo por un PR bien marcado y cómodo que evitaba subir al mismo. Pasado el Berrueco todos nos volvimos a juntar por el mismo camino que nos llevaba por el cordal, después alcanzamos el Cerro Escusa 1.959 m, donde la gente se paró a hacer unas fotos y a reponer fuerzas, a estas alturas ya estaban más o menos tres grupos bien diferenciados: los mas rápidos que iban por delante, el grupo más numeroso que lo hacíamos en medio y por último nuestro Antonio Zazo que cerraba la marcha con el último grupo.
De aquí nos dirigimos hasta el Puerto de Navaluenga 1.769 m donde se separaban las dos rutas por lo tanto paramos a reagruparnos y ver quienes optaban por la opción más corta, pero no menos interesante; al final bajaron por el puerto un grupo de doce personas liderados por nuestro gran Antonio Zazo que por lo que luego me contó, se le sublevaron y amotinaron y les tuvo que dejar dormir la siesta de rigor, je, je, je.
Los demás seguimos por el cordal dirigiéndonos a nuestro próximo destino que era el pico Lanchamala nuestro objetivo principal de 1.998 m y que daba nombre a nuestra ruta donde corría un vientecito bastante molesto y fresquito que nos hizo bastante difícil desplegar la bandera del Club para hacernos la foto oficial, pero después de varios intentos lo conseguimos. Y por fin la foto de cima y del trabajo bien hecho, je, je, je.
Después de un merecido refrigerio ya sólo nos quedaba descender hasta Piedralaves, comenzamos bajando hasta el Portacho de las Serradillas 1.855 m, después a un collado con una bonita pradera desde donde ya se divisaba la presilla de Piedralaves que desde aquí aún se veía bastante lejana.
Continuamos el fuerte descenso pues en pocos kilómetros teníamos que bajar 1.200 metros de desnivel por un bonito y sombreado bosque de pinos laricios de unas dimensiones bastante considerables y más abajo por un robledal con unos ejemplares que costaría varias personas para abarcar su diámetro, para llegar por fin a la pequeña presa 1.040 metros desde donde por una pista asfaltada, pues el autocar no podia subir hasta allí por no poder dar la vuelta, nos dirigimos hasta el final de nuestra bonita ruta, en el parking de la casa forestal donde habíamos quedado con el autocar, que aun no había llegado, aprovechamos para tomar unas cervecitas o refrescos en la llamada “Charca de la Nieta” donde además de un bar hay una piscina natural que no pudimos disfrutar mucho puesto que la temperatura ambiental y la del agua estaban bastante frequitas.
A la hora acordada llego el autocar al parking para poder cambiarnos de ropa y, sobre todo, quitarnos las botas y poder degustar unas merecidas cervecitas que el organizador nos había prometido por asistir y acompañarle en ese día tan especial.
Con media hora de adelanto sobre el horario estipulado partimos henchidos e inchados de felicidad hacia nuestros puntos de partida habiendo disfrutado de un día inlvidable en el cual todo salió de la mejor manera posible sin tener que destacar ningún percance o incidente.
Por último, agradeceros a todos los asistentes vuestra compañía, comprensión y colaboración. Un abrazo sincero para todos y, en especial para la Junta Directiva, los cordinadores que hacen posible que esto funcione y funcione tan bien. Y, agradecer a Asun y a Antonio Zazo su inestimable ayuda y colaboración con este humilde y novato aprendiz de cordinador, je, je, je.
Un abrazo fuerte para todos del cordinador de esta actividad.
Raul Caderon Hoyo
