Alto Campoo
Sábado
El sábado amanece cubierto y con una ligera llovizna. Dos de los participantes regresan a Madrid por no encontrarse bien uno de ellos. Cinco más deciden hacer turismo por la zona ante el mal tiempo. El resto intentamos la marcha, salimos tarde en espera de una mejoría que no se produce. Por el camino de subida, los que vamos los últimos nos encontramos con otros dos que abandonan a mitad de subida al Cuchillón. La ascensión es larga pero tendida, la nieve caída los últimos días está sin transformar y nos hundimos entre los brezos. Las últimas palas expuestas al viento requieren el uso de crampones.
El grupo en la cima del Cuchillón, rodeados por la niebla
Nos reagrupamos en la cima donde la niebla nos impide ver el paisaje. Hemos tardado desde el refugio 2,30h aproximadamente. Sigue lloviznando pero continuamos el cordal previsto en dirección al Tres Mares. El crujido de una placa rota bajo la nieve blanda nos obliga a extremar las precauciones. Llegamos a una grieta que nos impide el paso, abre algo la niebla y nos quedamos maravillados ante los cortados que se abren a nuestra izquierda. Los más osados saltan y el resto pasamos por una aparente cornisa, que en realidad, es una piedra cubierta de nieve, pero nos encontramos con un cortado que no nos atrevemos a destrepar, por lo que retrocedemos hasta una bajada fácil, siguiendo la valla de un remonte abandonado de la estación de esquí. El descenso es pronunciado, pero sin dificultad por palas de nieve blanda.
Flanqueamos en cuanto nos es posible, salvando los cortes de la montaña, en dirección al Tres Mares. Ascendemos a la izquierda del remonte de Los Asnos, con cierta sorpresa de los esquiadores, hasta llegar al final del remonte donde paramos a comer. Son sobre las 14h y la niebla empieza a abrir. Emprendemos camino por el borde de la pista de Los Asnos, vemos las maravillosas vistas de la vertiente palentina. El sol empieza a calentar. Nos impresiona la visión del Tres Mares, que no se puede subir de frente debido a un contrafuerte rocoso. Un corto flanqueo por debajo de este contrafuerte nos conduce debajo del remonte que sube casi hasta el pico.
La música de Status Quo en la megafonía anima a algunos al baile, nos reímos pero resulta triste la degradación de este hermoso pico, el más emblemático del Alto Campoo, rodeado de pistas y remontes. Son las 15h. En la cima del Tres Mares hay un mirador, quizás pensado para los múltiples visitantes que se acerquen en verano, para que se puedan asomar sin vértigo a los cortados del lado palentino y del cordal que continúa a Peña Labra. Quizá fuimos demasiado osados cuando planeamos en Madrid continuar hasta Peña Labra, el flanqueo por debajo del Tres Mares tiene mala pinta: mucha inclinación y caída vertical debajo, y además sin huella. Sin nieve, sin embargo, es un sendero bien marcado. Descendemos por donde hemos subido. Algunos bajan al refugio y otros seguimos, tras un corto tramo por la pista, por el cordal que bordea el circo en dirección al Cornón. Paramos en uno de los montículos un rato para ver las proezas de un grupo que se dirige al Tres Mares desde Peña Labra por la cresta. Al llegar al primer cortado, se paran, retroceden y uno intenta el paso por una pendiente de nieve muy expuesta, se vuelve ante la dificultad del terreno, finalmente retroceden por donde habían venido.
Nosotros continuamos por el cordal, sin dificultad, disfrutando de unas vistas extraordinarias. Decidimos subir al Cornón para adelantar “tareas”, ya que la marcha que habíamos planeado para el domingo era demasiado larga. Visto desde aquí parece mucho, pero avanzamos a buen paso y a las 16h estamos en el collado de la Fuente del Chivo, subimos todos al Cornón, que tiene unas canales muy bonitas por el lado norte. Paramos un poco y seguimos hasta el pico Bóveda, son las 17h y toca bajar. Lo hacemos por una pala de nieve bastante inclinada, pero que no requiere el uso de crampones. A eso de las 18h estamos todos en el refugio. Hemos completado gran parte del semicírculo de cumbres que rodean la estación.
Descenso del Bóveda, el último pico del día
Domingo
El domingo amanece un día espléndido, sol, buena temperatura. Cinco de los participantes deciden volver a Madrid, otros dos se quedan haciendo turismo y el resto empezamos a andar sobre las 9h en dirección al refugio Solvay, donde acabamos la marcha el día anterior. Abandonamos la carretera e iniciamos la subida por el valle. La capa superficial de la nieve se ha helado durante la noche y no nos hundimos en exceso.
El grupo sube por el borde de una pala de nieve a la derecha, a coger una loma en dirección a La Tabla. Nosotros preferimos remontar el valle porque queremos salir al Paso de la Muerte para verlo de cerca. El último tramo es algo pendiente y yo me pongo los crampones, Ismael y Juan suben sólo con el piolet. Llegamos al mismo borde del Paso de la Muerte, una mole rocosa que se puede rodear por unas cornisas en el lado norte, aunque con la nieve puede ser peligroso. Nos vemos recompensados con las vistas de la cara norte del Bóveda.
Seguimos hacia el Cordel, las vistas son maravillosas. Se divisa el circo que hicimos ayer, Peña Labra, los cortados y los valles que se abren al norte, incluso se ve el mar, Santander y algún barco grande; a lo lejos Picos de Europa y la montaña palentina. Paramos bastante a echar fotos y hablamos por la emisora con el resto del grupo, han subido a la Horcada y van a bajar desde allí. Este pico es un diente que impresiona visto desde el cordal, aunque la trepada por la vertiente sur es bastante fácil. Fernando, que viene con nosotros en el coche, nos espera para seguir la marcha. Nos reunimos con él sobre las 11,30h y decidimos continuar.
Si bien el cordal hasta el Cordel es en su mayoría una sucesión de lomas, merece la pena por las vistas y por la motivación de completar nuestra “integral” del Alto Campoo. Pero sobretodo porque hace un día muy bonito como para fastidiarlo yéndose a Madrid. En el camino subimos unos cuantos picos más: el Cuencagén, el Iján, el Cordela. En la bajada del Cordela tenemos que utilizar el piolet. Llegamos al collado al pie del Cordel sobre las 13,30 h y emprendemos la subida por nieve blanda, brezos, piedras y cantos rodados. Estos cantos unidos por un cemento calizo forman una curiosa roca que abunda por esta sierra. Sobre las 14h hacemos cima y paramos a comer. Sobre las 15h bajamos y a buen paso alcanzamos una pista que bordea a media ladera la sierra por donde hemos venido y en una hora más estamos en el aparcamiento de Brañavieja.
Entre los dos días hemos completado nuestra integral: todo el cordal desde el Cuchillón hasta el Cordel, exceptuando los tramos que han resultado impracticables.
El Paso de la Muerte, el Bóveda y el Cornón
Autor: Carmen