G. M. Pegaso - Montañismo
Las Hurdes, Valles del Esperabán y Ovejuela
15 al 16 de mayo de 2021
La primera actividad de montaña que figuraba en el Calendario Pegaso de 2021. Planificada para mediados de enero, aplazada a febrero tras la ampliación en Extremadura del cierre navideño por la tercera ola del COVID. Aplazada por segunda vez de febrero a marzo, luego a abril, y finalmente, debido a que no puede llevarse a cabo la actividad a Collarada prevista en esta fecha, (Jaca está confinada), se vuelve intentar sacar. Llamamos al hotel, hay algunas habitaciones y otras pocas en otro hotel justo al lado. Puede salir. Publicándola apenas 10 días antes, se cubren todas las plazas sin quedarse nadie fuera. Una actividad que en principio fue pensada para invierno y que vamos a realizar ya bien avanzada la primavera.
Viernes, 14 de mayo.
Es el primer fin de semana tras terminar el estado de alarma y se nota en las carreteras. Mucha gente deseosa de salir de la comunidad de Madrid. La A5 no es una excepción y hay retenciones hasta pasar Navalcarnero, pero como el trayecto no es muy largo y la carretera es buena, en menos de 4 horas llegamos a nuestro destino en Pinofranqueado, la mayor población de Las Hurdes. Los hoteles se encuentran a la entrada del pueblo junto al puente que cruza el Río Los Ángeles, junto a un paseo fluvial escoltado por enormes álamos negros que justo estos días dejan caer su característica pelusa blanca que flota en el aire creando un cautivador ambiente propio de una escena de película.
Tras hacer el registro en el hotel y soltar el equipaje nos vamos reuniendo en los bares de la plaza del pueblo que se encuentra muy animada. Salvo por las mascarillas y las debidas precauciones, hace que te olvides por un momento del covid y todo lo que hemos pasado. Algunos aprovechamos para cenar aquí y otros deciden ir al hotel. Acordamos la hora de salida para la marcha del día siguiente después del desayuno que nos lo servirán a las 7:30.
Sábado, 15 de mayo.
Tras el desayuno partimos hacia EL Horcajo, una de las alquerías que recorreremos estos días pertenecientes a Pinofranqueado. Son las 9 de la mañana y emprendemos la marcha atravesando la aldea y poniendo rumbo hacia la collada de Mudas donde se vuelca al valle de La Aldehuela, la siguiente alquería por la que pasaríamos minutos después ya bajando hacia el río Esperabán. Cruzamos el río por un puente en un entorno idílico y sin llegar a entrar en Erías (la tercera alquería) comenzamos la ascensión de la jornada, a tramos por camino y a tramos por pista hasta alcanzar el cordal de la sierra, ya limitando con Salamanca. A partir de aquí, y durante todo el cordal lindero, se transita por un cortafuegos ascendiendo a la Bolla Chica, la cumbre más alta del día, y descendiendo luego a la Collada de la Nija, donde ya si se abandona el cordal, y por un sendero cada vez más bonito vamos entrando en el valle del río Esperabán.
Brezos, jaras, cantuesos, retamas, todos en flor, dan los tonos de color a un camino arriero muy bien construido a base de muros de piedra seca, y refuerzos laterales de pizarra y que va salvando los escarpes del barranco. Resulta todo un placer recorrerlo. Junto a un puente y a la orilla de arroyo hacemos un alto para comer y descansar las piernas, antes de continuar el itinerario pasando, esta vez sí, por Erías que aún conserva rincones con la arquitectura tradicional de las Hurdes, y más tarde por El Castillo, la cuarta y última alquería de la jornada, y,…¡con un bar con terraza a la sombra!. Fue irresistible no tomar una cerveza, tinto de verano o refresco. Apenas quedaban ya 3 km para cerrar el “8” de la opción “larga”, una ruta de más de 28kms, tan variados y atractivos, que incluso para alguno se le hizo corta.
Los días son largos y ya de nuevo en el pueblo da tiempo para un paseo, comprar productos regionales y tomar alguna cerveza en la plaza Reina Victoria, centro neurálgico del pueblo, que estaba aún más animada que la tarde anterior.
Domingo, 16 de mayo.
Al igual que el sábado, nos vamos reuniendo en la puerta del hotel tras el desayuno. Y esta vez ya con el equipaje cargado en los coches ponemos rumbo a Ovejuela, otra alquería de Pinofranqueado ubicada en el valle hurdano más occidental. La idea de hoy es ir al Chorrituelo, una conocida cascada, y continuar la ruta rodeando toda la cabecera del valle por sus cumbres, ascendiendo al Pico Bolla, el más alto de este sector de la sierra, siendo además la cumbre superior a 1500 m de cota más occidental del Sistema Central español.
El camino hasta El Chorrituelo es bien bonito y muy cuidado, se nota que es un lugar visitado. La vista de la cascada sorprende tras un recodo del camino. A la hora que llegamos, como está orientada al sudeste, destacaba con el sol dándole de lleno. A partir de aquí, el camino va ascendiendo casi sin descanso hasta alcanzar el puerto que vuelca al valle de Descargamaría, ya en la Sierra de Gata. Prácticamente todo el resto de ruta transcurre por cortafuegos continuando por el cordal. Aunque el día está fresco, sopla algo de viento húmedo, y al enfriarse, al ganar altura para salvar el relieve, provoca la condensación del vapor de agua formando jirones de nubes que se quedan prendidos en las cumbres de la Sierra.
En la cumbre del pico Bolla nos reagrupamos, y en la bajada hacia ovejuela algunos decidimos optar por una variante que evita la última parte de cortafuegos muy empinada. Un camino que resultó estar ya muy perdido. Tramos completamente cubiertos por helechos, jaras o brezos, y que, si no es por la ayuda del GPS, hubiese sido complicado seguirlo. Es curioso como se puede cubrir de monte un camino en pocos meses, pues en la fotografía aérea más reciente aparece muy marcado. A pesar de todo es más bonito que el cortafuegos, especialmente la ultima parte, ya llegando al pueblo, donde el camino ya sí está bien definido y discurre entre castaños y hortales de naranjos, granados e higueras.
El bar del pueblo nos recibe antes de llegar a la plaza donde habíamos aparcado los coches y es parada obligada. Aquí nos vamos reuniendo y despidiendo conforme, a nuestro pesar, hay que abandonar para meterse en el coche y emprender el viaje de vuelta a la capital soportando retenciones y atascos. Sin embargo, todos coincidimos que la actividad, pese a los aplazamientos, ha merecido la pena.
Coordinador: Luis Cano
