A. D. Grupo de Montaña Pegaso
Cordales
Travesía de Siete Picos
Domingo, 20 de febrero de 2022
Después del paso de la borrasca Eunice – del griego Eunike `Aquella que alcanza la victoria’ -, con unas previsiones de intensas nevadas los días anteriores que luego no fueron tanto y fuerte descenso de las temperaturas, nos dimos cita 60 participantes, con el bus grande para poder dar ocasión de asistir a más socios y sin quedarse nadie en lista de espera, menudo tino, y cuatro bajas de última hora por enfermedad o estudios que comunicaron antes de salir para no demorar la partida. Mayoría de hombres 2/3, aunque se van incorporando más féminas cada vez. Federados 46 y al resto se les hizo el seguro de la actividad para estar cubiertos en caso de accidente.
Primera vez que veo que salen más participantes a hacer la marcha corta que la larga, puede que fuera por la duración y el tiempo que se había dado para finalizar, el escoba llegó al puerto a las 5:30 con media hora para poder refrescarse y cambiar de calzado. Fueron consultados en el bus quién quería hacer cada una de las opciones y pocos escogieron la larga completa, salió espontáneamente una alternativa más corta, saltarse La Peñota, desde el collado de Cerromalejo e ir directamente al Águila.
Partimos de la casa de vigilantes de Las Dehesas de Cercedilla y comenzamos la fuerte subida a nuestros destinos, con una temperatura de -1 grados. 450 metros de desnivel del tirón en ambas opciones. Quienes quisieron hacer la larga tendrían 150 metros más. La subida a La Peñota no tenía hielo y estaba practicable con la trepada habitual, las vistas extraordinarias, luego tendrían el sube y baja hasta el collado de Marichiva, desde aquí los dos recorridos son comunes. Los de la corta les sacábamos una hora de ventaja a los más rápidos de la larga. Seguimos hasta el collado de Fuenfría que estaba concurrido de montañeros y ciclistas por hacer un día soleado. Pequeña parada y continuamos el recorrido, consultando del estado del terreno a quienes venían en dirección contraria, parecía que habría algo de hielo.
Al llegar a Cerro Ventoso el suelo ya estaba como la piedra, la mayor parte del camino era entre pinos a la sombra y quedaba la subida a los picos. Podíamos divisar a los compañeros que bajaban la ladera de Cerro Minguete a toda pastilla. Parecía que llevaban prisa.
Por la cuerda corría un viento frío helador. Algunos tramos de la umbría estaban con nieve helada, además de la empinada subida que había que llevar precaución y algunos se pusieron los crampones que se pidieron como obligatorios en el correo informativo. Los corredores estaban con bastante nieve y hielo. Hubo que ayudar a los que los habían utilizado poco a ponérselos. No todo el mundo los utilizaron, algunos llevamos bota rígida y fue suficiente para no resbalar en la nieve dura.
Pocos subieron al pico Somontano, cumbre mayor de los Siete Picos a 2138 msnm, por lo fría que estaba la roca, aunque no había hielo. La comida la hicimos repartiéndonos en varios lugares, para evitar aglomeraciones por las normas anticovid dadas por el Club. Se buscaban las paredes soleadas y resguardadas del aire. Las vistas al valle y la buena compañía fueron excelentes.
Desde la cuerda de Siete Picos se veían las dos mesetas perfectamente, la gran urbe y hasta Gredos, buena visibilidad con el aire que hacía y las lluvias de los días anteriores. La bajada fue por la cara Sur más soleada hasta llegar al Puerto de Navacerrada, donde nos repartimos por los bares en sus terrazas, para esperar a los que venían de más lejos. El escoba de la marcha larga llegó a las 17:30 cerrando la excursión, con tiempo suficiente para estirar y no demorar la salida del autobús que partió puntual a la hora señalada.
Fotos: Antonio Z, Vicente y Manuc
Coordinador: Manuel Crespo