Vereda de la Estrella – Mulhacén (3.479mts) (Sierra Nevada, Granada)
El pasado 3 de octubre, a las 17:30 nos encaminamos en autobús hasta Güejar Sierra, pueblo de la Alpujarra granadina, donde pernoctamos en un hotel abierto exclusivamente para nosotros por estar fuera de temporada.
Durante el viaje concretamos los cambios de las rutas que nos vimos obligados a realizar por las lluvias de la semana anterior.
El sábado día 4 un grupo llegamos en coches hasta el aparcamiento junto al Restaurante Barranco de San Juan, donde acaba la carretera que debemos seguir desde Güejar Sierra señalizada como “Río Genil” (también “Río Vadillo”, o “Maitena”, o “Vereda de la Estrella”), a unos 7 kms. desde la entrada del pueblo. Esta carretera transita en parte (los últimos 3 kms.) por la antigua vía del tren que se utilizaba para transportar los minerales extraídos de las minas cuyas ruinas se pueden observar en la ruta, hasta la estación de Maitena. En este tramo es muy estrecha, atraviesa varios túneles y suele encontrarse en mal estado.
Comenzamos sobre las 8 de la mañana en el sendero señalizado como “Vereda de la Estrella” (la foto está tomada a la vuelta), nada más cruzar el puente sobre el río Genil, a la izquierda. Junto al indicador encontramos un panel informativo que nos detalla la ruta hasta Cueva Secreta.
El camino no presenta ninguna dificultad en estos primeros kilómetros.
Vamos ascendiendo muy lentamente y en unos 45 minutos nos encontramos con un majestuoso castaño, conocido popularmente como “El Abuelo”.
Unos 20 minutos después, tras un recodo, asoma ante nosotros la primera vista de las caras norte de las imponentes cimas Alcazaba y Mulhacén.
A partir de este punto mantenemos esta vista en casi todo el recorrido, que en esta primera parte discurre por el margen izquierdo del Genil.
Pocos minutos después nos topamos con las ruinas de la primera mina y “viviendas”, explotaciones cuya actividad cesó hacia mediados del siglo pasado. Aún encontraremos 2 más antes de llegar a Cueva Secreta.
Tras 7 kilómetros llegamos al segundo cruce de caminos señalizado. Hemos de seguir “Cueva Secreta”, bajando hasta el lecho del río Guarnón, que desciende de los corrales del Veleta, y se une aquí con el Real dando nombre al Genil. Cruzamos el río y pasamos a la vertiente del Real.
Aproximadamente 2:45 horas después, y tras pasar la confluencia de los ríos Valdeinfiernos y Valdecasillas (que forma el Real), llegamos a Cueva Secreta, fin de la Vereda. Mirando al sureste (izquierda de la foto, en primer plano) podemos ver el collado de la Majada del Palo, casi alineado con el pico Alcazaba, por donde hemos de atravesar la loma de Las Casillas para pasar a la vertiente del Valdecasillas.
Cueva Secreta, refugio natural “adaptado” por el hombre que suele utilizarse como punto de descanso para esta y otras rutas por la zona.
La senda acaba en el río, que cruzamos por un viejo puente, y debemos encontrar un camino para iniciar el ascenso al collado. Cogemos el más corto (y pronunciado) que nos lleva pasando junto a lo que dicen que es la auténtica cueva secreta (ver en el centro de la siguiente imagen) a una pequeña meseta desde la que debemos buscar, hacia el sur, el sendero que finalmente nos pasará por el collado.
Desde el collado, corral del Valdeinfierno, al suroeste…
Y las caras norte, que vemos cada vez más cerca. Ya no abandonamos esta vertiente hasta la laguna de La Mosca.
Después de un leve descenso llegamos junto al cauce del rio y lo seguimos por un prado ligeramente en cuesta conocido como “de las Víboras”.
Tras una media hora de camino comenzamos a subir de verdad, alejándose un poco el sendero del cauce y dando vista a los impresionantes Tajos Coloraos, que debemos superar para llegar a la laguna de La Mosca.
A partir de aquí, aunque el camino está marcado con hitos de piedra, es fácil perderlo, por lo que debemos en todo caso seguir la chorrera de la derecha hacia el collado que se vislumbra en la foto.
Superado este paso llegamos por fin a la laguna de La Mosca, auténtico oasis en este mar de piedras y hielo que es la hoya del Mulhacén en verano.
Un merecido descanso para hidratarse y reponer fuerzas y ya solo queda acceder al camino que sube al Mulhacén desde La Caldera a través del collado de La Mosca (en el centro de la foto).
Desde este collado, las vistas atrás son impresionantes: puntal de Siete Lagunas a la derecha, laguna de La Mosca abajo y justo encima de ésta, el pico Alcazaba.
El valle por el que hemos ascendido, con el espolón de la Alcazaba a la derecha y la loma de Las Casillas a la izquierda.
Y más a nuestra izquierda, el pico Juego de Bolos, que queda enfrentado a la Alcazaba.
En el collado del ciervo unos pocos decidieron descender hasta el refugio y el resto después de un pequeño descaso afrontamos la última subida hasta el Mulhacén, aunque el tiempo nos acompañó en la ruta, el ascenso lo hicimos acompañados de nubes, por lo que no pudimos disfrutar del paisaje todo lo que nos hubiera gustado. La satisfacción de hacer cumbre no se vio restada.
El otro grupo, partió desde Prado Llano, hasta hacer cumbre en el Veleta y después llegar al Collado del ciervo, desde donde unos bajaron al Refugio y otros subieron al Mulhacén.
En la cumbre nos encontramos todos, y tras los abrazos de celebración y la oportuna sesión de fotos, descendimos hasta el Refugio. Allí nos esperaban limpitos y bien hidratados los compañeros que comenzaron la bajada desde el Collado del Ciervo.
El domingo día 5 hicimos una ruta cortita, toda de descenso hasta Capileira, propia de un domingo de descanso para llegar a degustar los platos típicos de la zona antes del regreso.
En el capítulo de agradecimientos, hay que resaltar que durante los dos días tuvimos la gran ayuda de los amigos granadinos Pedro y Jesús, que como buenos conocedores de la zona nos aconsejaron en todo momento aquello que le demandamos. Igualmente, agradecer a Antonio Oñate y Araceli que estuvieron con el grupo que subió desde el Veleta y a Jesús Esteban el vídeo que ha colgado en la página del club, con música y todo.