A.D. Grupo de Montaña Pegaso
Cordales. Cresta del Dragón y Escaleruela
La ruta comenzó con malos presagios. Aunque las previsiones meteorológicas eran que no iba a hacer un mal día, la realidad es que la noche anterior estuvo lloviendo copiosamente. Esto hizo que algunos de los participantes decidieran no presentarse a la salida de la ruta.
De esta manera, de las 35 personas apuntadas, al final solo 29 nos montamos en el autobús.
Una de las primeras decisiones que había que tomar en función de estas condiciones meteorológicas, era a ver si se mantendría la ruta inicialmente prevista, o bien se optaría por la opción más conservadora que había sido planificada para un escenario de lluvia.
La decisión que finalmente se tomó fue la de mantener la ruta inicialmente prevista a través de la cresta del dragón. El motivo para ello era que, aunque las condiciones iniciales no eran nada favorables, las previsiones meteorológicas eran halagüeñas. Todas las previsiones meteorológicas afirmaban qué el día iría mejorando paulatinamente a lo largo del día. Además de eso, a medida que avanzaba el trayecto en el autobús, se observaba cómo la lluvia comenzaba a cesar.
La perspectiva inicialmente negativa, se mantuvo una vez llegamos al punto de salida, que era el puerto de la Quesera. Las condiciones meteorológicas en el puerto eran bastante desfavorables. Había niebla, estaba lloviendo ligeramente, y además soplaba un viento fresco. Esto hizo que además de la personas que no se presentaron en el punto inicial de salida, un número adicional de participantes decidirán darse la vuelta al poco de comenzar la ruta. Estas personas decidieron volver al autobús, y a partir de ahí descender al punto final de la ruta en Riofrío de Riaza.
El resto de los participantes decidimos continuar la marcha. La ruta se podía realizar de una manera correcta. Es verdad que tal y como se había comentado en la información, había que tener bastante cuidado en la pizarra debido a la roca resbaladiza. Sin embargo, no había ningún punto que presentará condiciones especialmente peligrosas.
De esta manera, todo el grupo realizo la ruta de la corta hasta la Atalaya.
Una vez llegados a la Atalaya, el tiempo había mejorado notablemente. Había dejado de llover, y además había ciertos momentos donde el sol se dejaba entrever entre las nubes.
En este momento, un grupo reducido de participantes decidió realizar la opción corta, de modo que regresaron a través de la cresta del dragón volviendo al puerto de la Quesera, y a partir de ahí descender tal y como estaba previsto a Riofrío de Riaza.
El grupo mayoritario decidió continuar a través de la ruta larga, descendiendo desde la Atalaya hacia el río zarzas.
Tal y como se había comentado, esta zona no es una zona de tránsito habitual, y por lo tanto había zonas donde había una cierta vegetación. Sin embargo, la progresión no era difícil, y al final todo el mundo lo puede realizar de forma correcta.
Una vez se llegó al río zarzas, que más o menos se correspondía con la mitad de la ruta, hubo grupos de personas que decidieron intentar acortar la ruta con mayor o menor fortuna. La idea no era mala, porque debido a las condiciones meteorológicas negativas, y al cuidado que había que llevar en la cresta del dragón, la ruta estaba transcurriendo más lenta de lo que estaba prevista.
Lo que pasa que, tal y como ya había sido comentado, salirse del track en esa zona conlleva importantes riesgos en el caso de que no se conozca cuál es el estado de la zona, debido a que se encuentra plagada de piornos, jaras, y demás matorrales que impiden enormemente el progreso.
Al final, dependiendo de los subgrupos que se crearon, hubo cuatro formas diferentes de acceder a la buitrera desde el río zarzas. Hubo quienes buscaron alternativas más eficientes a la ruta inicialmente prevista, hubo subgrupos que realizaron la ruta inicialmente prevista, llegando a destino a la hora prevista, y finalmente hubo algún subgrupo cuya alternativa no fue especialmente eficiente, provocando el retraso de la hora de salida del autobús hacia Madrid en casi 45 minutos.
En cualquier caso, a pesar de todas las aventuras del día, del retraso en la hora de salida, que el bar del pueblo se encontrara inesperadamente cerrado, y el atasco típico de vuelta en la A-1 un domingo por la tarde, el grupo en todo momento mantuvo el espíritu alto y el buen ánimo, traduciéndose es un aplauso unánime y espontáneo hacia el coordinador, el cual, agradece profundamente.
Jon Xavier Olano
Coordinador de la actividad