La Sierra de la Cabrera es una pequeña Sierra al Sur del macizo de Guadarrama visible en su totalidad desde la carretera N-I camino a Irún.

Para llegar a ella solamente hay que tomar la nacional I y desviarse en el km 57 tomando el desvío hacia La Cabrera que da nombre a esta pequeña Sierra.

El autocar nos dejó  al final de la antigua N-I que cruza dicho pueblo. El pico de la Miel (1.392 m) es el bloque de roca grande que queda en el extremo E de dicha Sierra. Comenzábamos la decima actividad del Trofeo Cordales de Montaña “Pegaso 2009”. Tomamos una pista que sale a la izquierda y ente matorrales y encinas empezamos la brusca ascensión hacia la  portilla de la Miel.

Nos encontramos varios senderos que salen de este camino a la base de la mole del pico de la Miel donde es habitual encontrarse a escaladores.  Tras la fuerte subida en la que hay que ir subiendo varios escalones de roca llegamos al collado, en apenas 30 minutos desde el pueblo. Desde allí se vislumbra ya la cumbre. Como el día es espléndido para andar con un sol radiente, podemos disfrutar desde su vértice geodésico de grandes vistas del cordal de Guadarrama, desde el puerto de Somosierra hasta Peñalara. También se ven algunas de las cimas de Ayllón con Tres Provincias, el Cerrón y el pico El Lobo.

Destrepando los canchales del Pico de la Miel, regresamos al collado para continuar nuestro recorrido por el cordal. Solamente hay que seguir las marcas del PR que van dejando a nuestra izquierda los riscos de la Sierra de La Cabrera.

Continuamos con suaves subidas y bajadas admirando alguna de las formaciones rocosas con forma caprichosas. Sorteamos alguna placa de hielo peligrosa que puede jugarnos una mala pasada, y eso que el terreno es más o menos llano. Y tras 1:30h llegamos al Collado Alfrecho desde donde ascenderemos el “Cancho Gordo”. Nos desviamos del sendero que traíamos y nos dirigimos por su vertiente NE hacia la cima. Tras un paseo por una pradera tomamos una especie de grieta marcada con hitos que sube los últimos metros hasta los restos de una construcción y el correspondiente vértice geodésico. Trepamos por una grieta para alcanzar la cumbre de Cancho Gordo (1.563 m). Las vistas desde la cumbre de nuevo son bastante interesantes, destacando el macizo de la Pedriza al O y al sur se vislumbran las torres de la Castellana.

Desde aquí bajamos al puerto del medio Celemín (1.300 m) y subimos de nuevo al Cancho del Mondalindo (1.500 m)  desde donde se vislumbra ya la cumbre del Mondalindo.

Este tramo a pesar del buen tiempo, se hace un poco más pesado debido al fuerte viento que nos azota durante la última parte del trayecto y que hace que la sensación térmica baje bruscamente. Aunque esto no nos impide disfrutar de los colores otoñales que cubren todo el paisaje.

Una vez en la cumbre hacemos una parada para comer todos juntos poniéndonos a resguardo del  viento reinante.

El Macizo del Mondalindo es una colosal mole montañosa que majestuosamente se eleva por encima de las localidades de Bustarviejo y Valdemanco por su vertiente sur, y de Canencia y Garganta de los Montes por su vertiente norte, creando un cordal cimero que se extiende desde el Puerto de Canencia y Cabeza de Braña hasta la primeras estribaciones de la Sierra de La Cabrera, alcanzando su máxima cota a 1.833 m. de altura.

Tras el merecido descanso retomamos la marcha sobre las 15:00 horas. Unos con intención de continuar hasta el Puerto de Canencia y otros para bajar directamente a Bustarviejo. A pesar de la subida que aún nos resta, y la elevada temperatura nada habitual en  esta época del año,  tan solo tres participantes deciden bajar al pueblo, el resto continuamos tranquilamente hasta el Puerto de Canencia. En este último tramo nos dividimos en dos grupos, los primeros llegamos al Puerto sobre las 17:00 horas y el resto una media hora más tarde. Nos abrigamos durante la espera porque la temperatura, ya apenas sin luz, ha bajado bastante.

En total han participado en esta  actividad 56 participantes de los cuales 46  estaban federados y para el resto se tramitó el correspondiente seguro de accidentes. También nos acompañaron otros 8 participantes más que se incorporaron a nuestra marcha por libre en el punto de partida y que se desplazaron hasta allí en coches particulares, de los cuales 2 no estaban federados y se les hizo el seguro correspondiente.