A.D. Club de Montaña Pegaso
Pico Nevero
Cordales
19 de enero de 2025
19 de enero de 2024. Día espléndido para la práctica del senderismo: completamente despejado, sin apenas viento, aunque con mucho frío a primera hora. Somos 47 los que acudimos, y dos son las rutas previstas.
A eso de las 9:30 hrs el autobús llega al pueblo de Lozoya y aquí nos quedamos 27 “pegasianos” dispuestos a hacer la ruta “larga”, consistente en llegar al Pico del Nevero previo paso por el Cancho de los Muertos. Los restantes 20 participantes suben en bus hasta el Puerto de Navafría para empezar a caminar (a media ladera) hasta el Mirador del Cuervo, punto a partir del cual la ruta es común para ambos grupos: toda la cuerda de los Montes Carpetanos hasta el Puerto de Malagosto y descenso a Alameda del Valle por el “camino viejo de Segovia”.
Los integrantes de la “ruta larga” calentamos piernas en el piedemonte por el camino que discurre paralelo al arroyo de la Fuensanta hasta alcanzar el camino de Piedras Huecas, donde nos adentramos ya de lleno en el bosque. Sin abandonar éste, sobre la cota de los 1500 m. nos desviamos y seguimos, campo a través, por la ladera de la Quebradura y del reajo Milano, siempre por un magnífico bosque de pinos, hasta que llegamos a las inmediaciones del Cancho de los Muertos sin dificultad de ningún tipo.
De aquí, siguiendo un pequeño tramo por el arroyo del Hornillo, remontamos hasta el Mirador del Cuervo, magnífica atalaya que permite divisar todo el Valle de Lozoya, y donde nos reencontramos con quienes hacen la ruta “corta”.
Todos juntos ya, por el sendero de la Lagunilla, llegamos al Pico del Nevero donde paramos a reponer fuerzas.
El tránsito por la cuerda de los Montes Carpetanos resulta un paseo ante la ausencia de viento, con apenas pequeñas placas de hielo aisladas. Vamos divisando (desde cada una de sus elevaciones: Peñalacabra, Alto del Porrinoso, Peñas Crecientes) los distintos hoyos glaciares hasta llegar al Puerto de Malagosto donde giramos en dirección a Alameda del Valle siguiendo, en la medida de lo posible, el Camino de Segovia.
El primer tercio de la bajada no presenta problema, pero el segundo supone una lucha permanente con un denso matorral muy a menudo más alto que nosotros mismos, y más que caminar nadamos sobre la jara.
El último tercio de la bajada es ya un ameno y relajante paseo por las dehesas boyales en paralelo siempre por el arroyo de la Sauca.
Por fin, Alameda del Valle nos recibe y nos dispensa el merecido refrigerio en uno de sus bares emblemáticos. Magnífica jornada de camaradería montañera.
Coordinador: Jesús Álvarez Barthe