No comienza mal el día…
Con el cambio de hora; que acaba de producirse, esperamos un pequeño desastre que no ocurre. Los 55 convocados aparecen con precisión matemática… ¿todos…?, ¡¡ no ¡¡, nos faltan dos, Carlos Moreno y Lourdes que se han dormido. Acordamos esperarles en la parada de Diversia. En Plaza de Castilla todo el mundo está a tiempo, y en Diversia; que cada vez tiene más adeptos, lo mismo. Se nota que dormir una hora más ha sido eficaz, menos para Carlos y Lourdes, que llegan con el turbo puesto muy poco después pidiendo disculpas.
No nos ha fallado nadie… ¡¡ Esto marcha …!!.
Y a la hora de cobrar en el autobús nadie se ha dejado el dinero en la mochila, y nos cuadran las cuentas a la primera. ¡¡ Lo dicho, promete ser un buen dia …!!.
Pero a medida que nos acercamos a Somosierra se va incrementando la niebla, y aunque, a partir de Riaza nos afianzamos más en la idea que hará frío, y con poca visibilidad, nuestro meteorólogo de guardia, Paco Toledo, nos pronostica que “el día abrirá a partir de la una o las dos “.
Una bandada de tordos levanta el vuelo al lado de la plaza.
Desde el autobús descubrimos la espectacular belleza del Hayedo de La Pedrosa; y multitud de visitantes, que cámara en mano vagan por las orillas de árboles y carretera tratando de plasmar la increíble paleta de colores difuminados que se nos presenta ante nuestra asombrada vista.
Otro autocar más, y alguna decena de vehículos nos acompañan en el Puerto de La Quesera, nuestro frío punto de partida, al que llegamos a las diez y cuarto.
¡¡ Las emisoras…¡¡ ¿ Dónde están las emisoras …?
Nuestro Rafa se ha dejado las emisoras encima de la mesa… Eso sí, para nuestro consuelo las tiene bien cargadas. Como castigo le tendremos un año más responsable del material.
Ante este inconveniente acordamos reagruparnos en puntos significativos para evitar que alguien pueda extraviarse por baja visibilidad.
Los ciento setenta metros de subida en la arrancada nos hacen entrar pronto en calor, y la marcha se presenta alegre y confiada, de vez en cuando la niebla se retira y nos permite admirar en profundidad y lejanía las manchas verdes de pinares, tejeras y hayedales alternativamente a derecha e izquierda. Alguien asegura haber visto un par de corzos saltando en el roquedal, no en vano estamos en el límite de la Reserva Nacional.
Seguimos recorriendo la Cuerda de la Pinilla hasta alcanzar el Pico del Lobo, lugar de disputa de dos comunidades para instalar un área militar; según dicen, al servicio de la Otan. Sería más interesante la limpieza de las obsoletas y abandonadas instalaciones de los remontes. ¿Por qué no se obliga a las Empresas instaladoras a que retiren los desechos cuando su industria deja de ser rentable…?. Aquí efectuamos una breve parada para reponer fuerzas, nuestro meteorólogo nos insiste en que el día abrirá, aunque otros no lo tengamos tan claro.
Diversas subidas y bajadas nos llevan a atacar los casi 1300 metros del Pico Tres Provincias donde pretendemos hacer la parada de la comida porque ya hay quejas en algunos estómagos. La subida es dura, con pocos repechos en los que descansar, menos mal que la niebla nos oculta la pendiente y ya se sabe… “ojos que no ven … “ .
Una yeguada nos recibe en la cima y ha desaparecido la niebla, el sol luce y calienta las piedras en las que nos asentamos; nuestro meteorólogo ha acertado y nos lo advierte con una sonrisa de satisfacción, algunas fotografías, y la camaradería habitual, risas y bromas.
Nos queda el último tramo para llegar al Puerto, y en el tramo final encontramos una patrulla de la Guardia Civil con los que charlamos brevemente; alrededor de las seis y cuarto de la tarde llegan los últimos mientras cambiamos calcetines, camisas y botas. Un café caliente, una cerveza fría, un vino; es igual, todo es una excusa para la relación. A las siete menos cuarto nos ponemos en marcha hacia Madrid; alguno se resistía a partir y pretendía continuar.
En la penumbra del autobús recordamos que aguarda la décima para el 22 de Noviembre.
Se confirma… ¡¡ Gracias a todos vosotros ha sido un gran día… !!
