Pero no, el milagro ocurrió. Hizo sol, fue un día seco, y además fresco. De esos que algunos van en manga corta y pantalón corto, y algunos otros (los menos) nos tenemos que poner el plumas a ratos.
Así que una vez todos agrupados en el bus, había que hacer las presentaciones, comentar las condiciones meteorológicas y del terreno, y lo más excitante… Plantear el reto.
En cualquier club es verdad que ya de por sí una ruta de 26km, 1600 metros de desnivel positivo y 1700 metros de desnivel negativo ya es un reto. Pero en Pegaso que la gente está más entrenada para las marchas que las legiones romanas, esto es algo habitual. El reto era, que eso había que acabarlo en menos de 9 horas, o por ley el bus nos podía dejar tirados en una cuneta de la Sierra de Ayllón. Y claro, ahí, en medio de la nada, no sobrevive una noche ni todos los supervivientes de todos los programas de Discovery trabajando en equipo.
¿Estaba el coordinador de la actividad (o sea, yo) preocupado de que finalizara la marcha a tiempo? Para nada, ya conoce a los integrantes del club y su responsabilidad. ¿Estaba el coordinador preocupado de que llegara a comenzar la marcha? Pues visto lo visto con el conductor del autobús, en algún momento si.
Creo firmemente, y apelo a la Junta Directiva del Club, que vistas las últimas salidas con autobús, las labores del coordinador de salidas con autobús deben ser redefinidas. Realmente, ¿Para quién es más necesario hacer una inspección del terreno y hacer un mapa, un “track” factible y la información adicional de la salida? ¿Para los que hacen la marcha, o para los últimos chóferes urbanitas que nos transportan? ¿Para quién se hace necesario inspeccionar el terreno de la carretera, curvas por las que no se pueda pasar, alternativas a la ruta, sitios donde dar la vuelta, y puntos de estacionamiento en los que la rueda no pise la tierra?
Este Club comienza a no requerir (únicamente) de aficionados a la montaña para organizar las salidas. Necesita además de copilotos de rally que indiquen a estas nuevas generaciones de chóferes de cómo afrontar las curvas cada vez que se adentran “en terrenos salvajes”. Y que la sección de formación no se olvide de organizar cursos de mecánica de autobuses, especialmente relacionados con el cambio automático. Tema 1: Cómo cambiar a modo manual. Tema 2: Cómo resetear el sistema para que vuelva a funcionar.
Pero sí, ansioso lector. Sé que has empezado a leer este artículo pensando en un relato de aventuras, épico como la narración de la llegada del hombre al polo o la conquista del Everest. Y no me olvido de ti. La ruta comenzó alrededor de las 10. Los integrantes salieron en desbandada como una jauría de hushkies sin estar atados … y de la ruta no sé nada más.
Yo estuve en cola, siempre por encima de la media de 3km/hora y sin contratiempos reseñables. De lo que pasó por delante ni idea. Bueno, que cada uno hizo la ruta y variantes que le dio la gana como siempre. Y de la ruta corta, pues ni eso.
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Hubo menos comunicaciones por radio en 8:30 horas de ruta, que reportes de problemas Alonso a su equipo con su McLaren en lo que le dura el coche ¡Así que todo perfecto!!!
Solo sé que cuando llegué al destino vi a todo el grupo al solecito tomando cervezas, que bien con su mirada, o bien por susurros al oído me decían.. ¿Podemos volvernos ya?
¡¡¡Así que todos en marcha, camino a casa, hemos acabado el día ya!!! Si bien por poco el cambio “automático” del bus casi nos obliga a llamar a los supervivientes de Discovery para pasar la noche allí…
Jon Xabier Arza Olano
Agradecimiento a Paloma Mesa y Antonio Zazo por las fotos de este relato.
