A.D. Grupo de Montaña Pegaso
Cordal. Arroyo Aguilón y barranco Santa Ana
Para esta fecha habíamos planificado una salida un tanto original dentro de la serie de "cordales" que viene realizando el G. M. Pegaso. Consistía en recorrer íntegramente los cursos de dos abruptos arroyos de la sierra madrileña.
Como es usual, teníamos dos opciones, una exigiendo más esfuerzo que la otra. Pero en este caso, la ruta "A", la principal y que definía el concepto de lo que se pretendía, era "la corta": Se subiría siguiendo el curso del arroyo Aguilón y, dónde éste se abre ya en el abanico de sus afluentes menores, saltaríamos de un valle a otro y, a continuación, bajaríamos por el barranco de Santa Ana. La ruta "B", "la larga", tenía el mismo esquema pero el paso de un valle a otro se haría culminando el pico Bailanderos, dominante en la zona.
Hubo cierto retraso en la salida del autocar de Canillejas, pues a la hora fijada (7:45) aún faltaba gente. Esto hizo que las salidas de Plaza Castilla y de Diversia también fueran con algo de retraso. Pero, en cualquier caso, ya estábamos 42 en el autocar (Otro compañero iría directamente en su coche). Pequeño inconveniente fue que la megafonía del autocar estaba averiada y el coordinador no pudo, durante el trayecto, hacer algunas observaciones pertinentes de última hora.
A las 9:40 llegábamos en el autocar al punto de partida, el Refugio del Palancar, en la M-611. Había poco sitio para aparcar un autocar (Ya estaba contemplado), pero nuestro hábil conductor consiguió aparcarlo en un lateral del refugio, perpendicular a la carretera. También insistió amablemente en quedarse ahí mismo toda la jornada, así quedaría más cerca para alguien que tuviese que abortar su ruta (Se había previsto que fuese en Rascafría).
Reuniendo brevemente a todos, el coordinador pudo hacer las observaciones que en el autocar no pudo: principalmente sobre los caudales comprobados de los arroyos, que nos impedirían cruzarlos en casi todo el recorrido; se indicó algún punto donde el cruce era posible y necesario.
El día se presentaba luminoso y con agradables temperaturas.
Hacia las 10:00 estábamos partiendo. Más de la mitad con la intención de hacer "la larga". Se había planificado que deberíamos de estar de vuelta no más tarde de las 19:00. Como suele ser habitual, prontamente se fueron formando y distanciándose múltiples grupos según los distintos ritmos de marcha. En el collado del Robledillo ya iban por delante todos los que pretendían "la larga" (...y dos que harían "la corta" en versión "rápida").
Bajando hacia el Aguilón y remontando su primer tramo hasta las Cascadas del Purgatorio, quienes habían optado por "la corta" iban, más o menos, agrupados. Dos nuevas compañeras, primerizas en Pegaso, no disponían de recursos de orientación y el coordinador las acompañó durante toda la ruta. Desde la primera cascada, este grupo subió y, por el "paso del majuelo", accedió al anfiteatro de la cascada superior, para descender hasta la misma.
Después, remontando el Aguilón, este grupo se dividiría en tres o cuatro subgrupos. Incluso uno de estos subgrupos, de avezados montañeros, no tuvo problema en cruzar el bastante caudaloso arroyo y lo siguió por su orilla izquierda. Los demás siguieron todo el curso por la orilla derecha. Así se llegó a la zona en la que se saltaba de un valle al otro, dónde estos subgrupos pararon para comer, unos más adelante y otros más atrás.
Continuando la marcha, el cruce del arroyo Santa Ana por su cabecera resulto fácil. Aguas abajo habría sido más difícil; aunque el avezado subgrupo que ya cruzó el Aguilón, también fue cruzando el Santa Ana donde lo encontraron oportuno. Según se descendía, las aguas iban haciéndose más bravas y finalmente se encajaban formando el angosto barranco. Yendo más cerca del curso o más alejado del mismo, cada subgrupo se las apañó en este descenso abrupto y algo errático. Por aquí, empezaron a aparecer los que venían haciendo "la larga".
Vayamos con estos. A buen ritmo, quienes optaron por "la larga" llegaron pronto a la primera Cascada del Purgatorio. En la subida por el canchal para pasar al anfiteatro posterior, una compañera se despistó de los demás y finalmente se encontró con otro compañero en situación parecida pero con recursos de orientación; acabaron haciendo juntos "su propia ruta", más o menos por la zona de las Arrecidas y el cerro Merino.
En la fuerte subida a Bailanderos siguiendo el arroyo del Canchal, una compañera desistió del esfuerzo que aún le quedaba y se volvió para tomar el itinerario de "la corta". Anduvo sola hasta que, finalmente, en la cabecera del Santa Ana, encontró a los dos compañeros que venían por delante tras haber subido a Bailanderos; y ya siguió con ellos.
Unos doce participantes subieron a Bailanderos y siguieron bastante estrictamente "la larga" tal como estaba diseñada, encontrando después la fuente de Bailanderos, faldeando la Najarra para llegar al puerto de la Morcuera y subir al cerrete de Piedras Coloradas. Por Bailanderos, dos compañeras perdieron a los demás y quedaron solas, pero, con buen manejo de orientación digital, una, y visual, la otra, resolvieron sin problema el itinerario propuesto. Otros dos compañeros hicieron su propia variante de "la larga" (uno siguiendo la cuerda, por la Najarra), acabaron juntos y son los que iban por delante y encontraron a la compañera que desistió en la subida a Bailanderos.
Otro grupo de seis también abordó, a un ritmo más tranquilo, la subida a Bailanderos, por donde pararon a comer. Tras bajar y evaluar el tiempo más largo que les llevaría seguir el curso complicado del Santa Ana y su barranco decidieron, sensatamente, volver por los cortafuegos de los cerros Merino, Cardoso y Pelado. Y así, hacia las 18:20 estaban ya de vuelta en el Refugio del Palancar.
Como decía, pasado el barranco fueron apareciendo distintos grupos, de "la corta", de "la larga", y el coordinador iba estando más tranquilo conforme todo el mundo emergía y daba fe de vida. Juntados así, un buen número cruzamos el Santa Ana por donde estaba previsto que sería posible y, nuevamente a distintos ritmos, abordamos la subida final al Refugio del Palancar. El coordinador revisó la lista y no faltaba nadie. A las 18:40 el autobús arrancaba de vuelta para Madrid.
El coordinador: Manuel Pozuelo
(Fotos de Manu Crespo)