Una vez definidos los grupos (40 compañeros optamos por la ruta larga y 5 se decantan por la ruta corta), sobre las 09:40 iniciábamos la ruta desde Valdemanco hacia el primer pico de la jornada “El mondalindo”, como la ruta festiva que es, el ritmo de la mayoría del grupo era más tranquilo que en otras ocasiones y sirvió para que pudiéramos intercambiar risas, opiniones y confidencias. El último grupo en el que me encontraba yo, y tras una subida más o menos cómoda llegamos a la cima para realizar una primera parada y contemplar las preciosas vistas que se visualizabann desde allí (ya comenzamos a catar los primeros caldos que los compañeros han traído para la ocasión).
Tras este primer descanso comenzamos a recorrer la cuerda del Mondalindo para alcanzar nuestra siguiente parada Peñas Negras, desde donde seguiríamos disfrutando del buen tiempo y de las vistas que nos brindaba el entorno (cuerda larga, Peñalara nevada, embalse de riosequillo, y como no la cuerda de la cabrera con Cancho Gordo y Pico la Miel).
Los compañeros más activos ya comenzaban a llegar al Collado de Medio Celemín, donde previamente habíamos acordado realizar el brindis y la comida, por lo que decidimos iniciar la bajada para no hacer muy larga su espera, durante este descenso a través del bosque que nos conducía al Collado, con la radio íbamos coordinando a los diferentes grupos, ya que algunos integrantes de la expedición ya habían sobrepasado este punto, y hubo que recordarles los manjares que se iban a degustar para que volvieran sobre sus pasos y compartieran con el grupo este momento festivo.
Aproximadamente sobre las 13:30 la mayoría de los componentes de la ruta larga excepto algún despistado que andaba ya bastante lejos, comenzábamos a sacar todo el arsenal calórico traído para la ocasión, por desgracia los compañeros de la ruta corta no pudieron compartir con nosotros la comida, ya que su llegada a ese punto era demasiado temprano para unirse a nosotros, pero desde aquí mi recordatorio a los que no pudieron compartir con nosotros el brindis.
Como ya es tradición habíamos dejado en manos de los “Jesús” la preparación de parte de la comida que íbamos a degustar, La tortilla de patata tradicional y el pate artesanal, y a esto se sumaron otras viandas traídas por el resto de los participantes como empanadas, embutidos de pueblo, polvorones, turrones y demás delicias que tenemos que agradecer al gran grupo de personas que formamos Pegaso, tampoco podemos olvidar los buenos vinos y el cava para el brindis final. Aproximadamente a las 14:30 se da por finalizada la comida con la tradicional foto tras la bandera del club, y nos preparamos acometer los últimos 8 kilómetros del recorrido, incluyendo las subidas a Cancho Gordo y Pico de la Miel, que, aunque no formaban parte de la ruta larga, el buen ritmo que habíamos mantenido hasta entonces nos permitía realizarlo sin problemas.
Tengo que reconocer que tras lo comido se hizo más duro iniciar la caminata e comenzar la subida que nos iba alejar del collado para subir a Cancho Gordo, pero tras aproximadamente 40 minutos y algunas pequeñas trepadas llegamos a la cima del Cancho desde donde disfrutamos de las vistas de la Cabrera y el Pico de la Miel, donde realizamos otra pequeña parada para realizar las fotos de rigor, y con algunas discrepancias sobre qué camino tomar en la bajada, nos dividimos y comenzamos descender hacia el Collado Alfrecho, desde donde ya nos dirigimos a la última cima de la salida (Pico de la Miel), a lo largo del recorrido paulatinamente el grupo se fue estirando de nuevo en pequeñas unidades en las que nos íbamos contando batallitas, siempre con mucho cuidado de no resbalar con las piedras húmedas que encontrábamos en el camino, se notaba ya que la zona tenía más umbrías y el sol no había podido secar la humedad de la noche anterior, tras algo menos de una hora llegamos al pie del Pico de la Miel, subida que hubo que realizar con cautela debido a la humedad de las rocas que lo componen, por lo que hubo que ir eligiendo con mucho cuidado el camino para no tener un tropezón inoportuno.
Las subida y las vistas merecieron la pena, y pudimos compartir unos minutos de descanso mientras nos felicitábamos por lo bien que estaba saliendo la ruta, tras las fotos de rigor en el hito tomamos la decisión de iniciar ya el camino de descenso por el PRM-13 hacia el punto final donde nos esperaban el autobús y los compañeros de la ruta corta; Aproximadamente a las 17:00 llegamos al Hostal Cancho del Águila, donde tras el cambio de ropa aprovechamos para tomar unas cervezas y unas golosinas que se me habían olvidado en la mochila, por lo que no pudimos disfrutar de las mismas durante la comida.
A las 17:30 y con media hora de adelanto sobre el horario previsto iniciamos la vuelta a Madrid, con un emotivo discurso (como siempre) de nuestro tesorero Pedro Cristóbal, agradeciendo al coordinador y los colaboradores la salida que habíamos disfrutado, pero sobre todo agradeciendo merecidamente a nuestra compañera Asun su dedicación durante todos estos años al frente de la sección de cordales del Club.
Finalmente, tras un corto viaje llegábamos a Diversia, primera parada donde una vez concluidas las despedidas y felicitaciones de año nos bajábamos parte de la expedición para volver a nuestros coches de vuelta a casa.
Por mi parte poco más que decir, solo agradecer a todos los compañeros que me han acompañado en mi primera coordinación, por lo fácil que me han hecho el trabajo y por compartir con todos estos bonitos momentos. ¡¡¡Feliz Año 2018!!!! Nos vemos en los cordales que nos esperan este nuevo año que comienza, y os recuerdos que os espero en la quema del mantecado del 2018; ya que, tras el éxito de esta edición, vuelvo a animarme a coordinar.
Coordinador: Luis Miguel Gamarra