Después de los pertinentes cambios de calzado, nos echamos la mochila a la espalda, al tiempo que procedemos a la difícil tarea de reparto de emisoras. Muchas veces rehusamos llevarlas, cuando es un elemento que puede salvarnos la vida o ayudar a otros, en un momento de grave dificultad.
De esta guisa, damos comienzo a la actividad. Se trata de una marcha que no se pudo realizar el año pasado, diseñada por el también hoy reincorporado señor Juanbe.
La mayoría pretendemos subir al Pico Almanzor (2592m) por la Portilla del Crampón. Aunque al margen de la organización se han cocinado diversas rutas alternativas. Alguna parece mentira, propiciada por algún exmiembro de la Junta Directiva de este Club.
Les cuesta una reprimenda vía radio, por parte de la responsable de la sección de cordales. Se advierte que este tipo de rutas no cuentan con la aprobación de la organización y que exime al Club de la responsabilidad ante posibles accidentes que en ellas pudieran ocurrir. Siendo responsables, los participantes que de manera voluntaria se han salido de la disciplina de la organización.
De este modo, llegamos al Refugio Laguna Grande, pasando por los mil y una vez transitados parajes de Prado Pozas, Fuente de Cavadores, Alto de Barrerones y Laguna Grande.
Hace muy buen día y algunas de las personas que en un principio tenían pensado realizar la opción corta, se animan a proseguir un poco la marcha hasta llegar a la Hoya de Antón. Una vez allí, hasta la Portilla del Crampón.
Nuevamente, gracias a la confianza que aporta el grupo, dar un último empujón, trepando los últimos escarpados metros y de esta forma pisar la cumbre del Pico Almanzor.
Después de disfrutar unos instantes de las vistas que a toda la redonda, ofrece tan notable cima, descendemos para dejar sitio a nuevos visitantes.
Como trajimos cuerda por si había algún percance, la instalamos para hacer un pequeño rapel y unos metros más abajo buscar un buen sitio para comer, que ya es hora.
Hacemos una puesta en común de los sabrosos alimentos transportados para la ocasión. De esta placentera manera llenamos nuevamente los depósitos de energía. La vamos a necesitar cuando emprendamos la bajada. Saltando de roca en roca, llegamos a el Collado del Venteadero y desde allí, nuevamente al Refugio Laguna Grande.
Logísticamente nos viene bien para realizar una parada técnica y rellenar las vacías cantimploras. A pesar de no hacer un calor excesivo, ha hecho muy bueno y hemos acabado con la insípida sustancia.
Hay quien ya aquí, decide saborear algún refresco, o en su defecto cerveza antes de emprender la vuelta.
Pero si queremos asegurar acabar la marcha en el tiempo programado, no podemos parar mucho y hay que desandar el camino diligentemente hacia la Plataforma. Para una vez allí, disfrutar tranquilamente de la cerveza que oportunamente venden en el kiosco. En esta ocasión, sin tener que abrigarse, pues hace muy buena temperatura.
Todo ha salido muy bien y terminan por aparecer los últimos participantes a tiempo de salir en hora hacia Madrid.
No queda más que agradecer, la asistencia de todos los participantes que con su buen talante, han hecho posible disfrutar una vez más de una excelente jornada montañera.
Saludos, nos vemos en la próxima.
Jesús E. García Bermúdez